viernes, 11 de septiembre de 2009

Darío


Al nieto mayor, recién nacido, de mi hermana pequeña.

Por muchas y fundadas razones, en versos alejandrinos, naturalmente.



Naciste sin pensarlo, igual que nace el río

cuando la fuente alumbra sus menudos caudales;

te envolvieron el llanto en besos y en pañales

y te dieron el nombre glorioso de Darío.


A tus padres les debes andarte en este lío

de clepsidras feroces de arenas pedernales

que convierten los siglos en ruinas materiales

y los huertos feraces en terreno baldío.


¿Te asustas ya? No llores. Hay también ratos buenos

entre los recovecos de este largo camino

de abrojos y de flores al que llamamos Vida:


un día entre los días soleados y amenos

alguien dirá tu nombre, y hallarás tu Destino.

Y estallará en vergeles tu Tierra Prometida.


Madrid, domingo, 06 de septiembre de 2009

Tu tío abuelo Francisco

6 comentarios:

juanjosecautivo dijo...

Totalmente paternal este soneto alejandrino y no va a ser que la inspiración fluye como su nombre en el río... Buen poema que tengo el placer de leer y disfrutar.. un abrazo hasta alli.. Poeta Francisco.

Juan José

Francisco Redondo dijo...

Doblemente paternal, por ser nieto de la hermana más pequeña, a la que llevo 13 años, y es para mí casi como hija. Muchas gracias Juan José.

Unknown dijo...

Francisco:
Entrar en tu blog es bañarse en poesía, pues resulta un acto de suma elevación disfrutar cada verso; y sobretodo los de este poema, tan sentido, tan profundo, tan íntimo y de tanto amor.

Será porque ya me llega la hora de experimentarlo dentro de poco, que me ha gustado tanto.

Un abrazo.

Manuel Benavente (a quién mayormente conoces como Gustavo Mistral)

Francisco Redondo dijo...

¡Qué alegría la que me da tu visita, Manuel (Gustavo)! Especialmente tratándose de un poeta de tan apreciada calidad y justo prestigio.

Estas en tu sitio. Siéntete como en tu casa.

Un abrazo.

ANTONIO JIMÉNEZ LUNA dijo...

Desde luego nacer al mundo con el nombre de Darío y con ese soneto alejandrino dedicado bajo el brazo es un buen presagio.

Felicidades a Darí, a los padres y al poeta.

Francisco Redondo dijo...

Yo no sé si le han puesto Darío por Darío El Grande, el persa, o por el enorme Rubén. En el primer caso me temo que no quisiera ni oir hablar de Alejandro; en el segundo sería muy apropiado el alejandrino, que tanto usó el de Nicaragua.

Gracias, Antonio