viernes, 23 de septiembre de 2011

Pereza

Seamos perezosos en todas las cosas, excepto al amar y al beber, excepto al ser perezosos.

LESSING[1]


A este séptimo mal llego cansado,

y comienzo le doy con un bostezo.

Y si no me espabilo y desperezo

poca cuenta he de dar de tal pecado.


Ya Paul, yerno de Marx, le encontró el lado

benéfico al desmayo con que empiezo

un soneto que apenas enderezo:

“EL TRABAJO OBSESIVO Y ALIENADO …”


&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


He llegado tan lejos – me parece –

en la meditación de la indolencia

que un buen descanso el cavilar merece.


Las cosas hay que hacerlas a conciencia …

y no doy más de mí. Lo dejo en trece.



[1] Citado en cabecera del primer capítulo de “El derecho a la pereza” de Paul Lafargue, yerno de Carlos Marx.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Al perezoso:

"A vos que andás descansando,
más de la cuenta y medida,
sin que naides (1) me lo pida
dos lineas vengo a dejar:
EL QUE DUERME SIN PARAR,
AL ÑUDO (2) PASA LA VIDA."

(1) naides : nadie
(2) ñudo: sin sentido

Saludos desde Argentina.

Francisco Redondo dijo...

Nicolás: los viejos (y más si somos jubilados) y los niños si podemos dormimos mucho. Y no es mala cosa para lo que hay que ver.

Gracias y otro saludo para vos.

RosaMaría dijo...

jajaja... Buenísimo y con humor. Beso.

Francisco Redondo dijo...

Gracias por tu lectura y tu seguimiento, Rosa María. Un beso,