viernes, 12 de septiembre de 2014

Análisis de la estructura de estrofas y de la métrica de la composición “Sonatina” de Rubén Darío


        Motivo.- Realizo este análisis en homenaje a los numerosos visitantes latinoamericanos de mi blog ciposfred.blogspot.com.es entre los que, análisis anteriores, y en especial el del soneto Caupolicán del mismo autor, han tenido muy favorable acogida. Confío que este modesto trabajo les pueda ser de alguna utilidad.

Poema.-

Sonatina

1  La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?
2  Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
3  que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
4  La princesa está pálida en su silla de oro,
5  está mudo el teclado de su clave sonoro;
6  y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

7  El jardín puebla el triunfo de los pavos reales,
8  parlanchina, la dueña, dice cosas banales,
9  y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
10 La princesa no ríe, la princesa no siente;
11 la princesa persigue por el cielo de Oriente
12 la libélula vaga de una vaga ilusión.

13 ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
14 o en el que ha detenido su carroza argentina
15 para ver de sus ojos la dulzura de luz,
16 o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
17 o en el que es soberano de los claros diamantes,
18 o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

19 ¡Ay, la pobre princesa de la boca de rosa
20 quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
21 tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
22 ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
23 saludar a los lirios con los versos de mayo,
24 o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

25 Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
26 ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
27 ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
28 Y están tristes las flores por la flor de la corte:
29 los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
30 de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

31 ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
32 Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
33 en la jaula de mármol del palacio real;
34 el palacio soberbio que vigilan los guardas,
35 que custodian cien negros con sus cien alabardas,
36 un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

37 ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
38 (La princesa está triste, la princesa está pálida.)
39 ¡Oh, visión adorada de oro, rosa y marfil!
40 ¡Quién volara  a la tierra donde un príncipe existe
41 (la princesa está pálida, la princesa está triste)
42 más brillante que el alba, más hermoso que Abril!

43 -¡Calla, calla, princesa – dice el hada madrina -,
44 en caballo con alas hacia acá se encamina,
45 en el cinto la espada y en la mano el azor,
46 el feliz caballero que te adora sin verte,
47 y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
48 a encenderte los labios con un beso de amor!

El autor en su tiempo literario.-  Felix Rubén García Sarmiento conocido en Literatura como Rubén Darío nació en Metapa (luego renombrada en su honor Ciudad Darío) (Nicaragua) en 1867 y murió en León (asimismo Nicaragua) en 1916 y se le califica como el máximo representante de la corriente literaria y poética llamada Modernismo en lengua española.
El modernismo literario, especialmente relevante en Poesía, representa una ruptura con el amaneramiento romántico y sus formas y significa hasta cierto punto un rechazo del orden burgués, en línea con lo que por ejemplo significó el Art Nouveau en Francia o el Modern Style en Inglaterra. En la temática se apunta a un cierto refinamiento cultista y hasta cierto punto elitista, y en lo formal opta por una fuerte renovación de la retórica y la métrica. En métrica cobra protagonismo repentino y esencial el verso alejandrino, casi olvidado desde los tiempos del “mester de clerecía” y la Cuaderna Via, al tiempo que se abandona la ortodoxia herreriana de los finales de verso necesariamente llanos, para dar entrada sin ambages a los agudos e incluso esdrújulos, como podrá verse en este mismo análisis.
Darío, explorador inquieto de las más diversas métricas, recala con fervor en el alejandrino, y hace de él su mejor elemento, al tiempo que se recrea en las cadencias del ritmo de los hemistiquios heptasilábicos, como ya se vio en mi análisis anterior del soneto Caupolicán, también en alejandrinos, en que recorría de manera monorrítmica las distintas variantes del hemistiquio trocaico.
Pocos poetas han sabido como Darío crear armonía en sus versos al ordenar los vocablos por sus acentos. Antonio Machado escribió a la muerte de Darío esta elegía que no me resisto a transcribir de memoria, a riesgo de algún error, por cuanto la ha adornado frecuentemente:

