viernes, 3 de septiembre de 2010

Endecasílabo trocaico

La peculiaridad del endecasílabo acentuado en todas las sílabas pares consiste en lo siguiente:

según Navarro Tomás en el verso se distinguen tres partes

anacrusis-periodo rítmico-periodo de enlace

la anacrusis está formada por la sílaba o grupo de sílabas que anteceden a la primera acentuada del verso: en el caso que tratamos se reduce a la 1ª sílaba.

el periodo rítmico es el conjunto de sílabas que va desde la primera acentuada a la inmediatamente anterior a la última acentuada: en nuestro caso, desde la 2ª a la 9ª, ambas inclusive (8 sílabas).

el periodo de enlace consta siempre de dos sílabas métricas, la última acentuada y la que la sigue (si el verso es agudo, la que sigue a la acentuada sería virtual; si es esdrújulo, el periodo de enlace se compondría de tres sílabas que se cuentan como dos): en nuestro caso consta de dos sílabas, la 10ª y la 11ª.

En un endecasílabo que acentúa sus sílabas pares el periodo rítmico está formado por cuatro troqueos sucesivos (el troqueo es un pié rítmico formado por dos sílabas, la primera tónica y la segunda átona: ó-o) y el periodo de enlace, como sucede siempre, por otro troqueo. Tenemos entonces, pasada la anacrusis, cinco troqueos sucesivos:

o ó-o ó-o ó-o ó-o ó-o

Esto da al verso un ritmo sostenido y constante, que suele comentarse como de gran armonía, que permitiría denominar a este endecasílabo, además de sáfico aunque no propio, como endecasílabo trocaico, aunque no he encontrado tal denominación en la literatura de que dispongo.

Por lo demás, dada la situación de los acentos principales o de intensidad – en 4ª, 8ª y 10ª sílabas -, se trata de un endecasílabo “a minori” de tipo B2, sáfico.

Y, por buscar algún ejemplo clásico, veamos el siguiente de Garcilaso de la Vega (sexto verso del soneto I):

a-tan-to-mal-no--por-(dó he)-ve-ni-do

domingo, 29 de agosto de 2010

¿Molinos? – No, gigantes

A mi quijotesco amigo Jesús Herrera[1] esta modesta aportación a sus molinos


Quiméricos veleros que navegan la estepa

y, sin dejar su sitio, dominan los caminos;

gigantes del secano que asemejan molinos,

como Briareo o Giges, nacidos de la cepa


de Nuestra Tierra Madre, sin que Urano lo sepa,

y mueven sus cien brazos en bruscos torbellinos

y provocan borrascas, turbiones, remolinos,

que ya encaman las mieses o arrebatan la cepa.


Corazones medrosos que no ven la amenaza

tienden a ver en ellos fabriles artefactos

de la industria del hombre para los cereales;


mas los héroes preclaros, campeones de raza,

advierten los peligros en términos exactos

y arrostran con denuedo lides descomunales.


[1] Jesús Herrera, de Bargas-La Sagra o http://usuarios.multimania.es/autenticapoesia/index.html, amigo generoso y de gran corazón, mecenas de la poesía, al que le debo más de lo él reconocería haberme dado, y mucho más de lo que creo haberle dado a él.

viernes, 20 de agosto de 2010

Nana al ingenio dormido

Hablen quedo: mi ingenio se ha dormido,

y ya no ensarta en ristras las palabras;

ya no dice ni mu

ni AMOR

ni ALMA;

solo ronca el bendito,

ronca GLORIA

o MEMORIA

o HISTORIA,

VICTORIA

o TRAYECTORIA;

a veces, entre sueños,

se le entiende:

AMOR, TE QUIERO,

aunque pudiera ser

DOLOR, TE HIERO

o AMOR, DOLOR, TEMOR,

ME DESESPERO

o, ya en franco dislate,

EL MENOSPRECIO

QUE DE MÍ HACÉIS,

RAYANO EN EL DESPRECIO,

ME HACE PENSAR

QUE ME TENÉIS POR NECIO,

PECIO,

RECIO

INDALECIO …


[Arrorró, ingenio mío,

duerme en calma …

Suéñate el mar …]

La MAR,

sólo la MAR,

el CALAMAR

en PLEAMAR,

volver a AMAR,

BESAR.

