Mostrando entradas con la etiqueta Miguel Hernández. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Miguel Hernández. Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de mayo de 2024

Miguel Hernández: El sudor

 Hoy, Primero de Mayo de 2.024, ningún poema mejor que "El sudor" del enorme Miguel Hernández, poeta del pueblo y para el pueblo: MIGUEL.


En el mar halla el agua su paraíso ansiado
y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje.
El sudor es un árbol desbordante y salado,
un voraz oleaje.

Llega desde la edad del mundo más remota
a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
a sustentar la sed y la sal gota a gota,
a iluminar la vida.

Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
de la lágrima, deja rodando por las eras,
del abril al octubre, del invierno al verano,
áureas enredaderas.

Cuando los campesinos van por la madrugada
a favor de la esteva removiendo el reposo,
se visten una blusa silenciosa y dorada
de sudor silencioso.

Vestidura de oro de los trabajadores,
adorno de las manos como de las pupilas.
Por la atmósfera esparce sus fecundos olores
una lluvia de axilas.

El sabor de la tierra se enriquece y madura:
caen los copos del llanto laborioso y oliente,
maná de los varones y de la agricultura,
bebida de mi frente.

Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos
en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,
no usaréis la corona de los poros abiertos
ni el poder de los toros.

Viviréis maloliendo, moriréis apagados:
la encendida hermosura reside en los talones
de los cuerpos que mueven sus miembros trabajados
como constelaciones.

Entregad al trabajo, compañeros, las frentes:
que el sudor, con su espada de sabrosos cristales,
con sus lentos diluvios, os hará transparentes,
venturosos, iguales.

lunes, 28 de marzo de 2022

Miguel Hernández. 80 años de su muerte en prisión.

Hoy, 28 de marzo de 2022, se cumplen exactamente 80 años de la muerte en prisión, en enfermedad y en abandono de uno de los más grandes poetas de España, quizá el mejor compositor de sonetos desde el Siglo de Oro, que tanto lo inspiraba. Murió de tuberculosis adquirida entre los malos tratos y las malas condiciones de vida en las prisiones de Franco, y agravada por la falta de cuidados en las sórdidas enfermerías de las prisiones. La sierra estaba repleta de lujosos sanatorios para los tuberculosos del Régimen; uno al menos para cada arma militar: Tierra , Marina y Aire, lo sé porque me tocó vivir en las viviendas anejas al sanatorio de Marina en Los Molinos, en cuyas oficinas trabajaba mi padre, mientras a vista de pájaro se veían las luces de las obras, día y noche, del gran mausoleo de Cuelgamuros que construían manos de prisioneros políticos para mayor gloria del Gran Genocida. Miguel, gloria de las letras de este desdichado país, no tuvo sanatorio en la sierra sino insana enfermería de prisión en Alicante. Su crimen: defender la causa de la  República y dar al aire sus Vientos del Pueblo.

En su memoria traigo hoy aquí uno de sus muchos sonetos sobre el toro, todos ellos bellísimos (no en vano trabajó para Cossio y su gran enciclopedia de la tauromaquia). En éste, Miguel describe mediante metáforas realmente inspiradas el poderoso anhelo amoroso del toro en celo; nadie como él ha sabido hacerlo: "de amorosas y cálidas cornadas cubriendo va los trebolares tiernos con el dolor de mil enamorados ...". La desmesura de la pasión animal derramándose sobre la hierba recién nacida. Una maravilla. Y no digo más; que hable el poeta por encima del tiempo, más allá de los años.


Silencio de metal triste y sonoro,

espadas congregando con amores

 en el final de huesos destructores

de la región volcánica del toro.


Una humedad de femenino oro

que olió puso en su sangre resplandores,

y refugió un bramido entre las flores

como un huracanado y vasto lloro.


De amorosas y cálidas cornadas

 cubriendo está los trebolares tiernos

con el dolor de mil enamorados.


Bajo su piel las furias refugiadas

son el el nacimiento de sus cuernos

pensamientos de muerte edificados.

