Ayer, día 31 de Marzo, falleció
la camarada histórica: Flor Cernuda. Aunque
llevaba 13 años en una
residencia, misma que se harán cargo de resolver su sepelio, nunca se olvidó de
su partido, del Partido Comunista de España. Y, aunque esto no haya sido reciproco,
Flor Cernuda, una camaradas al igual que otras tantas están en nuestra memoria
histórica, pasar a
englosar: “ Que mi nombre
no se borre de la historia” Flor, un
ejemplo resistente contra
fascismo.
Nacida 1918 en Villacañas para unos y en Quintanar de la
Orden para otros , hija de sastres, a las 17 años empieza a trabajar en el Socorro Rojo, de dónde es
enviada a Valencia para organizar extensión del mismo. Comienza a militar en la
JSU para después incorporarse al PCE. Cuando estalla la Guerra Civil Española
se traslada a Madrid, donde se incorpora al Comité Ejecutivo Nacional del Socorro Rojo.
“Que tu nombre no se borre de la
Historiar”
Hija de sastres, de niña marcha
a vivir a Villacañas y, a los 17 años, empieza a trabajar en el Socorro Rojo
allí, de donde es enviada a Valencia. Comienza a militar en las JSU para
después incorporarse al PCE. Cuando estalla la guerra se traslada a Madrid,
donde se incorpora al Comité Ejecutivo Nacional del Socorro Rojo.
Antes de acabar la guerra
regresa a Villacañas, confiando en que Franco ha asegurado que “a todo aquel
que no tenga las manos manchadas de sangre, no le pasará nada”. Pero el 28 de
marzo de 1939, Flor es detenida y llevada a la cárcel del pueblo, donde le
rapan la cabeza, la pegan e insultan.
El 3 de abril es sacada
junto al resto de detenidos
a la plaza del pueblo a oír misa con la intención de quemarles a continuación
en una hoguera allí mismo. La compañía del Serrallo de África, que había
entrado en el pueblo el día anterior, impide que se lleve a cabo esa masacre.
De allí es trasladada a la
cárcel de Lillo, donde van llegando presos de toda la provincia de Toledo. En
la prisión llega un momento en que no caben todos, y les van metiendo en casas
particulares donde permanecen hasta 72 horas sin agua potable. En Lillo es
juzgada y condenada a 12 años de prisión. El 7 de noviembre de 1939 sufre un
simulacro de fusilamiento.
Su hermano, 3 años menor
que ella, había marchado al frente y desaparecido. En noviembre de 1939 fallece
su madre por “afección moral”, según el certificado médico, incapaz de soportar
la situación de sus hijos y habiendo sido pegada en el pueblo.
El 28 de diciembre de 1939 es
llevada al penal de Ocaña, donde pierde sus pocas pertenencias. Allí permanece
3 meses, conviviendo con diez presas más en una celda individual que no tiene
luz ni agua, tan solo un retrete en un rincón. Durante los 3 meses que pasa
allí sólo son sacadas al patio en tres ocasiones. En Ocaña, Flor contrae una
grave infección en las piernas.
De allí marcha a la
prisión de Durango, en un largo viaje en tren donde Flor tiene que ir tumbada
en el pasillo con las piernas abiertas a causa de las llagas que le provoca su
enfermedad. Un guardia civil tiene que transportarla en brazos y es introducida
en la cárcel en camilla. La prisión es un antiguo convento que no dispone de
servicio médico. El único medicamento que puede tomar es la luz del sol, así
que sus compañeras la bajan diariamente a la sillita de la reina desde el
tercer piso hasta el patio.
Al cerrar Durango como
prisión, es trasladada a la prisión de Orúe en Bilbao gestionada por monjas,
donde pasa hambre y sufre vejaciones.
Con los primeros indultos
sale en libertad pero es desterrada a Portugalete, donde pasa un año hasta que
le levantan el destierro y puede regresar a casa de su padre, en 1943. A su regreso, en el
pueblo es perseguida y asediada y tiene que marchar a Madrid donde se coloca.
Su padre sigue sufriendo represalias en el pueblo, donde muere sin asistencia
médica, que no se le proporciona por negarse a comulgar y confesar.
En aquellos años, hay
mujeres que se cartean con presos políticos a las cuales más tarde pueden
llegar a conocer en persona. Este es el caso de Flor. Conoce al que será su
marido estando este en la cárcel. Entablan una relación epistolar que culmina
en boda en 1949 cuando Flor tiene 31 años.
Durante el franquismo, ambos
militan en el PCE clandestinamente. En 1962 es detenida, llevada a Gobernación
y torturada durante 4 días. La última detención la sufre ya fallecido Franco,
en marzo de 1977, por participar en un acto a favor de la amnistía de los
presos políticos, y es llevada a Gobernación y luego a las Salesas.
Aficionada a la poesía,
tiene poemas dedicados a la Pasionaria, a Lorca y a las Brigadas Internacionales
entre otros.
En 2010 la visité en la
residencia de ancianos madrileña donde lleva 10 años viviendo. Su memoria se va
desdibujando. Mantiene firme su reivindicación del término “rojo” en cuanto
tiene ocasión. Se despidió de mí con el puño en alto, sentada en su inseparable
silla de ruedas.
Firmado: Sagrario Losada,
responsable Frente Mujer PCM.
Cuanta
mujer entera y animosa
el
Pueblo da, de su raíz sustenta,
tan
frágil como flor, tan vigorosa
como el
roble que aguanta la tormenta.
Son la
sal de la tierra, son la rosa,
el
trigo, el pan, el fuego que calienta.
Hacia tu
paz te fuiste, Flor Cernuda,
la
Historia guarda tu inquietud menuda.
Madrid, jueves, 3 de abril de
2014
Francisco Redondo
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