Atardece en mis ojos:
pronto no verán ya
esos celajes tristes y gloriosos
con que la tarde,
como yo,
se muere.
Pronto no verán ya.
Vivir es la renuncia
constante a tantas cosas,
a tantas cosas …
No importaría, pero
la añoranza
me las revive a diario,
sin el brillo de antes,
sin la mágica
luz que las ilustraba …
Me las pone delante
por deplorar su ausencia
inevitable,
por hurgar en la herida
de su pérdida.
Por hacerme llorar.
Atardece en mis ojos.
Y casi llego a desear
una noche cerrada,
definitiva,
espesa …
Balneario de Lugo, 7/7/2007.
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viernes, 3 de agosto de 2007
jueves, 2 de agosto de 2007
Añoranza
¿Por dónde andáis, fantasmas del pasado,
tristes objetos que vagáis perdidos
por entre los trasfondos escondidos
que amueblan mi cerebro trastornado?
¿Dónde fuisteis dulzuras del pecado,
turbulenta embriaguez de los sentidos
que poblaba de anhelos encendidos
este mi corazón deshabitado?
Pues que perdidos sois, sin esperanza,
¿por qué me acosa como el trapo al toro
sin tregua ni respiro la añoranza?
¡¡Es ruina sin remedio mi tesoro!!
¡Venga el olvido al quite sin tardanza
y, en su niebla, sepulte cuanto añoro!
tristes objetos que vagáis perdidos
por entre los trasfondos escondidos
que amueblan mi cerebro trastornado?
¿Dónde fuisteis dulzuras del pecado,
turbulenta embriaguez de los sentidos
que poblaba de anhelos encendidos
este mi corazón deshabitado?
Pues que perdidos sois, sin esperanza,
¿por qué me acosa como el trapo al toro
sin tregua ni respiro la añoranza?
¡¡Es ruina sin remedio mi tesoro!!
¡Venga el olvido al quite sin tardanza
y, en su niebla, sepulte cuanto añoro!
Etiquetas:
añoranza,
decadencia,
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Poesía,
soneto
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