 

Miguel Hernández, 1933-34 

 

 

 

 

 

 

 


martes, 28 de marzo de 2017

75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández

Miguel Hernández, Miguel, es generalmente considerado y estimado por su compromiso con el pueblo español, con la II República y con la utopía comunista - un comunismo disciplinado, militante y limpio, como fue el comunismo del PCE -, por su lucha en el frente y por su martirio en las cárceles de Franco. Yo también, como republicano y comunista que soy, aprecio ese perfil irrepetible.
Sin embargo, es una pena que su figura y su gesta dejen un poco en la sombra la calidad de su poesía, mucho menos conocida. Miguel Hernández fue un poeta enorme, y no solo por los temas elegidos y el compromiso de los mismos, sino precisamente por la forma. Pocos poetas del siglo XX han sabido manejar el verso endecasílabo como Miguel; quizá habría que remontarse a los tiempos de oro de su admirado Garcilaso para encontrar una destreza semejante. He estudiado en profundidad la métrica de sus versos y lo que he hallado en él es una auténtica maravilla; no en vano se formó bebiendo de la poesía clásica que le prestaba la biblioteca de su amigo Ramón Sijé.
Como muestra quiero referirme al manejo magistral que Miguel hace de uno de los endecasílabos de tipo más raro - muy estudiado por mí - el endecasílabo dactílico, acentuado en las sílabas 1ª, 4ª, 7ª y 10ª o bien, simplemente, en 4ª, 7ª y 10ª. Este tipo de endecasílabo imprime al poema un ritmo tan peculiar que le impide mezclarse con otros tipos más habituales: enfáticos, heroicos, melódicos o sáficos. Hernández utiliza este metro en el que quizá fuera su último poema: ETERNA SOMBRA. compuesto en la cárcel, y ya muy enfermo. Es un poema largo y necesariamente oscuro, compuesto exclusivamente en endecasílabos dactílicos, y que refleja la honda pesadumbre de la cárcel, la represión y la enfermedad que lo minaba y que acabó con él hace ahora exactamente 75 años.

Todo un alarde de buena poesía. Poesía triste, que arranca un destello de esperanza en los dos últimos versos

 Vaya el siguiente recitado en su homenaje.


ETERNA SOMBRA

Yo que creí que la luz era mía
precipitado en la sombra me veo.
Ascua solar, sideral alegría
ígnea de espuma, de luz, de deseo.

Sangre ligera, redonda, granada:
raudo anhelar sin perfil ni penumbra.
Fuera, la luz en la luz sepultada.
Siento que sólo la sombra me alumbra.

Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.

Cárdenos ceños, pasiones de luto.
Dientes sedientos de ser colorados.
Oscuridad del rencor absoluto.
Cuerpos lo mismo que pozos cegados.

Falta el espacio. Se ha hundido la risa.
Ya no es posible lanzarse a la altura.
El corazón quiere ser más de prisa
fuerza que ensancha la estrecha negrura.

Carne sin norte que va en oleada
hacia la noche siniestra, baldía.
¿Quién es el rayo de sol que la invada?
Busco. No encuentro ni rastro del día.

Sólo el fulgor de los puños cerrados,
el resplandor de los dientes que acechan.
Dientes y puños de todos los lados.
Más que las manos, los montes se estrechan.
Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.

Soy una abierta ventana que escucha,
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida.

Miguel Hernández

Francisco Redondo
Madrid, 28 de marzo de 2017

viernes, 4 de noviembre de 2016

La traición y la cobardía

Recitado por mí en la Ronda de Sol, en la Puerta del mismo nombre, la tarde del 3 de noviembre de 2016


La traición y la cobardía

Compañeras y compañeros: Vivimos hoy en el ojo del huracán de una enorme traición. Quizá la traición más grande al pueblo español después de la del golpe de Casado, Besteiro y Cipriano Mera, el 5 de marzo del 39. Besteiro y Franco: un traidor del PSOE entregaba Madrid a un general fascista a cambio de nada. Los paralelismos son inquietantes: Besteiro acusaba a Negrín de estar en manos de los comunistas; ahora los barones y las reinonas han copado el Consejo federal del PSOE y dado un golpe de partido contra su secretario general acusándolo de querer pactar un gobierno alternativo, pero en realidad con el propósito apenas encubierto de dar el gobierno a la derecha de la gran corrupción y los recortes, del robo de las arcas públicas y de la ruina y miseria de las familias trabajadoras, de dar el gobierno al fascista Rajoy. Negrín – no Besteiro – fue expulsado del PSOE por resistir; Pedro Sánchez ha sido reducido a mero militante por negarse al PP; el NO ES NO ha sufrido el mismo destino del NO PASARÁN.

