Quiero montar a pelo la blancura
que tu carne ilumina y enaltece;
quiero morder la rosa que te crece
en cada pecho, cumbre de hermosura.
Quiero soliviantar de tu postura
el sereno yacer que la embellece,
y avivar el deseo que enloquece
ya de lujuria tu mirada impura.
Quiero lamer el vello de tu vientre,
degustar el dulzor de tu saliva
y el sacro pubis profanar sin tregua
Quiero follarte allí donde te encuentre:
desenfrenado Pan, Venus lasciva,
potente garañón, ardiente yegua.
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