“Si era toda en tu verso la Armonía del Mundo,
¿dónde fuiste Darío la Armonía a buscar?
Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares,
corazón asombrado de la música astral,
¿te ha llevado Dionisos de su mano al Infierno
y con las nuevas rosas, triunfante, volverás?
¿te han herido buscando la dorada Florida,
la Fuente de la Eterna Juventud, capitán?
Que en esta Lengua Madre la clara historia quede;
corazones de todas las españas, llorad:
Rubén Darío ha muerto en sus tierras de oro,
esta nueva nos vino atravesando el mar.
Pongamos españoles en un severo mármol
su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más:
NADIE ESTA LIRA PULSE SI NO ES EL MISMO APOLO,
NADIE ESTA FLAUTA SUENE SI NO ES EL MISMO PAN.”

ANTONIO MACHADO.

Antonio Machado se pasa también aquí al alejandrino, metro poco habitual en él, para acompañar al maestro Darío. Qué emoción contemplar la afinidad de estos dos gigantes de la Poesía.

Contexto y texto.- El contexto que considera el poeta para su composición “Sonatina” es el de los cuentos de hadas, fabuloso y simbólico. Desfilan por sus versos los elementos habituales en ese género: un alcázar-palacio, una hermosa princesa, soñadora y sensible, bufones, dueñas, un caballero sobre caballo alado, una guardia de negros, un perro que vigila y no duerme y hasta un dragón … y un hada madrina.
El alcázar es a la vez estuche para la princesa-joya y cárcel para la princesa-prisionera. La princesa tiene en poco los elementos fastuosos de su estuche-prisión: los cisnes, los pavos reales, los oros, los tules, la rueca de plata, el clave, el jardín desbordante de flores, las piruetas del bufón … porque se siente sin libertad para sentir y amar. Y trata de evadirse vanamente con la imaginación: ser libre como golondrina o mariposa … Pero solo una cosa podrá liberarla definitivamente: el Amor. Amor que le augura el hada madrina en el crescendo final que cerrará el anhelado beso incendiario.
Por esta contraposición de contrarios - grandeza que aprisiona versus amor que libera – se desliza el poema con un léxico riquísimo y una fantasía muy apreciada por el modernismo y  por la estética de su época.

Estructura formal de estrofas.- El poema que analizamos se organiza en sextetos, es decir, la estrofa base del mismo es el sexteto – luego diremos el tipo concreto de sexteto de que se trata. La composición se extiende hasta ocho (8) sextetos, es decir, cuarenta y ocho (48) versos.
El tipo de sexteto es en todos los casos el de

sexteto agudo, paralelo e isométrico (AAÉBBÉ).

Es agudo por cuanto los versos 3º y 6º terminan sistemáticamente en palabra aguda. En su antecedente más remoto, en plena Edad Media, que era llamado sextilla paralela, los versos 3º y 6º, remate de cada tercetillo de la misma, solían tener muy frecuentemente alguna característica distintiva aparte de llevar el enlace de rima entre las dos partes; esa característica podía consistir algunas veces en ser pies quebrados y otras en tener final agudo, como sucede en este caso.
Es paralelo porque tanto los versos 1º y 2º como los 4º y 5º, independientemente, forman sendos pareados, como también sucedía en la sextilla paralela.
Y es isométrico porque todos los versos tienen la misma medida, en concreto, en este caso, catorce sílabas. Y es pertinente destacar la isometría por cuanto, históricamente, sextetos y sextillas han incurrido con cierta frecuencia en esquemas polimétricos.

Tipo de versos.- Ya se ha dicho que todos los versos tienen catorce sílabas, conviene añadir que además todos los versos son alejandrinos. Un verso alejandrino tiene siempre catorce sílabas, condición necesaria, pero no suficiente; para ser alejandrino, además, las sílabas sexta y décimotercera (6ª y 13ª) han de llevar necesariamente acento tónico. En estas condiciones el alejandrino resulta ser un verso compuesto al que una cesura central situada entre las sílaba séptima y octava divide en dos partes o hemistiquios de siete sílabas métricas, en dos heptasílabos.