Ante una situación tan lastimosa a mí se me ha hecho imposible componer un poema a la altura de tamaña felonía. Me veo obligado a echar mano de la mejor poesía de aquel otro momento: Miguel Hernández.
El gran poeta odiaba a los emboscados en la Villa y Corte, a los Besteiros, Meras y demás caterva, que conspiraban en los cafés y terminaron traicionando:

       Los cobardes

Hombres veo que de hombres
sólo tienen, sólo gastan
el parecer y el cigarro,
el pantalón y la barba.
En el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre,
que en épocas de paz ladran
y en épocas de cañones
desaparecen del mapa.
Estos hombres, estas liebres,
comisarios de la alarma,
cuando escuchan a cien leguas
el estruendo de las balas,
con singular heroísmo
a la carrera se lanzan,
se les alborota el ano,
el pelo se les espanta.
Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.
¿Dónde iréis que no vayáis
a la muerte, liebres pálidas,
podencos de poca fe
y de demasiadas patas?
¿No os avergüenza mirar
en tanto lugar de España
a tanta mujer serena
bajo tantas amenazas?
Un tiro por cada diente
vuestra existencia reclama,
cobardes de piel cobarde
y de corazón de caña.
Tembláis como poseídos
de todo un siglo de escarcha
y vais del sol a la sombra
llenos de desconfianza.
Halláis los sótanos poco
defendidos por las casas.
Vuestro miedo exige al mundo
batallones de murallas,
barreras de plomo a orillas
de precipicios y zanjas
para vuestra pobre vida,
mezquina de sangre y ansias.
No os basta estar defendidos
por lluvias de sangre hidalga,
que no cesa de caer,
generosamente cálida,
un día tras otro día
a la gleba castellana.
No sentís el llamamiento
de las vidas derramadas.
Para salvar vuestra piel
las madrigueras no os bastan,
no os bastan los agujeros,
ni los retretes, ni nada.
Huís y huís, dando al pueblo,
mientras bebéis la distancia,
motivos para mataros
por las corridas espaldas.
Solos se quedan los hombres
al calor de las batallas,
y vosotros, lejos de ellas,
queréis ocultar la infamia,
pero el color de cobardes
no se os irá de la cara.
Ocupad los tristes puestos
de la triste telaraña.
Sustituid a la escoba,
y barred con vuestras nalgas
la mierda que vais dejando
donde colocáis la planta.
Miguel Hernández

“Vientos del Pueblo”

martes, 1 de diciembre de 2015

Estudio literario y análisis métrico de “Las nanas de la cebolla”, de Miguel Hernández

Motivo.- Realizo este estudio y este análisis en homenaje al poeta al cumplirse los ciento cinco años de su nacimiento, y en la confianza de que este modesto trabajo pueda ser de alguna utilidad a los amables visitantes de mi blog ciposfred.blogspot.com.es

Poema.-

Nanas de la cebolla

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.


Miguel Hernández
En la cárcel de Torrijos en algún momento entre el 15 de Mayo y el 15 de Septiembre de 1.939.

