A mi nieto Elian nacido en Tallin (Estonia) y que sueña con ser pirata del Caribe, a sus cinco añitos hoy cumplidos.
Diez cañones por la banda
artillera de babor
y otros tantos que amenazan
al mar por el estribor,
dos al castillo de popa,
y a la proa un espolón
son las armas más temidas
de un temido galeón
que aterroriza los mares,
de Caracas a New York.
Infla sus velas y mueve
el viento suave o veloz:
desde el apacible alisio
al iracundo ciclón.
Que a todos gobierna y doma
la diestra tripulación:
el marinero en la jarcia,
el timonel al timón
y el capitán que los manda
con sabia resolución.
Desde su cofa el vigía
descubre un blanco fulgor:
“¡¡¡Barco a la vista!!!” – proclama
con su bronco vozarrón-
“Barco a la vista a tres cuartos
por la amura de babor.
Por las insignias que luce
su gallardo pabellón
y su velámen anuncian
tesoros de gran valor”.
“Aupa!¡A las jarcias, mis bravos!
Horda potente y feroz,
el cuchillo entre los dientes
y a la faja el pistolón.
Aguarde la orden de fuego
cada artillero al cañón,
el marinero a la driza
y el timonel al timón.
Que el tesoro ha de ser nuestro
antes que se ponga el Sol,
así rabie y patalee
el almirante español”.
Así atronaba los aires
aquella incansable voz
de aquel capitán que era
de los mares el terror:
“Yo soy Elian, el de Estonia,
bucanero juguetón,
o a veces soy Jack Sparrow
o Jacobín El Gorrión
y los días que me placen
porque estoy de buen humor,
me conocen en los mares
como el Temible Burlón.
Gasto pistolas de asalto
pendientes del cinturón
y mi sable de abordaje
cuando lo pide la acción.
Pero, a pesar de mi aspecto
belicoso y retador,
no suelo matar personas
porque soy un bonachón,
no me gusta causar daño
ni dar a nadie dolor;
mi historia como pirata
es historia de ficción
y lo que pasa y sucede
es pura imaginación.
Aunque si encuentro a Barbossa,
Sao Feng u otro peor,
o Barbanegra o cualquiera
del repertorio traidor,
alevoso, falso, altivo,
malo, perverso o faltón
lo ataco donde lo encuentre
sin pausa ni dilación,
con toda la artillería,
espingarda y mosquetón.
Que soy Elian, el de Estonia,
y combato al malhechor
sin tregua ni duelo alguno
hasta lograr su extinción.
Sin tregua sin que me inspire
respeto ni compasión".
En Madrid, capital del Caribe, miércoles, 9 de agosto de
2023
Tu abuelo, poeta pirata, en tu quinto añito.
5 comentarios:
¡Un poema encantador que evoca tantas asociaciones, desde José de Espronceda hasta Lorca y Alberti!
Gracias, Olga. Va dedicado el poemita al menor de mis nietos, Elian Redondo Saar, que nació y vive en Tallin (Estonia) y de mayor quiere ser pirata del Caribe.
Tengo otros dos nietos hispano-rusos, hijos de mi nuera Tatiana Bagachiova Fiodorovna y mi hijo Santiago, pero viven en Madrid y ya son mayores, universitarios, aunque todos los años, en verano, visitan a sus abuelos (babushka y diedushka) en San Petersburgo.
Como es obvio, reconozco la emulación no disimulada que hago de "La canción del pirata" del inigualable José de Espronceda, a mi manera, con bastante carga de ironía y chufla, y trasladando la acción del Mediterráneo oriental al Caribe. Gracias Espronceda, y disculpa: es por una buena causa.
Francisco Redondo.
Hola don Francisco. Espero se encuentre bien.
Espronceda me trajo aquí. Que bonito poema y mas allá... que hermoso regalo a su nieto; un tesoro para la vida entera. Toda la ternura del mundo usted buscó en su corazón para verterla en los versos más bonitos que su nieto podrá leer para siempre. Estoy seguro que Elian, en el futuro, cuando quiera verle, escucharle y sentirle a usted cerca, vendrá a este poema donde siempre su abuelo vivirá.
Saludos y un abrazo hasta España.
Julio Romero.
Desde Managua, Nicaragua.
Gracias, Julio, Esperemos que así sea. Un abrazo
Publicar un comentario