GOZAR,

FORNICAR

luego dormir, SOÑAR,

RONCAR

[gloria, historia, memoria,

trayectoria, victoria …]

y un RÍO,

FRÍO,

UMBRÍO …

y los ÁLAMOS NEGROS

DEL OLVIDO …


Hablen quedo: mi ingenio se ha dormido,

IDO ..

[¡Arrorró ..!]

viernes, 13 de agosto de 2010

Quejas de amor poeta

Décimas antiguas 6 + 4 con pies quebrados[1]


Vénganse los payadores

a dar cumplido relato

de sus duelos,

de sus quebrantos de amores,

del dolorido arrebato

de los celos.

Que aunque venturas promete

quien, ciego, causa tu herida

a una tortura escondida

te somete.


Poetas enamorados

hablen con verbo encendido[2]

en su lamento

de los anhelos frustrados,

de amor no correspondido:

pena al viento.

Que es sublime sentimiento

el querer sin esperanza;

la mayor cota que alcanza[3]

el sufrimiento.



[1] Décima antigua 6 + 4 de cinco rimas en que además de los pies quebrados habituales en los versos 3º y 6º se ha hecho quebrado también el 10º, a manera de nueva variante que se me ha ocurrido.

[2] Entre este verso y el siguiente se aplica la licencia de sinafia. La primera sílaba del quebrado queda así unida a la última del octosílabo. Esto es posible porque el quebrado es un verso corto que carece de autonomía.

[3] Lo mismo que en la nota 2 entre el final del verso 9º y el comienzo del 10º.

miércoles, 28 de julio de 2010

¡Malditas sean las guerras y quienes las inventaron!

Que dijo Julio Anguita cuando supo de la muerte de su hijo, periodista en la guerra que encendieron en Irak Bush, Blair y Aznar


¿Cuántos hombres murieron en la Guerra?

Sólo en el siglo XX maldecido

centenas de millones han caído

y estercolado el humus de la Tierra.


La vesania del Hombre al Hombre aterra.

Miradlo en militar ya travestido,

profesional del Crimen convencido,

que a la quijada de Caín se aferra.


La Ciencia atroz es Muerte en Hiroshima,

los papas del Horror urden Cruzadas,

y la Industria organiza el Exterminio.


¿Qué abismo de Maldad al Monstruo anima?

Las Artes de Matar acumuladas

¿guardarán vuestro efímero Dominio?

viernes, 23 de julio de 2010

VERBOS

En el principio era el Verbo …

¿El Verbo?¿Qué verbo?¿AMAR, TEMER, PARTIR,

SODOMIZAR, JODER, HERIR,

ESCUPIR, MORDER, DEFECAR,

TO BE or not TO BE, that’s the question;

TO DIE, TO SLEEP … perhaps TO DREAM?

No, no. Todo eso lo desechó Hamlet definitivamente.

… y el Verbo estaba en Dios …

¿El Verbo activo o el Logos reflexivo?

¿Se trata de pensar o se trata de actuar?

¿De crear o de criticar?

Y, por otra parte, aquí ¿qué pinta Dios?

¿Por donde se nos ha colado esa antigualla?

¿No la teníamos ya refutada del todo?

Seamos serios.

… y el Verbo era Dios.

Acabáramos. Un verbo intransitivo

que cobra autonomía

y se alza con el cetro, el poder y la gloria;

y, sin ningún respeto,

se eleva por encima del sujeto

y se cisca sobre cualquier eventual predicado

para imponer un predicado propio.

