Implacable hortelana de mi boca,
Repara mi dental arquitectura
Entre el roer tenaz de lima y broca.
No de su fuerte y ruda agricultura
Enoja la labor, pero sí el riego:
Me anega la garganta, en su angostura.
Oh Irene, en tu bondad, oye mi ruego:
Nilo no soy, tan solo una persona
Talluda y parca para tal trasiego.
Oyolo Irene, desaguó la zona
Y, a pesar de mi fe republicana,
A mi muela le puso una corona
Y era Irene Montoya la hortelana
4 comentarios:
es bueno pasar por acá y aprender tanto, abrazos
Me complace haberte sido útil en algo, Julia.
Otro para ti.
Qué maravilla! He tenido que buscar el diccionario. Siempre estimulas mi deseo de aprender. Un abrazo grandote.
Gracias, Rosa María, mi dentista me había pedido algo (ya conocía mis antecedentes) y había que estar a la altura de aquel reto. Y no fue sencillo llevar al tiempo el acróstico y la endiablada rima consonante del terceto encadenado o dantesco. Un abrazo,
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