Mostrando entradas con la etiqueta lujuria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lujuria. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de octubre de 2011

Oficio de lujuria

No por amor mas por placer te anhelo,

hurí de carne, exuberante, plena,

venus potente que, al montar a pelo

tu indolencia turgente de sirena,


te rebulles y zafas, lubricada

por los humores del sudor y el sexo,

pero retornas mansa, conquistada

por los reclamos de caricia y beso


para, feroz, ardiente, lujuriosa,

lanzarte al torbellino del combate

con vocación de herida, en que la rosa

de tu pubis se entrega, alza y abate


entre el fragor de ruegos y gemidos,

confesiones, suspiros y lamentos,

cuando, ya desbocados los sentidos,

estallan del placer los sufrimientos.

viernes, 26 de agosto de 2011

Lujuria

¿Cómo llamar a tal ardor pecado?
¿Cómo tildar de torpe a esta dulzura?
Sólo la hipocresía dice impura
de la fruta que busca de tapado.

Es el deseo, suave o desbocado,
el talismán que alumbra la locura
de unión total con otra criatura:
es comunión, es gloria y es sagrado.

Quien nada da de sí, quien no se entrega,
quien compra el sexo como mercancía
el más preciado don convierte en heces.

Mas no quien pone todo en la refriega
y abnegado de sí todo lo fía
en Afrodita y en Amor por jueces.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Oración para el culto de la diosa Afrodita


Eran tu pelo umbrío y el olor de tu cuerpo

el reclamo infalible que amartillaba el ansia;

te anhelé por cien noches y más tarde te tuve

y te odié por ser menos que tu imagen perfecta

y te adoré por ser para mí mas que un sueño

y te quise por ser para mí más que carne.


Luego que me dejaste, definitivamente,

a pesar del deseo nunca intenté buscarte,

temeroso de hallarte inferior a ti misma,

de arruinar el recuerdo con tus rasgos mortales,

con el bajo apetito de un cuerpo exuberante,

que profana la sacra latría de una diosa.


Te tengo muy presente, deidad maculada,

cada vez que celebro oficios de lujuria.

Hasta ti los elevo como una ofrenda impura

al pubis cavernoso de tus sacerdotisas,

y entrego entre estertores los flujos sementales

de mi cetro viril al anhelante vaso.


Todo el dulce placer que ilustra nuestras vidas

es tan sólo reflejo de tu excelso arquetipo.

¡Ah diosa venerada, oye otra vez mis preces:

manifiesta en la amada tu belleza infinita

instrúyela en las artes de seducción que ciñes

y otórgame el potente talismán del deseo!

viernes, 24 de septiembre de 2010

El clero pederasta en el infierno del Bosco

“y el que escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen, mejor sería que le echasen al cuello una muela asnal y le arrojasen al mar”

Jesús de Nazaret, según el evangelio de Marcos 9:42


Los curas pederastas en su infierno,

cada cual con su rueda de molino,

jalean al de Brujas, que al sobrino

báculo hinca en el trasero tierno.


Ángeles sucios pueblan ese averno

que porculea al querubín divino,

y negras tocas de perfil porcino

chupan del diablo el lujurioso cuerno.


Coro de voces blancas, profanadas

sofoca la vergüenza en un gemido

que ningún Dios ampara en su clemencia.


Ningún rayo fulmina. Desmadradas

en su furor obsceno, irreprimido,

mil sotanas corrompen la inocencia.

viernes, 9 de julio de 2010

Impotencia

Si tú te me desnudas,

si en amorosa entrega te me abres

y yo me quedo mudo,

en estatua de sal,

y sin hallar el habla

ni la fuerza ni el aire,

decepcionantemente,

te permito marchar,

maldito sea el vientre de mi madre,

la floja leche que me dio a mamar

y el coraje de arena

y el ánimo sonámbulo

y la trampa de angustia

que no supe afrontar.

viernes, 29 de mayo de 2009

Desenfreno












Quiero montar a pelo la blancura
que tu carne ilumina y enaltece;
quiero morder la rosa que te crece
en cada pecho, cumbre de hermosura.

Quiero soliviantar de tu postura
el sereno yacer que la embellece,
y avivar el deseo que enloquece
ya de lujuria tu mirada impura.

Quiero lamer el vello de tu vientre,
degustar el dulzor de tu saliva
y el sacro pubis profanar sin tregua

Quiero follarte allí donde te encuentre:
desenfrenado Pan, Venus lasciva,
potente garañón, ardiente yegua.

viernes, 20 de marzo de 2009

Pregón de putas


Burdel. Henri de Toulouse-Lautrec

Somos carne que en carne se complace;

somos oferta lúbrica que espera;

somos amor vendido de ramera

que a todos tienta, que con todos yace.