¿Se tratará acaso del verbo MANDAR o mejor, IMPERAR,

seguido por sus correlativos ORDENAR,

TRASTORNAR y, en definitiva,: DOMINAR?

En verdad os digo

que a mí me van mejor los verbos laicos como

“laissez FAIRE, laissez PASSER”.

No, no, esos no (qué “lapsus”);

mejores son los derivados de “liberté, egalité, fraternité”,

sus equivalentes verbales;

y así me quedo por fin con

LIBERAR, IGUALAR, HERMANAR

a los parias de la Tierra

contra tanto Dios y tanto Verbo conjugado en modo imperativo.

viernes, 16 de julio de 2010

El llanto

Licor de la pasión, lujo del alma,

destilado en agraz de la tristeza,

bronco gañir con que la vida empieza,

húmedo adiós cuando se acaba en calma.


Flujo en que, fuente a fuente, el tiempo empalma

la pena o alegría en que tropieza

un corazón sin norte ni cabeza,

que en tan salado humor trenza su palma.


Me apartaron de ti, por no ser flojo,

a un exilio de esparto, macho y duro,

hijo del pedernal, cardo o abrojo;


y al fin, viejo, castrado e inseguro,

por cualquier cosa los pañuelos mojo,

plañidero senil, higo maduro.

viernes, 9 de julio de 2010

Impotencia

Si tú te me desnudas,

si en amorosa entrega te me abres

y yo me quedo mudo,

en estatua de sal,

y sin hallar el habla

ni la fuerza ni el aire,

decepcionantemente,

te permito marchar,

maldito sea el vientre de mi madre,

la floja leche que me dio a mamar

y el coraje de arena

y el ánimo sonámbulo

y la trampa de angustia

que no supe afrontar.

sábado, 3 de julio de 2010

La búsqueda de la Justicia

Un día que no tenía nada que hacer decidí salir a buscar la JUSTICIA, como quien busca setas.

Todo marchó bastante bien por algún tiempo. Luego noté que el aire enrarecía y que muchas de las personas que me acompañaban hacían muecas sorprendentes, adoptaban actitudes extrañas y se miraban entre sí con suspicacia. Muchos abandonaron con las excusas más triviales. Otros, enzarzados en disputas encarnizadas por meros detalles acerca del plan de la excursión, se quedaron rezagados o se desviaron y perdieron por los intrincados vericuetos de la comarca. Nunca los volví a ver.

Cada vez era más difícil conversar con alguien; las opiniones eran ya tan sutiles como filos de cuchillos, que herían al interlocutor al menor descuido; la exaltación crecía, las miradas adquirían una rara fijeza y no eran ya para este mundo.

Me fui quedando prácticamente solo. Excepcionalmente, algún extravagante visionario ascendía enloquecido entre las rocas.

No sé cómo seguí. Ajeno a los requerimientos de mi cuerpo descuidé de comer y dormir, y solo mi excitación me mantenía.

La JUSTICIA no es algo vegetal y sedentario: ni una flor ni un árbol. Es mas bien paradójica y transeúnte; huidiza y casi errática. Así, aunque existen numerosas teorías acerca de los lugares por donde transita, es tan vasta y abrupta la zona y tan fugaz su paso que encontrarla se reputa por casi imposible, tanto más si se considera que solo se hace visible para aquellas personas que se mantienen en un estado tal de inocencia primigenia que bien podría tomarse por extrema simpleza o imbecilidad congénita o para aquellas otras que han llegado a alcanzar un grado muy elevado, casi inhumano, de perfección y desprendimiento de sí mismas, que algunos ilusos confunden con falsos misticismos y exóticas gimnasias.

Así que vagué alucinadamente mucho tiempo – quizá años – por aquellos parajes, en compañías ocasionales de difícil trato o solo, hasta que llegué a dudar no ya de la utilidad del esfuerzo sino de la existencia misma de la JUSTICIA, desengañado al cabo de los más que dudosos relatos de algún que otro buscador semiagonizante, mental y físicamente destruido por decenios de agotadoras y frustrantes pesquisas.

