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viernes, 16 de julio de 2010

El llanto

Licor de la pasión, lujo del alma,

destilado en agraz de la tristeza,

bronco gañir con que la vida empieza,

húmedo adiós cuando se acaba en calma.


Flujo en que, fuente a fuente, el tiempo empalma

la pena o alegría en que tropieza

un corazón sin norte ni cabeza,

que en tan salado humor trenza su palma.


Me apartaron de ti, por no ser flojo,

a un exilio de esparto, macho y duro,

hijo del pedernal, cardo o abrojo;


y al fin, viejo, castrado e inseguro,

por cualquier cosa los pañuelos mojo,

plañidero senil, higo maduro.

martes, 17 de junio de 2008

Mano y paciencia

Ya no estoy para amar y, sin embargo,
mi viejo corazón aún persevera
en mantenerse en su gozoso cargo
de amar al hilo de la Primavera.

Un busto audaz me saca del letargo,
un dulce sonreír mi sangre altera
e, imaginadamente, mano alargo
hacia la carne en flor que carne espera.

Y en esto para todo porque, luego,
el gendarme interior, miedo o prudencia,
apaga los rescoldos de mi fuego.

Que, a los que atesoramos experiencia,
cuando nos tienta el diosecillo ciego
nos consuela la mano y la paciencia.

Madrid, martes, 13 de mayo de 2008