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lunes, 28 de junio de 2021

Margarita

 

In memoriam


Margarita se ha ido

Sin decirlo sin pensarlo

Sin nada …

 

Nunca solía hacerlo.

Tantas veces caminamos en grupo …

Subíamos.

Bajábamos.

Andábamos..

A veces descansábamos.

 

Pero nunca intentó desmarcarse.

No quería.

Nos quería.

Nos queríamos.

Hablábamos.

Reíamos.

Callábamos..

Conversábamos.

Daba gusto caminar a su lado.

La alegría la rebosaba.

Éramos …

Amigos.

 

No. Nunca intentó desmarcarse.

 

Ahora sí.

Sin decirlo, sin pensarlo,

Sin nada …

Sin moverse del sitio.

Caminando ella sola

A encontrarse, quizá, consigo misma.

 

Francisco

Madrid, 18 de junio de 2021.

martes, 14 de noviembre de 2017

Conchita vive en el recuerdo

    
















En memoria

Conchita no se va sino se queda
entre las hojas pálidas del tiempo.
Como una mariposa detenida,
como una flor prensada en un cuaderno.

Queda en perfume de los almanaques,
en luz de estelas de fotografías,
en alma de lugares y de cosas.

No se va, no. Nosotros nos marchamos,
vida adelante, paso a paso, casi
sin quererlo, contando nuestras horas,
desgranando el rosario de los días,
que tensan el cordel de la memoria.
Ella se queda mientras caminamos,
prendido del sedal de los recuerdos
el pez del corazón, bien enganchado.

Conchita, hermana, amor, yo te recuerdo …
Yo te recuerdo … cuando humedecías,
rotos por la emoción, tus ojos tiernos.
Te los tuvieron que curar ¿te acuerdas?
y por curarlos te escribí estos versos:

¿Como podrá sin él vestir la Noche
el ruedo recamado de su Manto
a falta de su más preciada Gema?”

“Oye, Conchita, su gentil reproche
y devuelve a la Luz todo su encanto
y a la Nocturna Reina su diadema”. 

No queda Luz ni Noche ni Diadema,
ni Dulzura ni Encanto ni Corona:
solo nos queda el llanto sin tus ojos …
y el sedal del recuerdo anclado en las entrañas.


Madrid, lunes, 23 de octubre de 2017

viernes, 12 de febrero de 2010

Ángel

En memoria de mi amigo Ángel Buceta, quien de repente se nos marchó y nos dejó en la penuria de no tener a mano el bálsamo de su humor ni el ejemplo de su hombría de bien.


Caíste al fin del lado de las sombras:

tu corazón maltrecho

dimitió de su cargo

de reloj de la torre de tu biología.


Y te fuiste discreta, dulcemente,

hacia tu sueño en paz, tu ultimo sueño,

tras recibirla socarrón, con sorna,

con un corte de mangas,

a la parca, ridículo espantajo.


Y te fuiste y nos dejas

el sólido latir

del cotidiano tedio,

la rutina de ser cada mañana

un remedo más viejo de uno mismo,

una memoria extensa

que apenas reconoce

su carga de recuerdos mal grabados

en ese disco duro

que más parece rueda de carreta.


Y te fuiste y nos dejas

entre el caos sin ti de tus objetos

en el orden que sólo tú sabías,

en el orden que tú le habías dado.

Te buscamos sin tregua y sólo hallamos

indicios de tus huellas,

relámpagos menudos de tu paso,

señales de tu afán iluminados,

como pista de plata

de un lento caracol.


Te fuiste, sí, y te quedas

reducido a vivir en los confines

de contornos difusos del recuerdo,

en la plural memoria de aquellos que te amaron

y que son a esta hora

suave dolor de ausencia … y añoranza.


Pasará el tiempo, seguirán los días

dejando aquí o allá pecios de carne

o saldos de tristeza

o míseras cenizas

o esculturas de sal por los caminos,

y al fin se agotará hasta la memoria,

y el voraz almanaque

engullirá los restos

de quienes te quisimos.


Y eso habrá sido todo ...


¿Todo? No, todo no, que haber vivido

tu peculiar y escueta trayectoria,

todo ese amor, dolor, humor irrepetibles,

esa concreta estela de tus sueños,

destello diminuto

en la orgía de luz de las estrellas

no lo borrará nadie.

NUNCA.


Madrid, miércoles, 13 de enero de 2010

viernes, 11 de diciembre de 2009

Pasión y muerte del general Riego

A mi amigo Ángel Sabroso, didáctico y republicano

Referencia de imagen (Por cortesía de Francisco Domingo): http://www.fdomingor.jazztel.es/pronunciamiento%20de%20riego.html

A las puertas cereales de un mercado,

con pasión, como mueren los mejores,

entre escarnios de seres inferiores,

prez de la Libertad, moriste ahorcado.