El autor y el entorno histórico y biográfico en que se gestó el poema.-  Al estallar la guerra civil que siguió al fallido golpe de estado de los militares monárquicos o “africanistas”, Miguel Hernández se incorporó decididamente a la contienda en defensa de la República y vino a alistarse en el 5º Regimiento y, dentro de él, en la columna de El Campesino, por lo que le tocó luchar en los frentes más duros e importantes de la guerra; al mismo tiempo, el poeta realizó una importante tarea de apoyo a la moral de los combatientes mediante una actividad cultural continua consistente sobre todo en el recitado de poesía, la mayor parte propia. Durante este tiempo compone el poemario “Vientos del Pueblo” que tuvo una gran repercusión entre los republicanos combatientes y también en la retaguardia.
Al acabar la Guerra con la derrota del gobierno legítimo de la II República ante las fuerzas combinadas de los militares sublevados contra ella y de sus apoyos internacionales: la Alemania de Hitler y la Italia de Musolini, se inició en España la que algunos llamaron “la larga noche del fascismo”, bajo la dictadura cruel e implacable del general Franco. Poetas y maestros se contaron muy destacadamente entre sus principales víctimas.
Miguel Hernández, muy desorientado en cuanto a las posibilidades de huída, eligió mal la frontera y pasó al Portugal de la dictadura fascista de Salazar. Allí fue detenido y entregado a las fuerzas franquistas, que lo encarcelaron en Madrid, en la cárcel de la calle Torrijos, hoy de Conde de Peñalver. En esta cárcel sufrió cautiverio el poeta desde el quince de Mayo al quince de Septiembre de 1939. Tenía Miguel 29 años y los tres restantes años de su vida, hasta su muerte a causa de tuberculosis, la pasó, salvo unos meses de libertad, en cárceles de Franco.
Estando aún en la cárcel de Torrijos, supo de su mujer y de las necesidades por las que estaban pasando ella y su hijo común, aún en periodo de lactancia, cuando le confesó que algunos días no tenía otra cosa para comer que pan y cebolla. Y este fue el motivo que inspiró la composición del poema que nos ocupa, escrito en las celdas de aquella cárcel. Hoy, una sencilla placa sobre la pared de ladrillo que circunda el edificio rememora las circunstancias de la composición de las “Nanas de la cebolla”.

Estructura formal de estrofas.- El poema se desarrolla en doce estrofas, en doce seguidillas.
El tipo de seguidilla utilizado es el de seguidilla compuesta o larga, en que a una seguidilla simple o corta se le añaden tres versos más (pentasílabo-heptasílabo-pentasílabo) hasta juntar siete.
La característica métrica fundamental de las seguidillas consiste en la alternancia de versos de siete y de cinco sílabas, lo que le da su cadencia específica y su gracia, que la hace muy apropiada para el canto o la danza. La rima afecta a los versos pares entre los cuatro primeros y a los impares entre los tres últimos, y suele ser asonante, excepcionalmente consonante. La estructura de la seguidilla larga es por tanto como sigue:

Por las tierras de Soria           a 7
va mi pastor.                        b 5
¡Si yo fuera una encina            c 7
sobre un alcor!                       b 5
Para la siesta,                       d 5
si yo fuera una encina,              e 7 = c 7
sombra le diera.                     d 5

Antonio Machado

Observamos que la rima afecta a los versos de cinco sílabas; la rima de los versos 3º y 6º (e 7 = c 7) es accidental en este ejemplo, y no requerido en este tipo de estrofas; también es ocasional que la rima b 5 de los versos 2º y 4º sea consonante y aguda.
Noticia histórica sobre la seguidilla.- La seguidilla es una estrofa de origen muy antiguo y eminentemente popular. Con métrica fluctuante, solo aproximada a la moderna, se la conoce desde los siglos XI y XII, pero solo aparece documentada desde finales del XVI. Es en principio y por mucho tiempo una canción de baile - aunque no tan frecuente en su uso como la cuarteta asonante - y así perdura aún en nuestro folklore, especialmente en su formato simple, y da esqueleto métrico, entre otras, a las sevillanas y las alegrías de Cádiz:

¡Ay río de Sevilla
qué bien pareces,
con tus velas azules
y ramos verdes!

Lope de Vega

o

Arenal de Sevilla,
Torre del Oro
donde las sevillanas
juegan al toro.

La novia de Reverte
tiene un pañuelo
con cuatro picadores,
Reverte en medio.

Sevillanas del folklore andaluz

De Jerez a Sanlucar,
de El Puerto a Cai
se ven los resplandores
de tus sacais.

Alegrías de Cádiz

También aparece en algunas zarzuelas. Recuerdo así de pronto la Ronda de los auroros en la zarzuela La Parranda:

Las estrellas del cielo
son ciento doce
y las dos de tu cara
ciento catorce.

Todos dicen que tienes
mala fortuna;
siempre va la desgracia
con la hermosura.

