Contestación a un amigo que polemizaba y hacía elogio de la virginidad ofrecida a Dios
Amigo, vamos a ver,
en el santo matrimonio,
contentar a la mujer
y otorgarle su placer
¿es dar tributo al demonio?
Y si es la procreación
la excusa para estos casos,
no entiendo la fijación
de dos mil y un revolcón
para un par de hijos escasos.
Si yo, por término medio
tengo un coito en siete días,
cincuenta y dos de promedio
¡Santo Niño del Remedio!
al año me contarías.
Con cuarenta y dos, la cuenta
de nupciales regocijos
me da dos mil ciento ochenta
contactos con mi parienta ...
¡para tener mis seis hijos!
Algo falla en este invento
del procreador oficio.
Según mi razonamiento,
o es muy bajo el rendimiento
o la demasía ... ¿es vicio?
Dar y recibir amor,
¿no es por ventura más cierto
que es la manera mejor
de mostrar el esplendor
de dos almas en concierto?
Negándose, conquistar
del otro la perspectiva
y, desde allí, proclamar
la ventura de entregar
el alma como cautiva.
Anonadarse en la amada,
ser con ella un sólo canto,
una carne, una enramada
donde ser uno no es nada
y ser dos es tanto… y ¡tanto! …
Amar es bueno en sí mismo,
no es pretexto para nada:
sacrificarse al abismo
de estar sólo es egoísmo
o tragedia desdichada.
¡Esposa de Dios!¡Qué triste!
¡Qué absurdo!¡Qué primitivo!
Si fuera cierto que existe
le diría: Dios, ¿pusiste
el deseo en todo vivo
por marchitarlo, cautivo,
o, como raudal sonoro,
exaltado, ardiente, vivo,
en himno triunfal, activo,
cantar tus glorias a coro?
¡Oh, virginidad, precinto
de un mundo macho caduco
que veda acceso al recinto
que guarda, su alfanje al cinto,
un ángel fiero y eunuco.
Virginidad, garantía
de pureza que vendieron,
¿eres virtud o falsía
del hombre que desconfía
del paño que le ofrecieron?
Con Machado considero
que "no eres tú mi cantar,
no puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero
sino al que anduvo en el mar".
2 comentarios:
Pero cómo es posible que no haya comentarios a este poema, tal vez quedaron mudos los lectores, por rencor si no estuvieron de acuerdo, o por admiración, si les otorgó el supremo hacedor, si no la capacidad para el arte, la habilidad para saber verlo donde lo hay, entre estos últimos creo hallarme y entre estos versos me pareció ver unidos ingenio y poesía, además de didáctica filantropía.
Entre todos los pecados
la ignorancia es el peor
y entre todos los dictados,
el de los apareados
me parece a mí el mejor
Bienvenido, Childe, y perdona que no te comentara antes el elogio, pero me pilló de vacaciones.
Pero ¡qué exagerado eres!, aunque bendita sea tu exageración y gracias por la quintilla.
Un fuerte abrazo,
Francisco
Publicar un comentario