Pero llegado al grado adecuado de extenuación y desprecio de sí e identificación con la tarea abrazada es ya imposible cambiar sin volver a nacer: porque nada tiene ya valor comparable y la sed de JUSTICIA ha cobrado naturaleza propia en uno mismo y, por otra parte, viene a ser demasiado tarde para emprender la larga y paciente tarea de confeccionarse una falsa conciencia a la medida.

Mas no tardando mucho me fue dado vivir una ocasión única en generaciones y generaciones: porque SE ME MANIFESTÓ LA JUSTICIA. Nunca supe por qué.

Me sentaba como cada tarde, desalentado, sobre una roca plana a la entrada de un angosto desfiladero. Un peculiar cloqueo atrajo mi atención. ERA ELLA: a pesar de la forma inesperada en que se me presentaba no tuve duda alguna. Plantada ante mí, pues le cortaba el paso, se detenía sorprendida una inimaginada gallinácea. Era como las de Guinea, pero en gran talla; grueso corpachón y toscas y fuertes patas, pero cubierta de un finísimo plumaje semejante al de las garzas, de un gris profundo como las panzas de las nubes preñadas de lluvia, aunque refulgente con maravilloso resplandor propio.

Solo un instante se detuvo, y curioseó con oscilaciones de su cabeza mi espantada figura. Después prosiguió su veloz marcha.

Mi responsabilidad ante la Historia hizo que me sobrepusiera al momento de mi estupor y tratara de alcanzarla. Mas pronto advertí que mi esfuerzo era inútil. ELLA corría demasiado y no habría de tardar en desaparecer para siempre por entre aquellos laberintos de piedra y con ELLA una oportunidad irrepetible en varios siglos. Entonces grité, grité desde mis raíces dando aullidos terribles. Pero no se detuvo.

A punto estaba de desaparecer tras de un recodo distante cuando comencé a llorar desesperadamente. Y el punto que ELLA era no más se inmovilizó sobre el horizonte. Y con ELLA todo cuanto vivía y no vivía se detuvo y mi llanto cesó.

Entonces, a cortos pasos primero y a grandes trancos más tarde, desanduvo el camino y se detuvo de nuevo ante mí, que yacía agotado en el suelo. De nuevo, ladeando a una parte y a otra su inexpresiva cara de ave de corral y subiendo y bajando varias veces la cabeza escrutó mi persona largamente. Al fin, dándose la vuelta en rápido movimiento, me ofreció su culo y parió en mis manos un enorme huevo, rematando la operación con un sonoro pedo de raro perfume.

Y mientras que yo, atónito, temblándome todo el cuerpo, me abrazaba a su óbolo temiendo dejarlo caer la insólita ave se esfumó no sé cómo ni por donde.

Bajaba yo fuera de mí, abrumado por la responsabilidad y el peso del huevo. Porque la JUSTICIA se deja ver muy raramente entre los hombres pero su aparición deja efectos duraderos y acumulativos en los pueblos, y no simplemente ocasionales o en beneficio de pocos, y no era cosa de que ocasión tan difícilmente alcanzada se malograra por un mal paso. Pero debieron de ser mi excitación, mi extremada debilidad, que había minado mi naturaleza, el agobio de la carga o las escabrosidades de aquella difícil senda unidas a mi mala suerte que hicieron que diera un traspié y me despeñara muralla de roca abajo hasta el fondo de un valle, donde vine a estrellarme y conmigo el gran huevo que, despachurrado, me rebozó de pies a cabeza.

Algo me mantenía con vida sin embargo tras de esa caída mortal, sólo atenuada por la levedad de un cuerpo consumido por tanto ascetismo y tantas privaciones hasta no ser otra cosa que una mera excusa material que sustentara el firmísimo propósito de llevar adelante mi misión. No obstante, con todos mis huesos rotos, era incapaz de moverme; y mi porvenir era acabar en aquellas soledades, triste despojo rebozado en jugo de JUSTICIA.