La seguidilla compuesta es más tardía en su aparición, que no se registra hasta mediados del XVII. A partir de ese momento la seguidilla se hace muy popular, pero queda refugiada en la tonadilla. Más tarde, en los siglos XVIII, XIX, y primer tercio del XX, especialmente en el Modernismo, tanto en España como en América, la seguidilla, sobre todo la compuesta, abunda en la poesía magistral: Torres Villarroel, Lista, Duque de Rivas, Espronceda, Zorrilla, Avellaneda, Becquer, los dos hermanos Machado, Amado Nervo, Rubén Darío, José Martí, Salvador Rueda, Federico García Lorca, etc., y, como vemos aquí, Miguel Hernández en sus Nanas de la cebolla.
Finalmente, no quiero dejar de señalar la distante e insólita convergencia entre el haikú japonés y la seguidilla. En el haikú se da en efecto la misma métrica de la seguidilla: pentasílabo-heptasílabo-pentasílabo, si bien sin rima alguna. El haikú sería, pues, equivalente a los tres últimos versos de una seguidilla compuesta, y blanca:


Si se pusiera
un mango a la Luna

¡oh, qué abanico!

Tipo de versos.- Como se ha dicho, las seguidillas del poema alternan ordenadamente versos de siete y de cinco sílabas, heptasílabos y pentasílabos. Conviene revisar la tipología de estos tipos de versos, para lo que me basaré en la doctrina de Tomás Navarro y Rudolph Baehr[i], que reducen los pies rítmicos clásicos tan solo al dáctilo (óoo) y al troqueo (óo), por considerarlos más afines a la acentuación natural del castellano.

Revisión de los tipos de heptasílabos.-

En la seguidilla compuesta son heptasílabos los versos 1º, 3º y 6º. Es pertinente por lo tanto revisar los tipos de heptasílabos según la disposición de los acentos.

El heptasílabo es el verso de siete sílabas, también llamado, como el hexasílabo, verso de redondilla menor, o anacreóntico o de endecha.

La única condición en cuanto a la disposición de los acentos es que la sexta sílaba métrica ha de estar acentuada, mientras que las contiguas, 5ª y 7ª, deben ser átonas. La posible existencia de otros acentos sobre alguna o algunas de las primeras cuatro sílabas determinan los diferentes ritmos del heptasílabo y, a su vez, los diferentes tipos de esta modalidad de versos. Son estos (entre corchetes la anacrusis):

1) Trocaico (o yámbico), con anacrusis en la 1ª sílaba  y acentos en 2ª, 4ª y 6ª (alguno de los dos primeros puede faltar):

Y todo bulle y vive   [o] óo óo óo  - trocaico completo
El sabio con corona [o] óo oo óo  - trocaico incompleto 2-6
Como león semeja   [o] oo óo óo  - trocaico incompleto 4-6

2) Dactílico (o anapéstico), con las dos primeras sílabas en anacrusis y acentos en 3ª y 6ª::

Cien insectos alados [oo] óoo óo

3) Mixto de tipo A (periodo rítmico = dáctilo + troqueo), con acentos en 1ª, 4ª y 6ª sílabas:

Dórida ingrata mía,  óoo óo óo

4) Mixto de tipo B (periodo rítmico = troqueo + dáctilo), con acentos en 1ª, 3ª y 6ª sílabas:

Islas blancas y verdes óo óoo óo

Si los versos no fueran llanos los esquemas métricos anteriores se mantendrían si bien, si fueran agudos, la última sílaba gramatical sería la 6ª métrica, y, si fueran esdrújulos, la antepenúltima sílaba gramatical sería asimismo la 6ª métrica.

Revisión de los tipos de pentasílabos.-

En la seguidilla compuesta son pentasílabos los versos 2º, 4º, 5º y 7º. Analizaré la tipología de los pentasílabos según la disposición de los acentos.

