Análisis métrico de la undécima que ocupa el lugar
antepenúltimo en el poemario “Vuelta”
TÉRMINO
ANOCHECER DE OTOÑO
Su alta espiral de hielo
pone en fuga la hora,
mientras un temblor dora
el hálito del cielo,
que dulce y fácil rielo
se desgrana. Cae el viento,
desprendiéndose lento
desde la cumbre oscura
de la alta noche en calma.
Curva la luz su palma
y el sueño se madura.
El poeta. Apunte biográfico.-
Con este último
fundó
Tras el golpe de
Estado militar contra la República, Prados no duda en unirse a la Alianza de
Intelectuales Antifascistas, en cuyas tareas se integra plenamente, y sufre las
vicisitudes del legítimo Estado tan vilmente traicionado. Su manuscrito Destino fiel recibe en 1937 el Premio
Nacional de Literatura. Al caer la República pasa a Francia y de allí a México,
donde padeció su exilio y donde finalmente falleció como se ha dicho.
La generación del 27 y su poesía.- Aunque suelen adscribirse a ella
gigantes de las artes como Buñuel, Picasso, Dalí o Falla, la generación de 1927
es fundamentalmente un movimiento poético. Un brote poderoso de creatividad
lírica de poetas concitados por el tercer centenario de Luis de Góngora y
Argote (1561-1627), quienes, al hilo del recuerdo de la obra del rememorado,
buscaron excusa para una nueva orientación literaria, tanto de su faceta
popular, letrillas y romances, como de su recargada retórica culterana,
simetrías,, trasposiciones, metáforas puras o metáforas de metáforas, hipérbaton,
perífrasis etcétera.
De esta manera
algunos poetas del 27 regresan a la vena de lo popular y del folklore, del
verso corto, por ejemplo el Alberti de Marinero
en tierra o La amante, o del romance,
como Federico García Lorca en el Romancero
gitano o El poema del cante jondo.
O por el contrario ensayan la complicación retórica neo-culterana, como el
mismo Alberti en Sobre los ángeles o Sermones y moradas. Todo lo cual implica
un giro del punto de vista anterior centrado sobre todo en lo conceptual y
emocional, en el objeto poético más que en la forma y la gala expresiva, a un mayor
cultivo innovador de lo formal, de la reconquista del donaire ancestral del
pueblo o de la arquitectura refinada del lenguaje cultivado.
Además, como
tercera motivación habría que señalar la irrupción del punto de vista
surrealista, que tan bien encarna André Breton, que tanto influyó en bastantes
de los poetas del grupo. Y como cuarta la necesidad que algunos sintieron de
romper el corsé de la gramática tradicional, de descoyuntar el lenguaje.
Según se aleje o acerque
cada poeta más o menos a una u otra pulsión de entre las citadas irá definiendo
su perfil poético concreto. Pero de alguna manera todas ellas suelen contar en
el bagaje del grupo.
La poesía de
“Tres poetas
distintos hubo en Prados a juicio de J. Sanchis Banús. El jubiloso andaluz de
la revista Litoral, el ardoroso combatiente, el poeta comprometido, interesado
por el surrealismo bretoniano en lo que tiene de compromiso social y político y
el poeta del exilio que, en México, oyera un día el eco de Dios en su
conciencia, en un sobrecogido silencio interior, antesala de la muerte.”
María Jesús Pérez Ortiz
Filóloga, catedrática y escritora
Es decir, según
esto y en referencia a lo apuntado como líneas principales de orientación
literaria para la generación, está la vena de lo popular, del verso corto y la
influencia folklórica, del compromiso político republicano y solidario, está la
más oscura, surrealista, freudiana y de búsqueda de la “poesía pura”; falta la
culterana, la gongorina, la recargada de tropos. Todo ello muy en la línea de
su mentor Juan Ramón Jiménez.
En cuanto a la
poesía más próxima al poema que vamos a analizar, la representada en los
poemarios Tiempo (1925), Canciones del farero (1926) y Vuelta (1926), corresponde a la primera
orientación, la popular, pero no exenta de reflexión filosófica, el paisaje, el
mar y “el incesante movimiento de la Vida en el Tiempo”: el Hombre en la
Naturaleza la convivencia armoniosa de la Esencia y lo Mudable.