Así que durante días di sin cesar grandes voces mientras que la sustancia del huevo, dotada de maravillosas propiedades, penetraba por entero en mí, llenándome y proporcionándome una paz desconocida y una gran serenidad.

Al fin, a mis voces y a un muy notable resplandor que de mí comenzaba a emanar, hubieron de acudir gentes, que me rodeaban pasmadas y, más tarde, rendidas de veneración y respeto, hasta reunirse una gran multitud que desfilaba incesantemente ante mí.

Con aquello no adelantábamos nada ni sacábamos nada en limpio, y más que yo notaba cómo se iban acabando mis escasísimas fuerzas. Así que, reuniéndolas todas dije a la multitud:

- Buenas gentes, dejaos de adoraciones y otras reverenciales gilipolleces. Esto que me reboza y me penetra no es otra cosa que el jugo del fruto de la JUSTICIA, que sólo muy raramente se logra y que es preciso que los pueblos consuman para que mejoren y den saltos cualitativos perdurables. Así que sería una pena que éste se echara a perder. Y no os digo más, que ya entenderéis lo que tenéis que hacer.

Entonces la multitud prorrumpió en lamentaciones y otros píos dengues por un rato, y luego, resignada pero aplicadamente, obró como tenía que obrar. Como siempre se hizo.

Y así, mística pero efectivamente devorado, acabé felizmente mi existencia.

viernes, 25 de junio de 2010

Némesis


























Fosca la antorcha, la segur alzada,

lejos de la Balanza y sus razones,

sangre pide la Sangre derramada,

muerte exige la Muerte a sus legiones.


Aún es tierna la Noche y despiadada

campea la Venganza en sus mansiones;

los canes de la Ira en algarada

a la Revancha van sin concesiones.


Qué dulce es el fulgor de la Violencia;

cómo place el pavor de los culpables

ante su Fin, sin Tregua ni Clemencia.


Sus súplicas en vano, qué agradables,

e inanes las protestas de Inocencia

cuando las Furias van, inexorables.

viernes, 18 de junio de 2010

La rima en los romances

1. Algunos aspectos relativos a la rima en los romances.

Trato aquí de argumentar contra algunas afirmaciones infundadas en relación con la rima en los romances. Es bastante corriente encontrar en los ambientes de poesía aficionada (foros, chats.) algunas opiniones poco meditadas acerca de la rima en los romances. Son principalmente de dos tipos: una considera defecto de rima la rima consonante de los versos pares; otra considera defecto asimismo cualquier tipo de rima de los versos de orden impar, para los que exige que sean blancos. Tratemos de reflexionar sobre ambas cuestiones y las contrastarémos con la práctica magistral del Romancero clásico español.

1.1. Rima consonante vs. asonante en los versos pares.

Acerca del tema recurrente de la mezcla de rimas asonantes y consonantes en la versificación de los de orden par, mi opinión reiterada ha sido siempre que no hay razón alguna para considerar defectuosa la rima consonante sino todo lo contrario. Quien ha compuesto con frecuencia poesía rimada sabe de sobra que la rima consonante es más difícil de lograr y de más eufónico resultado, es decir, más perfecta que la rima asonante, no es lógico pues considerar aquella como defectuosa ni en un romance ni en cualquier otro tipo de composición rimada.

¿Cuál podría ser entonces la razón del uso generalizado de la rima asonante en el romance, siendo así que la consideramos más fácil, menos perfecta?