El pentasílabo es el verso de cinco sílabas. Se usó en principio tan solo en combinación con otros, mayormente con el heptasílabo, respecto del cual funciona como pie quebrado. Solamente a partir del siglo XV empezó a usarse de manera autónoma por algunos poetas, pero esto se sale de nuestro interés porque aquí lo consideramos, dentro de las seguidillas, de manera subordinada al heptasílabo. De acuerdo con la norma métrica general del verso castellano este verso debe llevar acentuada su penúltima sílaba, es decir la 4ª, y en consecuencia tanto la 3ª como la 5ª han de ser átonas, mientras que la 1ª o la 2ª llevarán alternativamente un segundo acento. Según cual de las dos lo lleve resultarán los dos tipos posibles de ritmo del pentasílabo:

1)     Dactílico, con acentos rítmicos en 1ª y 4ª sílabas:
Nada te turbe óoo óo

2) Trocaico, con acentos rítmicos en 2ª y 4ª, mientras la 1ª, átona, forma la anacrusis:

         serás contento [o] óo óo

3) Trocaico incompleto. Cuando tanto la 1ª como la 2ª sílabas son inacentuadas, el único acento del verso es el de la 4ª sílaba; esta forma con la 5ª un pie trocaico, un troqueo, mientras que las tres primeras formarían teóricamente la anacrusis. Sin embargo, entiendo que un verso así, sin periodo rítmico y sin más apoyatura rítmica que el troqueo final, el periodo de enlace, está incompleto, y el recitador tenderá a completar el ritmo trocaico y creará un falso acento, es decir, acentuará la 2ª sílaba aunque sea de por sí inacentuada. Es lo que sucede también en los heptasílabos trocaicos incompletos 2-6 y 4-6, por cuanto el ritmo trocaico es muy sugerente para el que recita y le lleva a suplir los “huecos” de acentuación con énfasis acentuales circunstanciales aunque no los respalde la prosodia.

         me lo negaste [o] oo óo

Análisis métrico y rítmico. - Vayamos pues al análisis de medidas y acentos seguidilla por seguidilla y verso por verso. Al principio de cada seguidilla indicaré su número de orden en la composición y a comienzo de cada verso, su número de orden dentro de la estrofa. Las sílabas tónicas irán en negritas, y aquellas en que recaigan los acentos de intensidad, además, en rojo; las tónicas forzadas se colorearán en fucsia . Las sinalefas irán entre paréntesis ( ).

Primera seguidilla
1 La-ce-bo-(lla es)-es-car-cha -> hept. dactílico (7dac), efecto antirrítmico (antrr) de la 4ª sobre la 3ª.
2 ce-rra-(da y)-po-bre -> pent. trocaico (5t).
3 es-car-cha-de-tus--as -> hept. trocaico incompleto 2-6 (7ti26).
4 y-de-mis-no-ches -> pent. trocaico incompleto (5ti).
5 Ham-(bre y)-ce-bo-lla -> pent. dactílico (5dac).
6 hie-lo-ne-gro-(y es)-car-cha -> hept. mixto de tipo B (7mB).
7 gran-(de y)-re-don-da -> 5dac.


Segunda seguidilla
1 En-la-cu-na-del-ham-bre -> 7dac.
2 mi-ni-(ño es)-ta-ba. -> 5t.
3 Con-san-gre-de-ce-bo-lla -> 7ti26.
4 (se a)-ma-man-ta-ba. -> 5ti.
5 Pe-ro-tu-san-gre, -> 5ti.
6 es-car-cha-da-(de a)--car, -> 7dac.
7 ce-bo-lla-(y ham)-bre -> 5t.

Tercera seguidilla
1 U-na-mu-jer-mo-re-na -> 7ti46.
2 re-suel-(ta en)-lu-na -> 5t.
3 se-de-rra-(ma hi)-(lo a)-hi-lo -> 7dac. Antrr de la 4ª sobre la 3ª, especialmente complicada por la sucesión de sinalefas.
4 so-bre-la-cu-na -> 5ti.
5 -e-te,-ni-ño -> 5dac.
6 que-te-tra-gas-la-lu-na -> 7dac.
7 cuan-(do es)-pre-ci-so. -> 5t.

Cuarta seguidilla
1 A-lon-dra-de-mi-ca-sa -> 7ti26.
2 -e-te-mucho -> 5dac.
3 Es-tu-ri-(sa en)-los-o-jos -> 7dac; acento secundario en la primera que no altera el ritmo dactílico.
4 la-luz-del-mun-do -> 5t.
5 -e-te-tan-to -> 5dac.
6 (que en)-el-al-(ma al)-o-ir-te -> 7dac.
7 ba-(ta el)-es-pa-cio -> 5dac.

