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viernes, 7 de enero de 2022

En busca del helecho

Me apetece transcribir aquí el texto de una canción vasca que cantaba mi madre, con su bellísima voz, hará ya unos setenta y tantos años. Sirva de excusa la navidad y toda su carga de nostalgia.



En busca del helecho

En busca del helecho
los campesinos van.
Ya va vistiendo de oro
su fronda el castañal.
Madre mía, di:
¿Por qué tus ojos, madre,
por qué quieren llorar?

Se va la golondrina
a su africano hogar.
La luz del día se apaga,
arrecia el vendaval.
Madre mía, di:
¿Por qué tus ojos, madre,
por qué quieren llorar?

sábado, 26 de diciembre de 2009

Mis sones, mis señas

Por los caminos me voy

a encontrarme con mi pueblo

(ese bullicio de gente

con el corazón despierto).


Llevo en mi zurrón un trozo

de pan ya casi reseco,

mi navaja cabritera

y un buen pedazo de queso;


en mi bota tinto bravo

para desterrar el muermo …

y en mi garganta los sones

ancestrales que yo aprecio,


los que nacieron vibrando

del caudal del sentimiento,

los que se sacó mi gente

del corazón por derecho.


Si me preguntan quien soy

rapidito les contesto:

mirad, yo soy casi nadie

pero valgo como ciento


porque tengo mis raíces

bien hincadas en mi pueblo;

del pueblo nací y a él voy,

no importa donde me encuentro,


me importa que lo que haga

sea digno de esos cimientos,

de lo demás otros digan

si hay algún merecimiento,


que a mí me basta sentirme

conmigo mismo de acuerdo

y decirle mi canción

a quien le plazca irme oyendo.

viernes, 6 de marzo de 2009

Más seguidillas

¿Qué quieres que te diga

que tú no sepas?

Lo que te dije anoche

llevas a cuenta.

Que ya lo sabes:

soy de pocas palabras

pero cabales.

 

 

Desde lo alto del cerro

los vengo viendo,

unos ojitos, madre,

negros, muy negros.

¡Ole con ole!

Los ojos de mi niña,

como dos soles.

jueves, 15 de mayo de 2008

Coplillas del tio Paco

Hoy, día de San Isidro Labrador, patrono de los labriegos y los madrileños publico aquí estas viejas coplas de pié quebrado.

Dedicadas en su día a Anselmo Hoyos y a la COAG. Y encontradas en Vilviestre, entre los papeles del difunto tío Filadelfo, al que se las había dado y divulgadas allí con mi permiso por la parienta Edita, a la que le habían gustado mucho.

Para el oficio labriego
no hay porvenir ni esperanza
si no encuentra sin tardanza
su remedio.

Pues tiene que soportar,
pinten oros, pinten bastos,
el despilfarro y el gasto
nacional.

Que lo que cree que gana
al metérselo al bolsillo
es sólo lo que algún pillo
no le afana.

Que al pequeño labrador,
como al maestro de escuela,
sólo la fama le queda,
y el sudor.

Pues, cuando industria no había
y la había que crear,
al campesino aguantar
se pedía.

A la industria que crecía
dio el campo sustento y brazos
mientras que el campo a pedazos
se caía.

Para el andamio y las minas
fue venero inagotable
el vientre de muchas madres
campesinas.

Hoy, las aldeas vacías,
sólo van quedando viejos
mientras que los hijos, lejos,
los olvidan.

Cuando el país prosperó
y volvió el Agro a la carga
me le fueron dando largas
y jabón.

Vino al fin la depresión,
lloró el industrial, ladino,
y el clamor del campesino
oscureció.

Oye, pues, Campo Español,
tiempo es ya que te dés cuenta,
del problema de tu hacienda
solución

no saldrá de una oficina
de la lejana ciudad
sino de la voluntad
campesina.

Bien está que hable el ministro
y proyecte el ingeniero
pero nadie sea vocero
de ti mismo,

pues no saldrás del letargo
ni encontrarás tu camino
hasta que de tu destino
te hagas cargo.


Entérate, pues, paisano:
un alto futuro espera
para el labrador que quiera
con sus manos

construir para el mañana
una sociedad rural
fecunda, libre e igual
de la urbana.

Madrid, 24-2-1.976.

martes, 25 de diciembre de 2007

Coplas

Compañerita del alma:
cerca de mí te quisiera
y no en la amarga distancia
a que condena la ausencia.


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Compañerita del alma:
me cansa no hallar el peso
de tu cabecita leve
sobre los arcos del pecho.

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Malhaya el corazón mío,
que tan sin tasa se entrega;
malhaya éste desvarío
de quererte tan a ciegas.

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De lejos vengo por verte,
que de no verte voy ciego;
bendita mi mala suerte
de quemarme en ese fuego.

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No sé lo que te daría
por el capricho de un beso,
si ya te entregué la vida,
cuanto soy y cuanto tengo.

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Echarme penas y penas,
que no las quiero contar;
lo mío es contar arenas
a la orillita del mar.

******************************

Dicen que la noche es calma
y el día, desasosiego:
será que de dia te busco ...
y que de noche te encuentro.

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Dicen que guarda la Luna
secretos que el Sol no sabe;
los que me dijiste anoche,
a más de tú y yo, ¡ni al aire!

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¡Qué desconsuelo,
qué desconsuelo!
Yo siempre por abajo,
tú por el cielo.

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lunes, 24 de diciembre de 2007

El aire juega con tus cabellos

Antes que tú me quisieras,
lo mucho que te quería
yo se lo contaba al aire.
Y el aire me comprendía.

No te sorprenda que el aire
jugara con tus cabellos
como si mi mano fuera
la que jugara con ellos.

martes, 18 de diciembre de 2007

Seguidillas

Junto a la oliva
me dijiste una noche
que me querías.
Dijo la oliva:
“Palabrita de hombre
pronto se olvida”


Que tú eras poco,
mi madre me decía
- ay serrano del alma –
torcío y loco.
Solo con verte
se me entraban temblores
de no tenerte.


Entre guitarras,
se me ahondan las penas,
serrano mío,
dentro del alma;
que sus rasgueos
me recuerdan el tiempo,
serrano mío,
que no te veo.


Traerme flores
y mantones de seda,
mamita mía,
que yo me adorne.
Que, en la colina,
me han dicho que lo han visto,
mi amante, madre,
que acá camina.


Poner banderas
y echar puentes de plata,
mamita mía,
que ya se acerca.
Dejarme sola,
que ya viene mi amante,
mamita mía,
para mi alcoba.


Una vara de nardo
tengo en mi huerto
que, en flores, va cantando
lo que te quiero.
Lo que te quiero:
el cariño más grande
del mundo entero.