Los pocos o muchos
que hayan prestado atención a mi modesta obra, sea en visitas a este blog, o a
los temas aportados a los pocos portales de poesía en Internet con los que he
colaborado, o a los libros que he publicado, conocen sin duda mi preferencia
por la poesía con métrica regular, por la poesía con métrica isosilábica o
isométrica y con rima sea asonante o consonante. Esta preferencia ha orientado
mi trabajo de composición o de estudio o análisis. Esto, con ser cierto, no
significa de ninguna manera que yo considere la poesía medida y rimada superior
a aquella otra que se desarrolla al margen de estas orientaciones retóricas; en
modo alguno; sería dar de lado a gigantes de este arte como Pablo Neruda o
Vicente Aleixandre, dos glorias de nuestra lengua premiadas nada menos que con
el Nóbel de Literatura. Ni tampoco lo contrario: que el corsé de la métrica
limite o menoscabe la capacidad de crear belleza con las palabras, como opinan
algunos apresuradamente; sería en este caso dar de lado a todo nuestro
brillantísimo Siglo de Oro, o ya en pleno siglo XX a poetas como Miguel
Hernández y sus sonetos en El silbo
vulnerado o El rayo que no cesa o
a Federico García Lorca en su Romancero
gitano o sus Sonetos del amor oscuro
o al Rafael Alberti de Marinero en Tierra o al gongorino Sobre
los ángeles o a Blas de Otero, Antonio Machado y otros virtuosos del verso
medido.
No. Mi preferencia
por la poesía con métrica regular debe entenderse como una preferencia
estrictamente personal; una cuestión de gustos. Pero el caso es que me he
ocupado y me sigo ocupando de estudiar, catalogar, divulgar este tipo de
poesía; esta poesía busco en los maestros y la he intentado buscar en este caso
de
Mi ámbito de
estudio han sido los tres primeros poemarios publicados por el poeta: Tiempo(1925), Canciones del farero(1926) y Vuelta(1927).
Y la primera impresión obtenida es que no existe ni por asomo la menor
regularidad formal, ni dentro de cada poema ni entre cada poema y los demás.
De este primer
vistazo solo pude establecer algunas conclusiones muy generales como que:
1.
Se
observa una dominancia de los versos cortos, en su inmensa mayoría
heptasílabos, aunque pueden encontrarse en mucha menor proporción de otras
medidas de dos a ocho sílabas.
2.
Son
muy frecuentes las estrofas que incluyen pies quebrados, o versos de distintas
medidas.
3.
Cada
nuevo poema ensaya una estructura métrica muy diferente a la del poema que lo
precede.
4.
La
rima es esporádica o falta, y cuando la hay es asonante, pero en disposición
distante o parcial (aparece y desaparece en el poema). Muy raramente se adopta
la regularidad del romance (asonante de los versos pares).
5.
Es
muy difícil de encontrar isosilabismo, y
cuando se lo encuentra es frecuente verlo rematado con una coda de versos muy
cortos.
Y sin embargo, para
mi sorpresa, hacia el final del tercer libro, Vuelta, me encontré con el
regalo de cuatro poemas (diez estrofas) perfectamente isosilábicos, con rima
consonante perfecta y una estructura estrófica poco común, quizá ideada ex novo
por el poeta, similares a la que encabeza este trabajo: la úndécima.
La undécima de
De los cuatro
tratados de métrica que consigno como bibliografía consultada tan solo uno, el
diccionario de métrica española del profesor Domínguez Caparrós, consigna una
breve referencia a la estrofa de once versos. Y no dice mucho: “Undécima: No hay una forma fija de
estrofa de once versos. Se da en la poesía del siglo XV, normalmente
subdividida en dos semiestrofas – una de cinco y otra de seis versos -. Más
difícil es encontrarla como estancia de la canción italiana”. Y acompaña un
ejemplo de undécima de Garci Sánchez de Badajoz, de estructura métrica muy
diferente, como veremos de la de
Y sin embargo ahí
están, formando parte del poemario Vuelta
(1927), el tercero de los compuestos por nuestro poeta. Encontramos undécimas
en
INICIAL Y GÉNERO. Crepúsculo (tres undécimas) ...... pag. 97
SIGNOS. Crepúsculo (tres undécimas) ………............... pags. 106-7
PRIMER SEGUIMIENTO. Torso (tres
undécimas) pags. 113-14
TÉRMINO. Anochecer de Otoño (una
sola undécima) pag. 148
Las diez undécimas
encontradas tienen la misma estructura métrica y de rima, lo que parece
obedecer a un propósito creativo muy definido en el poeta. Cada una está
formada por once versos de siete sílabas (heptasílabos). Se trata por tanto de
una formación estrictamente isosilábica. En cuanto a la rima se trata de rima
consonante perfecta; todos los versos la llevan sin que quede verso blanco, y
las diez úndécimas se atienen a un mismo esquema de rima: el esquema es éste:
abba a cc deed
es decir, empieza
con una redondilla con rima abrazada (abba)
y acaba con otra redondilla del mismo tipo (deed); entre las dos quedan un verso (a) que enlaza con la primera redondilla y un pareado independiente
(cc), de manera que ni el pareado ni
la segunda redondilla enlazan con nada, lo que resta algo de cohesión a la
estrofa en su conjunto.