Quinta seguidilla
1 Tu-ri-sa-(me ha)-ce-li-bre -> trocaico completo (7tc).
2 me-po-ne-a-las -> 5t.
3 So-le-da-des-me-qui-ta -> 7dac.
4 cár-cel-(me a)-rran-ca -> 5dac.
5 Bo-ca-que-vue-la -> 5dac.
6 co-ra-zón-(que en)-tus-la-bios -> 7dac.
7 re-lam-pa-gue-a -> 5ti.

Sexta seguidilla
1 Es-tu-ri-sa-(la es)-pa-da -> 7dac.
2 más-vic-to-rio-sa -> 5dac.
3 Ven-ce-dor-de-las-flo-res -> 7dac.
4 y-las-a-lon-dras -> 5ti.
5 Ri-val del sol. -> 5t agudo.
6 Por-ve-nir-de-mis-hue-sos -> 7dac.
7 y-de-(mi a)-mor. -> 5ti agudo.


Séptima seguidilla
1 La-car-(ne a)-le-te-an-te, -> 7ti26.
2 -bi-(to el)-pár-pa-do -> 5dac esdrújulo.
3 el-vi-vir-co-mo-nun-ca -> 7dac.
4 co-lo-re-a-do -> 5ti.
5 ¡Cuán-to-jil-gue-ro -> 5dac.
6 se-re-mon-(ta, a)-le-te-a -> 7dac.
7 des-de-tu-cuer-po! -> 5ti.

Octava seguidilla
1 Des-per--de-ser-ni-ño -> 7dac, antrr de la 5ª sílaba (tónica) sobre la 6ª (tónica principal).
2 Nun-ca-des-pier-tes. -> 5dac.
3 Tris-te-lle-vo- la-bo-ca. -> 7dac. El acento en la 1ª no tiene de incidencia en el ritmo dactílico.
4 -e-te-siem-pre. -> 5dac.
5 Siem-(pre en)-la-cu-na, -> 5dac.
6 de-fen-dien-do-la-ri-sa -> 7dac.
7 plu-ma-por-plu-ma. -> 5dac.

Novena seguidilla
1 Ser-de-vue-lo-tan-al-to, -> 7dac. Lo mismo que en el 3er verso de la anterior.
2 tan-ex-ten-di-do, -> 5ti.
3 que-tu-car-ne-pa-re-ce -> 7dac.
4 cie-lo-cer-ni-do. -> 5dac.
5 ¡Si-yo-pu-die-ra -> 5t.
6 re-mon-tar-(me al)-o-ri-gen -> 7dac.
7 de-tu-ca-rre-ra. -> 5ti.

Décima seguidilla
1 Al-oc-ta-vo-mes--es -> 7dac. Efecto antirrítmico de la 5ª (tónica) sobre la 6ª (tónica principal) que perturba algo la cadencia dactílica; el recitador deberá compensarlo –en este caso y en otros semejantes en la composición- inhibiendo el énfasis acentual de la 5ª (por ejemplo, uniendo en la pronunciación ambas palabras: mes ríes -> mesríes).
2 con-cin-(co a)-(zaha)-res -> 5t. En la sinéresis -(zaha)- no deberán sonar dos aes sino una sola a prolongada.
3 Con-cin-co-di-mi-nu-tas -> 7ti26.
4 fe-ro-ci-da-des. -> 5ti.
5 Con-cin-co-dien-tes -> 5t.
6 co-mo-cin-co-jaz-mi-nes -> 7dac.
7 a-do-les-cen-tes. -> 5ti.