 

Quien nos prueba en delicias se deshace

y apura del placer la copa entera;

pues son nuestras las artes de la hetera,

docta en llevar al dulce desenlace.

 

Flor de Mal en tu obscena fantasía,

somos hembra procaz, sierpe de seda,

impúdico solaz ante el espejo.

 

Mas, aunque amante ocasional de un día,

sólo atenta al tintín de tu moneda,

somos de tu deseo el fiel reflejo.

martes, 17 de junio de 2008

Mano y paciencia

Ya no estoy para amar y, sin embargo,
mi viejo corazón aún persevera
en mantenerse en su gozoso cargo
de amar al hilo de la Primavera.

Un busto audaz me saca del letargo,
un dulce sonreír mi sangre altera
e, imaginadamente, mano alargo
hacia la carne en flor que carne espera.

Y en esto para todo porque, luego,
el gendarme interior, miedo o prudencia,
apaga los rescoldos de mi fuego.

Que, a los que atesoramos experiencia,
cuando nos tienta el diosecillo ciego
nos consuela la mano y la paciencia.

Madrid, martes, 13 de mayo de 2008

jueves, 30 de agosto de 2007

Concreta pasión

Primero fue el ritual de la caricia
rodeando tu perfil y alrededores
y el degustar tus labios superiores,
toda la boca dada a la delicia,

luego tocar tus labios inferiores
y el botón del amor en su guarida.
Y aquello fue un volcán, como una herida
ardiente, sacudida de estertores …

Tus pechos amasaba y los pezones
mordisqueaba turgentes y crecidos,
toda tú ya jadeos ya gemidos,

cabalgada por mí por los colchones,
perdido el casto gesto y los sentidos,
rebosante de mí … y de mis fluidos.

martes, 28 de agosto de 2007

A esta hora sé cuerpo

(Soneto al estilo inglés compuesto en versos alejandrinos)

A esta hora sé cuerpo, aunque tengas un alma;
sé reclamo de carne, lúbrica desmesura;
sé renuncia implacable a la imposible calma
y que, de sexo heraldo, se invista tu hermosura.

A esta hora sé cuerpo con hambre de entregarse,
de ser vejada, herida, follada por el feo
reptil que de mi cuerpo parece levantarse.
Sea o no por amor sé tan solo deseo.

Unce mi orgullo de hombre a la lúbrica sima
de tus piernas abiertas, retándome al embate,
y siente, aunque te venza mi peso sobre encima,
como tu cuerpo gana las mieles del combate …

Luego, al correrte, emite con gañido felino
un himno a la lujuria alzada a lo divino.

domingo, 26 de agosto de 2007

Belle de Jour




Referencia de imagen: Catherine Deneuve en Belle de Jour de Luis Buñuel

De inasible edelweiss de las alturas
rebajarte por morbo a flor de fango;
darte al vaivén canalla de un mal tango
y renegar de excelsas partituras.

Andar el degradante itinerario
del denegar al otorgar sumiso,
al impudor, desde el candor remiso,
del casto amar al coito mercenario.

Y ser hembra lasciva en los procaces
desfiles de indecentes pasarelas,
que desvela, ante turbias clientelas,
su cuerpo impuro, néctar de salaces.

Contra el baldón de puta que te injuria,
el mohín de desdén a flor de diente,
y el orgullo de esclava que se siente
dueña del amo, preso en su lujuria.

Tras los mimos fingidos de tu boca,
de gata en celo el ronco ronroneo,
ser mera carne al torpe manoseo
del macho que se enerva y se desboca.

Y al fin dejar que a ti la bestia acceda,
babeante y gimiente en su meneo,
y lograr como gloria el tintineo
de tu precio en sonante y vil moneda.

De Belle de Jour, la flor de los burdeles,
volver a ser convencional burguesa, …
que añora ese momento en que regresa
al vicio que la mece en sus laureles.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Discurso sobre la castidad, el trato carnal y la procreación


Referencia de imagen: http://www.christusrex.org/www1/giotto/SSM-matrimonio.jpg

Contestación a un amigo que polemizaba y hacía elogio de la virginidad ofrecida a Dios


Amigo, vamos a ver,
en el santo matrimonio,
contentar a la mujer
y otorgarle su placer
¿es dar tributo al demonio?

Y si es la procreación
la excusa para estos casos,
no entiendo la fijación
de dos mil y un revolcón
para un par de hijos escasos.

Si yo, por término medio
tengo un coito en siete días,
cincuenta y dos de promedio
¡Santo Niño del Remedio!
al año me contarías.

Con cuarenta y dos, la cuenta
de nupciales regocijos
me da dos mil ciento ochenta
contactos con mi parienta ...
¡para tener mis seis hijos!

