Coplas de pie quebrado
Hoy mataron como a un perro
a quien llamaban Bin Laden;
con ello otra muesca añaden
a su hierro.
Murió. Quizá mereciera
ese violento final
quien la violencia y el mal
promoviera.
Murió. ¿No habrá quien deplore
tan bárbaro fenecer?
Al menos yo no he de ser
quien lo llore.
Pero me deja un regusto
amargo observar un hecho
que ni se ajusta a derecho
ni es justo.
¿Acaso no hay tribunales
que lo pudieran juzgar
y con calma examinar
de sus males?
De Némesis y de Marte
hoy el Imperio investido
¿no es en su peor sentido
juez y parte?
Pues si mataba por miles
otros, de miles, por cientos
mataban en sus recuentos,
de civiles.
¿Quién juzgará a los culpables
de aquellas atrocidades,
a aquellas Autoridades
responsables?
¿Tan sólo importan de hecho
las muertes americanas?
Otras víctimas humanas
¿son desecho?
De jerifes justicieros
balacera es de dos bandos:
triste hazaña de comandos
pistoleros.
¿Qué decir de la captura
tras de inquisitorio fiero
que violó el humano fuero:
la Tortura?
¿Volverá a ser instrumento
de Justicia Universal
el trámite medieval
del Tormento?
Esta imperial regresión
al Mundo aterra y espanta:
¡¡¡Redescubrieron la Santa
Inquisición!!!
Más tarde el golpe de mano,
clandestino en suelo ajeno,
sin venia ni visto bueno
soberano.
Para Obama y sus matones
¿son campo abierto y frontera
que hollar de cualquier manera
las naciones?
Y llegó el western sangriento
contra un hombre desarmado,
luego rostro destrozado
y macilento.
Y la venganza final
al legar al mar su suerte,
para un musulmán la muerte
teologal.
¿Es esta saña de obseso,
este maquinar oscuro,
el del País del Futuro
y el Progreso?
Murió el hombre del Horror,
pero los que lo han matado
al Mundo tienen helado …
de PAVOR.
Madrid, martes, 3 de mayo de 2011