Revisión de los tipos de heptasílabos.-

Habida cuenta de que el alejandrino es un verso compuesto por dos hemistiquios heptasilábicos separados por una cesura central parece pertinente recordar los tipos de heptasílabos, ya que el análisis de los alejandrinos de este poema se hará por medio del de sus hemistiquios. Veamos entonces.

El heptasílabo es el verso de siete sílabas, también llamado, como el hexasílabo, verso de redondilla menor, o anacreóntico o de endecha.

La única condición en cuanto a la disposición de los acentos es que la sexta sílaba métrica ha de estar acentuada, mientras que las contiguas, 5ª y 7ª, deben ser átonas. La posible existencia de otros acentos sobre alguna o algunas de las primeras cuatro sílabas determinan los diferentes ritmos del heptasílabo y, a su vez, los diferentes tipos de esta modalidad de versos. Son estos (entre corchetes la anacrusis):

1) Trocaico (o yámbico), con anacrusis en la 1ª sílaba  y acentos en 2ª, 4ª y 6ª (alguno de los dos primeros puede faltar):

Y todo bulle y vive   [o] óo óo óo  - trocaico completo
El sabio con corona [o] óo oo óo  - trocaico incompleto 2-6
Como león semeja   [o] oo óo óo  - trocaico incompleto 4-6

2) Dactílico (o anapéstico), con las dos primeras sílabas en anacrusis y acentos en 3ª y 6ª::

Cien insectos alados [oo] óoo óo

3) Mixto de tipo A (periodo rítmico = dáctilo + troqueo), con acentos en 1ª, 4ª y 6ª sílabas:

Dórida ingrata mía,  óoo óo óo

4) Mixto de tipo B (periodo rítmico = troqueo + dáctilo), con acentos en 1ª, 3ª y 6ª sílabas:

Islas blancas y verdes óo óoo óo

Si los versos no fueran llanos los esquemas métricos anteriores se mantendrían si bien, si fueran agudos, la última sílaba gramatical sería la 6ª métrica, y, si fueran esdrújulos, la antepenúltima sílaba gramatical sería asimismo la 6ª métrica.

Análisis métrico y rítmico. - Vayamos pues al análisis de medidas y acentos verso por verso. Al principio de cada uno indicaré su número de orden en el poema. Las sílabas tónicas irán en negritas, y aquellas en que recaigan los acentos de intensidad, además, en rojo. Las sinalefas irán entre paréntesis () y las cesuras se denotarán con doble barra //.

1 La-prin-ce-(sa es)--tris-te…//¿qué-ten-drá-la-prin-ce-sa? -> dactílico (dac) // mixto de tipo B (mB). Efecto antirrítmico (antrr) en el primer hemistiquio, apenas perceptible, al ser tónica la 5ª sílaba, contigua a la 6ª, penúltima, con acento principal. Obsérvese que el ritmo del hemistiquio mB  es prácticamente igual del dac (acentos en ambos en 3ª y 6ª, a los que, en el mB, se añade un acento en la 1ª, que no lo altera).

2 Los-sus-pi-ros-(se es)-ca-pan // de-su-bo-ca-de-fre-sa, -> dac // dac.

3 (que ha)-per-di-do-la-ri-sa, // (que ha)-per-di-(do el)-co-lor. -> mB // mB agudo.

4 La-prin-ce-(sa es)--páli-da // en-su-si-lla-de-o-ro, -> dac esdrújulo // dac. La vocal postónica i en páli decae por razón de la acentuación esdrújula, y el conjunto se pronuncia y cuenta como una sola sílaba. Ligero efecto antrr sobre esa misma sílaba por ser acentuada la anterior, como en el primer verso.

5 es--mu-(do el)-te-cla-do // de-su-cla-ve-so-no-ro; -> dac // dac. En el primer hemistiquio antrr de la 2ª sobre la 3ª sílaba.

6 (y en)-un-va-(so, ol)-vi-da-da, // se-des-ma-(ya u)-na-flor. -> dac // dac agudo. Antrrs de 2ª sobre 3ª en el primero y de 4ª sobre 3ª en el segundo.

