Seamos perezosos en todas las cosas, excepto al amar y al beber, excepto al ser perezosos.
LESSING[1]
A este séptimo mal llego cansado,
y comienzo le doy con un bostezo.
Y si no me espabilo y desperezo
poca cuenta he de dar de tal pecado.
Ya Paul, yerno de Marx, le encontró el lado
benéfico al desmayo con que empiezo
un soneto que apenas enderezo:
“EL TRABAJO OBSESIVO Y ALIENADO …”
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
He llegado tan lejos – me parece –
en la meditación de la indolencia
que un buen descanso el cavilar merece.
Las cosas hay que hacerlas a conciencia …
y no doy más de mí. Lo dejo en trece.
[1] Citado en cabecera del primer capítulo de “El derecho a la pereza” de Paul Lafargue, yerno de Carlos Marx.
4 comentarios:
Al perezoso:
"A vos que andás descansando,
más de la cuenta y medida,
sin que naides (1) me lo pida
dos lineas vengo a dejar:
EL QUE DUERME SIN PARAR,
AL ÑUDO (2) PASA LA VIDA."
(1) naides : nadie
(2) ñudo: sin sentido
Saludos desde Argentina.
Nicolás: los viejos (y más si somos jubilados) y los niños si podemos dormimos mucho. Y no es mala cosa para lo que hay que ver.
Gracias y otro saludo para vos.
jajaja... Buenísimo y con humor. Beso.
Gracias por tu lectura y tu seguimiento, Rosa María. Un beso,
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