viernes, 19 de agosto de 2011

Soberbia

Yo soy yo mismo, el resto es paisanaje,

Dios rompió el molde tras mi paridera,

lo humilde ni me roza ni me altera

y el espejo me muestra su homenaje.


Mirarme cara a cara es un ultraje

pues que no me tuteo con cualquiera.

Mi yo es más ancho que cualquier frontera,

y es lo justo rendirme vasallaje.


Gloriosa fue mi madre al darme vida

por cima de los míseros mortales.

Para ello fue sin mancha concebida.


Y aquí estoy, sin recato y sin iguales,

sin nadie que me tosa ni me impida

lucir mis galas más que excepcionales.

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