Undécima seguidilla
1 Fron-te-ra-de-los-be-sos -> 7ti26.
2 se-rán-ma-ña-na -> 5t.
3 cuan-(do en)-la-den-ta-du-ra -> 7ti6. El heptasílabo solo tiene acentuada la 1ª y la 6ª. Asimilo este caso, muy poco frecuente, al ritmo trocaico, con dos falsos acentos en 2ª y 4ª, buscando una mayor armonía con los dos versos trocaicos que lo anteceden.
4 sien-tas-un-ar-ma -> 5dac, antrr de la 3ª sobre la 4ª.
5 sien-tas-un-fue-go -> 5dac, antrr de la 3ª sobre la 4ª.
6 co-rrer-dien-tes-a-ba-jo -> 7ti26, antrr de la 3ª sobre la 2ª.
7 bus-can-(do el)-cen-tro -> 5t.

Duodécima seguidilla
1 Vue-la-ni-(ño en)-la-do-ble -> 7dac; el acento en la 1ª es irrelevante a los efectos del ritmo.
2 lu-na-del-pe-cho -> 5dac.
3 Él,-tris-te-de-ce-bo-lla. -> 7ti26, antrr de la 1ª sobre la 2ª.
4 ,-sa-tis-fe-cho. -> 5dac.
5 No-te-de-rrum-bes. -> 5dac.
6 No-se-pas-lo-que-pa-sa -> 7ti26, antrr de la 1ª sobre la 2ª.
7 ni-lo-(que o)-cu-rre. -> 5ti.

Resumen del análisis métrico y rítmico.- La composición consta de 84 versos, 36 heptasílabos y 48 pentasílabos. La estadística por tipos rítmicos de los hemistiquios de este poema es como sigue:

Heptasílabos
Trocaico completo …………………………………..   1
Trocaico incompleto 2-6 ……………………………   9
Trocaico incompleto 4-6 ……………………………   1
Trocaico incompleto solo con acento en 6ª…….   1
       TOTAL TROCAICOS …………………………...  12
Dactílico ………………………………………………   23
Mixto de tipo A ………………………………………    0
Mixto de tipo B ………………………………………    1
        TOTAL DACTILICOS O ASIMILADOS              24

Pentasílabos
Trocaico ………………………………………………    13
Trocaico incompleto ……………………………….    14
         TOTAL TROCAICOS …………………………    27
Dactílicos …………………………………………….    21
          TOTAL DACTÍLICOS ………………………..    21

Se registra una clara preferencia por los ritmos dactílicos (el doble) frente a los trocaicos entre los heptasílabos. No así entre los pentasílabos, en que ambos ritmos se utilizan casi con la misma frecuencia. En cuanto a la manera de combinar ambos ritmos en los versos de las seguidillas no se advierte una pauta sistemática sino que más bien parece que se van distribuyendo según caen, según el gusto o el arte del poeta.
Por lo demás, se registran dos versos agudos y uno esdrújulo. Hay un número moderado de efectos antirrítmicos (7), ocasionados por algunas sílabas contiguas a las principales que llevan a su vez acentos secundarios, pero éstos, aparte de ser pocos, afectan muy poco a un ritmo tan marcado e insistente como el que imponen los acentos principales.

Rima.- La rima de toda la composición es asonante, según lo habitual en  este tipo de composiciones.

Léxico y figuras retóricas.- Me hubiera gustado abordar con detalle estos rasgos de la creación poética de Hernández, pero esto desborda por mucho mi propósito y mi capacidad. Por ello me he limitado a los aspectos métricos y rítmicos del poema. Tan sólo quiero dejar constancia de la riqueza y la variedad tanto del vocabulario como de las metáforas y otras figuras retóricas que que vertebran poéticamente y embellecen esta obra entrañable del Hernández en la desgracia de su cautiverio y del alejamiento de su mujer y su hijo, de la que, como muestra, destacaré la décima seguidilla, que dedica a los dientes recientes del niño:

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

En cuanto al propósito y al entorno que rodea el poema y lo condiciona ¿qué decir? La composición oscila entre la desolación y la ensoñación: la desolación por su cautiverio, por la miseria de su mujer y de su hijo, y la ensoñación de ese niño, promesa y futuro, en tan negras circunstancias, que él quisiera conjurar, alejar del hijo: no sepas lo que pasa/ni lo que ocurre..

Madrid, martes, 1 de diciembre de 2015.

Francisco Redondo Benito de Valle




[i] Manual de versificación española. Editorial Gredos. 1ª edición, 1970.