domingo, 7 de septiembre de 2014

Lección de amor

En Agosto de 1.962 compuse mi primer epitalamio, dedicado a la boda de la hermana de mi novia; el 20 de Agosto pasado compuse el epitalamio nº 12, dedicado al hijo menor de mi hermano pequeño, que se casó ayer con su novia Patricia. Doce epitalamios a lo largo de 52 años. No es mucho.

Para Patricia y Luis. Ay madre mía, como si el Amor pudiera enseñarse.

De vuestro tío Francisco con mucha ternura.

Acceder al Amor como en un juego
de niños que se besan a hurtadillas
y advertir que se incendian las mejillas
en un intenso y deleitoso fuego.

Zarpar hacia la Luz del día luego,
surcar un dulce lago sin orillas,
dejar que las palabras más sencillas
vuelen entre las jarcias del sosiego.

Y promover la búsqueda del modo,
fuera de sí, de darse y de inmolarse,
ave y azor, placer y sufrimiento.

Y así sentir, vivir, querer ser todo
y perderse y morir y anonadarse:

Ser ascua viva y desfallecimiento.

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