Algo falla en este invento
del procreador oficio.
Según mi razonamiento,
o es muy bajo el rendimiento
o la demasía ... ¿es vicio?

Dar y recibir amor,
¿no es por ventura más cierto
que es la manera mejor
de mostrar el esplendor
de dos almas en concierto?

Negándose, conquistar
del otro la perspectiva
y, desde allí, proclamar
la ventura de entregar
el alma como cautiva.

Anonadarse en la amada,
ser con ella un sólo canto,
una carne, una enramada
donde ser uno no es nada
y ser dos es tanto… y ¡tanto! …

Amar es bueno en sí mismo,
no es pretexto para nada:
sacrificarse al abismo
de estar sólo es egoísmo
o tragedia desdichada.

¡Esposa de Dios!¡Qué triste!
¡Qué absurdo!¡Qué primitivo!
Si fuera cierto que existe
le diría: Dios, ¿pusiste
el deseo en todo vivo

por marchitarlo, cautivo,
o, como raudal sonoro,
exaltado, ardiente, vivo,
en himno triunfal, activo,
cantar tus glorias a coro?

¡Oh, virginidad, precinto
de un mundo macho caduco
que veda acceso al recinto
que guarda, su alfanje al cinto,
un ángel fiero y eunuco.

Virginidad, garantía
de pureza que vendieron,
¿eres virtud o falsía
del hombre que desconfía
del paño que le ofrecieron?

Con Machado considero
que "no eres tú mi cantar,
no puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero
sino al que anduvo en el mar".

martes, 15 de mayo de 2007

Las flores y la castidad


Referencia de imagen: http://aupec.univalle.edu.co/informes/abril98/fotos/orquidea.jpg

Yo no creo que las flores
sean vírgenes ni castas:
de lo sexual, vectores,
brindan lúbricos favores,
no castidades nefastas.

sábado, 17 de febrero de 2007

Azucena (Lillium candidum Fam: Liliáceas)

















Referencia de imagen: http://www.valdeorras.com/natural/data/media/4/Azucena.jpg

Otros nombres: Flor de Lazo, Flor de Lis

Dicen casta a la azucena
quienes a Lujuria temen.
¡Una flor casta!¡Esa es buena!
Mientras, su pistilo llena
el polen, vegetal semen.

La sexual embestida

es gusto y promesa amable.
Sólo un alma pervertida
ve el Mal donde sólo hay Vida
y Daño en lo Saludable.

Es el sexo que fecunda
de Naturaleza el fasto;
en premios Venus abunda
y, por la selva jocunda,
"contra Natura" es lo casto.

domingo, 11 de febrero de 2007

Rosa (Rosa indica Fam: rosáceas)



















Exuberante es la rosa,
que viste de terciopelo
su corola voluptuosa
al tiempo que, lujuriosa,
aguarda el polen del cielo.


Referencia de imagen: http://fotos.vcubells.net/imatges/rosa.jpg

miércoles, 7 de febrero de 2007

Poco a poco

Esos surcos que forma si la halago
tu dulce boca, amor, en la sonrisa
son para mí cómo los que la brisa
dibuja sobre el terso azul de un lago.

Tenlos así, mi amor, mientras deshago
poco a poco el botón de tu camisa;
poco a poco, mi amor, casi sin prisa:
siglos hay para hacer lo que te hago.

Y, aunque es duro, mi amor, Eros tonante,
al borde del Edén forzar demora
cuando, de allí, la Dicha te reclama,

prefiero hacer eterno el puro instante
en que Lujuria irrumpe seductora
y al casto gesto lo convierte en llama.

Obrera del amor la torpe mano

Esa mano que, firme, te estremece
cuando la poso, amor, en tu cintura
es la culpable de la calentura
que tu casto talante desmerece.

La mano osada que, al turbar, se crece,
la cándida quietud de tu estatura,
luego a tu seno ubérrimo procura
despojar del sosiego que embellece.

No te importe, mi amor, verte arrastrada
por esta grata, aunque procaz, locura,
por no verte en figura descocada.

Darse de cuando en cuando a la ventura
de ser acometida y deseada
es, en lances de amor, fugaz cordura.

Lujuria junto al mar

Eterno el mar en su rodar de olas
arrulla nuestro amar entre la brisa;
eterno el canto de la mar, que alisa
sus fronteras de arena y caracolas.

Igual tu cuerpo las riberas solas,
bajo mi cuerpo – el mar -, copia e irisa,
pletórico en el gozo y la sonrisa,
su vocación de alga en rompeolas.

Firme, rubio cantil contra el embate
el húmedo vaivén quiebra en la espuma
en que se rompe el mar en su combate.

Hasta que el terco asedio se consuma
y en lánguido desmayo da remate
a tan furioso ardor, lujuria suma.


lunes, 04 de diciembre de 2006