domingo, 22 de noviembre de 2020

Programa

Antes de echarme a morir

quiero hacer dos o tres cosas

que nadie ha de hacer por mí.

 

Primero he de hacer feliz

a la mujer que me quiera,

luego llevar la bandera

que al pueblo va a redimir.

 

Y, entretanto que esto llega,

cantar mi canción entera

para el que la quiera oír.

 

Madrid, 1-4-1980 

4 comentarios:

Ravenn dijo...

Hermoso poema don Francisco, de 1980!!! Sencillo y profundo, como un suspiro en la tarde gris del invierno.

Saludos.
Desde Managua, Nicaragua.

Francisco Redondo dijo...

Gracias, Ravenn. Estoy desenpolvando viejos poemitas; así disimulo un poco mi falta de inspiración actual.
Un saludo.
Francisco Redondo.

Anónimo dijo...

Sr Redondo, Entienda este escrito desde el absoluto respeto. Creo, humildemente, que no sé puede llegar al conocimiento de lo trascendental desde el razonamiento científico. Yo también soy Ingeniero, y me convencimiento de que nuestro entendimiento, limitado, más aún cuanto más creemos conocer, es estéril para resolver los verdaderos enigmas de la existencia. La opinión que me he creado de usted, leyendo sus dos libros y su blog es que es usted un hombre brillante en lo intelectual, de sensibilidad exquisita en lo cultural y convencido y consecuente en sus ideas políticas y sociales (aunque no las comparta). Envidio el amor a su familia y extensa descendencia, y me descoloca como puede una persona culta y buena mantener un credo tan radical. Su obra en poseía, de gran belleza o profundidad, me deja sin palabras casi siempre, y me confunde y entristece en algunas otras. Yo soy un hombre de Fe y no me "arrean cual rebaño para ir a misa", mi sentido del bien (justicia, solidaridad, respeto etc)y del mal (que por experiencia propia sé que existe) tiene mucho de común con sus escritos. Perdone mi atrevimiento en escribirle, el motivo se lo daré, es usted un referente en su círculo personal más íntimo, y la radicalidad de su pensamiento, por supuesto que no la en juicio, ha frustrado mi esperanza de una vida con una persona a la que ambos amamos. Le ruego mi osadía al escribirle, si se siente ofendido por mis palabras y,también, claro, no estar a la altura intelectual ni de sus pensamiento ni de su forma de comunicar. Reciba un respetuoso saludo de este frustrado colega y le reitero mis disculpas por todo lo qie puefa ofender. Sé que una persona de su sensibilidad e inteligencia también será tolerante con las faltas de los demas

Francisco Redondo dijo...

Sr. Anónimo: le agradezco sus -por mi parte inmerecidos- elogios y sus consideraciones. Le aclaro que mi forma de ver las cosas, que usted llama "credo radical", no es un credo porque no procede de ninguna fe, puesto que no profeso ninguna sino de una larga reflexión de la que he tratado de excluir juicios "a priori" y quedarme, según estimo con hechos objetivos; es "radical" en efecto porque he buscado edificar mis ideas sobre fundamentos sólidos - raíces-, una vez que la contundencia de los hechos conocidos y comprobados me hicieron abandonar una fe, recibida sobre todo de mi madre, y que resultó ser infundada.
En todo caso reciba usted mis respetos.