Para mí la respuesta es obvia, si se considera que el romance como composición consiste en una serie no estrófica de versos, en general larga, numerosa, resulta imposible encontrar en el idioma suficiente número de palabras con una misma rima consonante para adaptar a los finales de tantos versos (téngase en cuenta que, si exceptuamos rimas consonantes muy comunes, la mayoría correspondientes a sufijos de formas verbales (gerundios, participios), es muy difícil encontrar series de más de cinco o seis palabras con la misma rima consonante). Por esa dificultad y no por otra cosa se echa mano de la rima asonante. Sin ella los romances de más de diez rimas serían imposibles. Pero no es en modo alguno porque la rima consonante sea defectuosa (¡faltaría más!) ni porque su alternancia con la asonante incurra en demérito estético alguno.

Para reforzar y contrastar mi tesis me he molestado en hacer un concienzudo análisis de un florilegio de romances seleccionados de lo mejor del romancero español que, recitados por Agustín González, Berta Riaza y Fernando Fernán Gómez, con música de Odón Alonso grabó en vinilo la editorial Aguilar, y del que dispongo de un ejemplar. Los romances incluidos son los que siguen abajo. El resultado que me da, en relación con la rima de los versos de orden par, y para la que uso la notación (A = rima asonante; C = rima consonante; I = identidad de palabra), es el siguiente:

Gerineldo y la infanta. …………………. 25 A + 14 C

Fontefrida y con amor …………………. 8 A + 4 C

La amiga de Bernal Francés ………….. 21 A + 9 C

El infante Arnaldos ……………………… 7 A + 6 C

Del prisionero. …………………………… 3 A + 4 C

Una fatal ocasión. ………………………. 22 A + 9 C

Rosaflorida……………………………….. 17 A + 6 C

La penitencia del rey don Rodrigo. …... 19 A + 28 C + 1 I

En el que doña Urraca recuerda cuando el Cid se criaba con ella en su palacio de Zamora. ………………………………. 11 A + 3 C

El reto de Diego Ordóñez. ……………… 18 A + 3 C + 1 I

De la jura de Santa Gadea. …………….. 30 A + 10 C

Muerte de Durandarte …………………… 17 A + 6 C

1) En un total de 302 parejas de versos pares contiguos se registran 198 rimas asonantes, 102 rimas consonantes y 2 casos de palabras idénticas a final de verso.

2) Todos los romances examinados mezclan rimas asonantes con rimas consonantes en una proporción promedio de una rima consonante cada dos asonantes.

Conclusión: los anónimos poetas del Romancero Español (gloria clásica donde las haya) mezclaban rimas asonantes y consonantes a su natural caer sin que ello les pareciera mal en absoluto. No se trataba de un abuso: era un uso normal. Las puritanas reglas que tanto nos ocupan y preocupan fueron más bien invención gratuita de eruditos puristas posteriores, para poner orden … ¡o para controlar! Que de las normas obedecidas por fe nacen las iglesias.

1.2. Rima vs. no rima de los versos impares.

Otra muletilla habitual del poeta rutinario consiste en afirmar categóricamente que en un romance los versos impares contiguos no deben rimar entre sí. También en este tema creo que esta opinión obedece más al celo regulador de algún purista que a la lógica y al sentido común. Y lo razono como sigue:

El romance español es un sistema de versificación extenso que, en su forma más habitual, está formado por versos octosílabos, blancos los impares y con rima asonante (eventualmente consonante) los pares. Pero ¿cómo y por qué razón se origina esto?. Dice Rudolph Baehr en su acreditada obra “Manual de versificación española” Ed Gredos, pag. 206, nota 12 “La edición en versos largos [seguido cada impar de cada par] muestra más claramente la relación con la laisse épica [antecedente del romance], y manifiesta mejor el esquema de la asonancia del romance. El hecho de que sólo los versos pares tengan asonancia, tiene su motivo en que se partió el verso largo de romance (de 16 sílabas con fluctuación) en dos hemistiquios, y entonces la asonancia pasó, como es natural, tan sólo al final del segundo, mientras que los primeros quedan sin ninguna clase de rima.” Es decir, en consecuencia, la no rima de los versos impares es una situación de hecho, no de derecho. El poeta no la buscaba, pero tampoco la evitaba.