Digo esto pensando
en su referente métrico más obvio e inmediato: la décima espinela. La espinela
tiene un verso menos que ésta undécima, pero estructuralmente tiene una
semejanza notable. En efecto, el esquema de la espinela es así:
abba a c cddc
según vemos, ambas
estrofas empiezan y terminan en sendas redondillas abrazadas – hasta aquí la
identidad-, además donde en la undécima hay un verso que enlaza con la primera
redondilla, en la espinela también; la diferencia está únicamente en que donde
en la espinela hay un segundo verso de enlace con la segunda redondilla, en la
úndécima éste último es sustituido por un pareado independiente de las rimas
del resto, que por una parte proporciona el verso de más y por la otra impide
el enlace con la cuarteta de cola. Solo esta diferencia – aunque sustancial a
mi entender-; pero el origen familiar de la úndécima de
Análisis métrico de la undécima Anochecer de Otoño de
Vayamos pues al
análisis de medidas y acentos verso por verso. Al principio de cada uno indicaré su número de orden en el poema. Las
sílabas tónicas irán en negritas, y
aquellas en que recaigan los acentos de intensidad, además, en rojo.
Las sinalefas irán entre paréntesis ().
1 (Su al)-(ta es)-pi-ral-de-hie-lo -> Acentos principales en
1ª, 4ª y 6ª, heptasílabo mixto de tipo A (periodo rímico=dáctilo más troqueo).
2 po-(ne en)-fu-ga-la-ho-ra, -> Acs. prales. 1ª, 3ª y 6ª, hept. mixto
de tipo B (p.r.=troqueo más dáctilo).
3 mien-tras-un-tem-blor-do-ra
-> Acs. prales. 1º, 3ª y 6ª, acento secundario en 5ª sin consecuencias,
hept. mixto de tipo B.
4 el-há-li-to-del-cie-lo, -> Acs. prales 2ª y 6ª, hept. trocaico
incompleto 2-6.
5 que-dul-(ce y)-fá-cil-rie-lo-> Acs. prales en 2ª, 4ª y
6ª, hept. trocaico completo.
6 se-des-gra-na.-(Cae
el)-vien-to,
-> Acs. prales. en 3ª y 6ª, ac. secundario en 5ª con ligero efecto
antirrítmico sobre la 6ª, hept. dactílico.
7 des-pren-dién-do-se-len-to -> Acs. prales en 3ª y 6ª, hept.
dactílico.
8 des-de-la-cum-(bre os)-cu-ra -> Acs. prales. en 1ª, 4ª y 6ª, hept.
mixto de tipo A.
9 de-(la al)-ta-no-(che en)-cal-ma. -> Acs. prales. en 2ª, 4ª y 6ª, hept.
trocaico completo.
10 Cur-va-la-luz-su-pal-ma -> Acs. prales en 1ª, 4ª y 6ª, hept.
mixto de tipo A..
11 (y el)-sue-ño-se-ma-du-ra. -> Acs. prales. en 2ª y 6ª, hept.
trocaico incompleto 2-6.
En resumen: estructura polirritmica con presencia equilibrada de los
distinto tipo rítmicos:
Trocaicos: ….. 4
(2 con estructura completa y otros 2 incompleta 2-6)
Dactílicos: …..2
Mixtos:
……... 5 (3 de tipo A y 2 de tipo B).
En cuanto a la rima, obedece, como
ya se detalló, al esquema:
abba a cc deed
siendo en este poema,
a =
-ielo
b =
-ora
c =
-ento
d =
-ura
e =
-alma
Y esto es todo cuanto me cabe o sé decir de la poco conocida undécima de
Bibliografía consultada.-
Tiempo. Canciones del farero. Vuelta.-
Manual de versificación española – Rudolph Baehr, Editorial Gredos 5ª reimpresión,
1997.
Diccionario de métrica española – José Domínguez Caparrós, Alianza Editorial.
Madrid, 2004.
Métrica española – José Domínguez Caparrós, 2ª edición revisada 2000,
primera reimpresión, mayo de 2006. Editorial Síntesis.
Métrica española – Antonio Quilis, 1ª edición corregida y aumentada,
Noviembre 1984. 18ª reimpresión: Mayo de 2007.
https://smvblogdelengua.wordpress.com/2015/02/04/la-poesia-de-la-generacion-del-27/
Madrid, jueves, 19
de mayo de 2022
Francisco Redondo
Benito de Valle