jueves, 25 de octubre de 2007

El don de la palabra

Soneto blanco


Me ha visitado el Verbo. La Palabra
ha cobrado su altura taumatúrgica
y habita en plenitud entre las gentes.
Todo es posible ya: miradme ungido

del don de hacer mi Voz inolvidable.
Entended mi Concepto, ya informado
en noble Persuasión por la Oratoria,
por la que la Razón se hace Evidencia.

El aliento que mana la garganta,
del fónico altavoz que lo articula
en tropa de sintagmas firme brota.

El tono justo, la dicción medida,
el acento que al ritmo marca el paso
trenzan la seducción de ajeno oído.

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