De hecho, en relación con el mismo conjunto de romances considerado en el epígrafe anterior, he realizado el estudio de la eventual rima de versos impares contiguos, como se anota abajo. Junto a ellos consigno las asonancias (A) y consonancias (C) e identidades de palabras (I) encontradas en finales de versos impares contiguos, es decir, separados sólo por un verso par, y excluyo las asonancias y consonancias mas distantes, asimismo en impares, que también se dan:

Gerineldo y la infanta. …………………. 1 (A)

Fontefrida y con amor …………………. 1 (C)

La amiga de Bernal Francés ………….. 2 (A) + 1 (C)

El infante Arnaldos ……………………… 1 (A) + 1 (C)

Del prisionero. …………………………… 2 (A) + 1 (C)

Una fatal ocasión. ………………………. 3 (A) + 1 (I)

Rosaflorida……………………………….. 1 (A)

La penitencia del rey don Rodrigo. …... 3(A) + 1 (C)

En el que doña Urraca recuerda cuando el Cid se criaba con ella en su palacio de Zamora. ………………………………. 1 (A)

El reto de Diego Ordóñez. ……………… 5 (A)

De la jura de Santa Gadea. …………….. 1 (A) + 1 (C)

Muerte de Durandarte …………………… 1 (A)

Del análisis de esta muestra muy representativa de lo mejor de nuestro romancero se deducen las siguientes conclusiones:

1) Todos los 12 romances examinados presentan alguna rima asonante o consonante entre versos impares contiguos.

2) El número total de asonancias mas consonancias más identidades encontradas es de 28, es decir más de dos por romance de promedio.

3) El número total de asonancias es de 21; el de consonancias, 6 y hay 1 identidad de palabra a fin de versos impares contiguos.

Todo lo cual prueba y refuerza la tesis arriba expresada.

A manera de conclusión concretaría mi opinión al respecto, que es la de que los versos impares del romance proceden del primer hemistiquio de un verso largo, de existir rima esa hubiera sido un tipo de rima interna que por una parte sería innecesaria y por otra hubiera entrañado para el poeta la dificultad extraordinaria de llevar doble rima en poemas extensos, por ello, por economía del esfuerzo no se buscó esta rima, pero tampoco se evitó. Pero en modo alguno porque supusiera un menoscabo estético (véase por ejemplo el uso eficacísimo de rima alternada en serventesios, en los seis primeros versos de las octavas reales, etc.).

viernes, 11 de junio de 2010

Episodio dental

Flemón


Allá donde el Amor, que ora y devora,

quiso comer y quiso ser comido,

el nido de los besos es ahora

caverna del Dolor, perenne aullido,

preñante mal que humores atesora

y, cual Pandora, vierte en un descuido.

Y así, sin la Lujuria y su gozada,

quedó mi boba muela embarazada.


Endodoncia


La fresa horada y al rotar perfora

el muro ebúrneo que la caries daña;

aletargado, el nervio ya no llora

mientras el anestésico lo engaña

y en paz lo lleva a su postrera hora,

cuando la lima roe hasta la entraña.

Y ya sin nervio – ni alma – desconsuela,

roto sepulcro de marfil, la muela.


Reconstrucción


En la reconstrucción al fin termina

todo el saneamiento de la zona.

Ya sólo queda taponar la mina

y moldear con arte otra corona:

así se hará con pizcas de resina,

a la luz que endurece y cohesiona.

[Mas ¡ay! la muela muerta me da espanto,

¡y la boca me sabe a camposanto!].

viernes, 4 de junio de 2010

Décima galante para Dora

Desde este Madrid lejano,

a los pies del Guadarrama,

mi corazón te reclama,

adora tu blanca mano

y tu porte soberano

de soberana señora.

Y este pecho del que añora,

por tu foto, el dulce encanto,

queda aquí sumido en llanto

porque estás tan lejos, Dora.