7 El-jar-dín-pue-(bla el)-triun-fo // de-los-pa-vos-re-a-les, -> dac // dac. Antrr de 4ª sobre 3ª en el primero.

8 par-lan-chi-na,-la-due-ña, // di-ce-co-sas-ba-na-les, -> dac // mB.

9 y,-ves-ti-do-de-ro-jo, // pi-rue-te-(a el)-bu-fón. -> dac // dac agudo.

10 La-prin-ce-sa-no--e, // la-prin-ce-sa-no-sien-te; -> dac // dac.

11 la-prin-ce-sa-per-si-gue // por-el-cie-lo-(de O)-rien-te -> dac // dac.

12 la-li--lu-la-va-ga // (de u)-na-va-(ga i)-lu-sión. -> dac // mB agudo.

13 ¿Pien-(sa a)-ca-(so en)-el-prínci-pe // de-Gol-con-(da o)-de-Chi-na, -> mB esdrújulo // dac. La 6ª sílaba del primer hemistiquio prínci acumula, como parte de una esdrújula, las dos primeras gramaticales, en que la vocal postónica i decae y apenas suena.

14 (o en)-el-(que ha)-de-te-ni-do // su-ca-rro-(za ar)-gen-ti-na -> dac // dac.

15 pa-ra-ver-de-sus-o-jos // la-dul-zu-ra-de-luz, -> dac // dac agudo.

16 (o en)-el-rey-de-las-is-las // de-las-ro-sas-fra-gan-tes, -> dac // dac.

17 (o en)-el-(que es)-so-be-ra-no // de-los-cla-ros-dia-man-tes, -> dac // dac

18 (o en)-el-due-(ño or)-gu-llo-so // de-las-per-las-(de Or)-muz? -> dac // dac agudo.

19 ¡Ay,-la-po-bre-prin-ce-sa // de-la-bo-ca-de-ro-sa -> mB // dac.

20 quie-re-ser-go-lon-dri-na, // quie-re-ser-ma-ri-po-sa, -> mB // mB.

21 te-ner-a-las-li-ge-ras, // ba-(jo el)-cie-lo-vo-lar; -> dac // mB agudo. Antrr de 2ª sobre 3ª en el primer hemistiquio.

22 ir-al-sol-por-(la es)-ca-la // lu-mi-no-sa-(de un)-ra-yo, -> mB // dac. Antrr de 5ª (en sinalefa) sobre 6ª en el segundo hemistiquio.

23 sa-lu-dar-a-los-li-rios // con-los-ver-sos-de-ma-yo, -> dac // dac.

24 o-per-der-(se en)-el-vien-to // so-(bre el)-true-no-del-mar. -> dac // mB agudo.

25 Ya-no-quie-(re el)-pa-la-cio, // ni-la-rue-ca-de-pla-ta, -> mB // dac.

26 (ni el)-hal-cón-en-can-ta-do, // (ni el)-bu-fón-es-car-la-ta, -> dac // dac.

27 ni-los-cis-nes-u-náni-mes // en-el-la-go-(de a)-zur. -> dac esdrújulo // dac agudo.

28 (Y es)-tán-tris-tes-las-flo-res // por-la-flor-de-la-cor-te: -> dac // dac. Antrr de 2ª sobre 3ª en el primer hemistiquio.

29 los-jaz-mi-nes-(de O)-rien-te, // los-ne-lum-bos-del-Nor-te, -> dac // dac.

30 (de Oc)-ci-den-te-las-da-lias // y-las-ro-sas-del-Sur. -> dac // dac agudo.

31 ¡Po-bre-ci-ta-prin-ce-sa // de-los-o-jos-a-zu-les! -> dac // dac.

32 Es--pre-(sa en)-sus-o-ros, // es--pre-(sa en)-sus-tu-les, -> dac // dac. Antrr de 2ª sobre 3ª tanto en el primer como en el segundo hemistiquios.

33 en-la-jau-la-de-már-mol // del-pa-la-cio-re-al; -> dac // dac agudo.