Tu cadáver atroz, descuartizado,

en alto se exhibió, pregón de horrores.

Así rendía el rey felón honores

a los preclaros hombres del Estado.


Así acabaron el Empecinado,

Marianita Pineda, el gran Torrijos:

la crema de las filas liberales.


Así aquel rey, funesto en su reinado,

y esta patria, madrastra de sus hijos,

Bienes cribaban y esparcían Males.


Madrid, domingo, 06 de diciembre de 2009

Modificado el 26/12/2009

viernes, 27 de marzo de 2009

En algún tiempo estás conmigo, amigo


En memoria de Luis Mª. Echevarría

En algún tiempo estamos concordando,

en algún tiempo estamos consintiendo,

en algún tiempo estamos congeniando,

me estás acompañando, compañero,

y de tu compañía me complazco.

En algún tiempo estás conmigo, amigo;

voy por la vida dando a manos llenas,

firme es mi voz, seguro el pulso mío,

no miro atrás, a todos me confío

y hago míos sus gozos y sus penas.

En algún tiempo estamos concordando,

en algún tiempo estamos consintiendo,

en algún tiempo estamos congeniando,

me estás acompañando, compañero,

y de tu compañía me complazco.

En algún tiempo estás conmigo, amigo;

en algún tiempo, acaso hace una hora,

en algún tiempo, acaso, mas no ahora.

Ya nunca ahora ... porque ya te has ido.

Madrid, 7-12-1.979

miércoles, 20 de febrero de 2008

Federico en Víznar

No eras para morir por los barrancos,
entre pulpos con púas de las pitas;
no eras para un horror de madrugada,
de aquella españa de rosario y misa,
toros al sol y sangre de la tarde,
y noches de prostíbulo y querida.

No eras para los rostros de cuchillo,
impasibles, brutales, en jauría,
sin la urgencia del hambre de los lobos,
sin el oficio que al verdugo anima:
sólo el sórdido afán del matarife
de ahogar en sangre el grito de la vida.

No eras para esa muerte, no, escamoteada,
sin pasión ni testigos, clandestina …
Solo tú con tu angustia en la agria espera
sin cirineo, sin la femenina
mano de la Verónica y su paño,
sin el consuelo de las tres marías …

No eras para la burda borrachera
en la niebla sin fin que se avecina;
para el andar a tumbos, desalmado
por el hondo pavor que paraliza.
Ni para el restallar del latigazo
que florece del arma hasta la herida.

Pero fuiste convulsos estertores,
grito animal, vida retrocedida,
espejo roto en cinco mil pedazos
tras el trance crucial de la agonía.
Y luego hedor y pasto de gusanos
por el terrible secarral de Víznar.

miércoles, 31 de octubre de 2007

La flor de la violencia

Ante el horror del 11 de Marzo y otros horrores precedentes y consecuentes


La flor de la violencia ...
es de color sangriento,
se cultiva en el odio,
se riega con desprecio
del otro, y se cosecha
con inquina y despecho
entre ruinas y lágrimas,
desolación y miedo ...

[Vi tantas sinrazones,
tanto lloré los muertos
de los otros ...
... que ahora,
cuando llegan mis muertos,
me encuentran aquí sólo,
con los ojos resecos,
con los párpados raspando como lija,
con el mudo estupor hecho silencio]...

Todo invita al análisis más simple,
al horizonte de mente más estrecho,
al círculo privado que no sale
de los confines del corto sentimiento.

El Odio nos confunde, nos acosa,
nos embota con simples argumentos ...


Hay que romper el círculo vicioso
superar los prejuicios asimétricos:

“Somos los inocentes,
nosotros, somos buenos;
los malos son los otros,
los otros, sólo ellos.”

Pues ni ellos ni nosotros,
algo que va rompiendo
la natural tendencia
a los buenos deseos:

la codicia, la infamia,
el poder, el anhelo
del infinito lucro,
del parcial privilegio,

algo que agosta el alma
como letal veneno,
que por treinta monedas
de vil metal mostrenco
compra las voluntades
del venal y del necio.

[El mensaje perverso: “todo vale”,
el “agarra la plata y sal corriendo”,
el buen vivir mientras los otros mueren,
el no mirar cuando otro va muriendo].

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Jesús de Nazaret , diez mil veces negado,
profeta de la Vida, y del Amor maestro,
al Odio que reitera la injuria impenitente
no tiene ya mejillas que seguir ofreciendo ...

En cueros y en cuclillas de asco muere

el pobre Gandhi, líder no violento …