34 el-pa-la-cio-so-ber-bio // que-vi-gi-lan-los-guar-das, -> dac // dac.

35 que-cus-to-dian-cien-ne-gros // con-sus-cien-a-la-bar-das, -> dac // dac. Antrr de 5ª sobre 6ª en el primer hemistiquio.

36 un-le-brel-que-no-duer-me // (y un)-dra-gón-co-lo-sal. -> mB // mB agudo.

37 ¡Oh,-quién-fue-(ra hip)-si-pi-la // que-de--la-cri-sáli-da! -> mB // dac esdrújulo. Antrr de 2ª sobre 1ª y 3ª en el primer hemistiquio.

38 (La-prin-ce-(sa es)--tris-te, // la-prin-ce-(sa es)--páli-da.) -> dac // dac esdrújulo. Sendos antrrs de 5ª sobre 6ª en ambos hemistiquios.

39 ¡Oh,-vi-sión-a-do-ra-da // (de o)-ro,-ro-(sa y)-mar-fil! -> mB // mB agudo.

40 ¡Quién-vo-la-(ra  a)-la-tie-rra // don-(de un)-prín-ci-(pe e)-xis-te -> mB // dac.

41 (la-prin-ce-(sa es)--páli-da, // la-prin-ce-(sa es)--tris-te) -> dac esdrújulo // dac. Los mismos efectos antirrítmicos que en el verso 38, pero presentados en orden inverso, como es lógico, ya que el verso 41 se construye a partir del 38 por mera inversión del orden de sus hemistiquios.

42 más-bri-llan-te-(que el)-al-ba, // más-her-mo-so-(que A)-bril! -> mB // mB agudo.

43 -¡Ca-lla,-ca-lla,-prin-ce-sa // – di-(ce el)-ha-da-ma-dri-na -, -> mB // mB.

44 en-ca-ba-llo-con-a-las // ha-(cia a)--(se en)-ca-mi-na, -> dac // dac.

45 en-el-cin-to-(la es)-pa-da // (y en)-la-ma-(no el)-a-zor, -> dac // dac agudo.

46 el-fe-liz-ca-ba-lle-ro // que-(te a)-do-ra-sin-ver-te, -> dac // dac.

47 y-que-lle-ga-de-le-jos, // ven-ce-dor-de-la-Muer-te, -> dac // dac.

48 (a en)-cen-der-te-los-la-bios // con-un-be-so-(de a)-mor! -> dac // dac agudo. Antrr de 2ª sobre 3ª en el segundo hemistiquio.

Resumen del análisis métrico y rítmico.- La totalidad de los 96 hemistiquios de este poema llevan acentos principales en la 3ª y en la 6ª sílabas; de ellos, 24 acentúan también la 1ª.  Otro alarde de estilo del genial Darío: estructura monorrítmica dactílica de principio a final. Repito la admiración – ampliada en este caso por la mayor extensión del poema – que ya manifesté en el correspondiente análisis del soneto Caupolicán del mismo autor. Las diferencias están en que allí se trataba de 14 versos, también alejandrinos, y aquí se trata de ¡48!, y en que allí se analizaba su ritmo trocaico (acentos principales en 2ª, 4ª y 6ª), más potente y duro, y aquí nos encontramos con un ritmo dactílico (acentos principales en 3ª y 6ª, y, eventualmente, en 1ª) más cadencioso y suave.
Expliquemos algo más todo esto. La estadística de tipos rítmicos de los hemistiquios de este poema es como sigue:

Trocaico completo …………………………………..   0
Trocaico incompleto 2-6 ……………………………   0
Trocaico incompleto 4-6 ……………………………   0
Dactílico ………………………………………………   72
Mixto de tipo A ………………………………………    0
Mixto de tipo B ………………………………………   24

Si tenemos en cuenta que la disposición rítmica de ambos tipos de heptasílabo es la siguiente:

Dactílico ………… oo óoo óo

Mixto de tipo B … óo óoo óo

podemos observar que en la disposición de acentos de ambos la única diferencia es el acento en 1ª, presente en el segundo y no en el primero, lo que no altera el ritmo de ambos, determinado por la estructura

dáctilo + troqueo

de las cinco últimas sílabas, con sus acentos en 3ª y 6ª, como elemento básico del ritmo en ambos tipos.
Dicho de otra manera, los hemistiquios del poema llevan acento en las sílabas 3ª y 6ª, y ambos acentos son de intensidad o principales, y son los responsables de la peculiar cadencia de los versos de este poema, que nadie que lo haya leído o declamado alguna vez habrá dejado de advertir. Esto justifica sobradamente lo afirmado por Antonio Machado en la elegía recogida al principio: si era toda en tu verso la armonía del Mundo; muy pocos poetas, en efecto, han elevado el verso a tal nivel de armonía como el genial Darío.
Por lo demás, se registran 16 hemistiquios agudos, todos en final de verso, como corresponde al esquema de rima elegido que ya se adelantó al describir las estrofas. Se dan asimismo 4 primeros y 2 segundos hemistiquios esdrújulos, estos últimos rimados, como corresponde a su situación a final de verso. Hay un número moderado de efectos antirrítmicos, ocasionados por algunas sílabas contiguas a las principales que llevan a su vez acentos secundarios, pero éstos, aparte de ser pocos, afectan muy poco a un ritmo tan marcado e insistente como el que imponen los acentos principales.

Rima.- La rima de toda la composición es estrictamente consonante y se atiene, sexteto a sexteto, al esquema figurado al principio de este estudio:

AAÉBBÉ.

Consiste, como se ve, en dos tercetos cuyos dos primeros versos forman pareado mientras que el tercero, de métrica y rima agudas, establece el enlace que liga todo el sexteto. Hay por tanto 8x2=16 versos con rima aguda, mientras que la rima de los versos no agudos es generalmente llana, con la excepción del pareado que forman los versos 37 y 38 en que el poeta se permite la rima esdrújula –álida.

Las rimas empleadas, sexteto a sexteto son:

Sexteto          A            B        É
                  -esa       -oro     -or
2º                  -ales      -ente   -ón
3º                  -ina       -antes  -uz
4º                  -osa       -ayo     -ar
5º                  -ata        -orte   -ur
6º                  -ules      -ardas -al
7º                  -álida     -iste    -il
8º                  -ina        -erte   -or



Léxico y figuras retóricas.- Me encantaría poder analizar ambos aspectos de la elocución poética de este trabajo del gran Rubén Darío, pero esto escapa con mucho tanto a mi conocimiento de esas materias como a la pretensión de este análisis, de limitarse a los aspectos métricos y rítmicos del poema. Tan sólo quiero dejar constancia de la riqueza y la variedad tanto del vocabulario como de los tropos, metáforas y otras figuras retóricas, que convierten esta obra señera del Modernismo poético en castellano en un auténtico muestrario y festival pirotécnico de giros, palabras y figuras.

Madrid, viernes, 12 de septiembre de 2014.

Francisco Redondo Benito de Valle


domingo, 7 de septiembre de 2014

Lección de amor

En Agosto de 1.962 compuse mi primer epitalamio, dedicado a la boda de la hermana de mi novia; el 20 de Agosto pasado compuse el epitalamio nº 12, dedicado al hijo menor de mi hermano pequeño, que se casó ayer con su novia Patricia. Doce epitalamios a lo largo de 52 años. No es mucho.

Para Patricia y Luis. Ay madre mía, como si el Amor pudiera enseñarse.

De vuestro tío Francisco con mucha ternura.

Acceder al Amor como en un juego
de niños que se besan a hurtadillas
y advertir que se incendian las mejillas
en un intenso y deleitoso fuego.

Zarpar hacia la Luz del día luego,
surcar un dulce lago sin orillas,
dejar que las palabras más sencillas
vuelen entre las jarcias del sosiego.

Y promover la búsqueda del modo,
fuera de sí, de darse y de inmolarse,
ave y azor, placer y sufrimiento.

Y así sentir, vivir, querer ser todo
y perderse y morir y anonadarse:

Ser ascua viva y desfallecimiento.