d. Encuentros de vocales entre palabras contiguas.
Seguimos
aquí estrictamente el manual de Rudolph Baehr. Cuando entre palabras contiguas
de un mismo verso se producen encuentros de vocales, es decir, cuando una
palabra termina en vocal y la siguiente empieza por vocal asimismo puede
suceder que esas vocales (en principio 2, pero pueden ser más, 3, 4, etc., e
incluso corresponder a varias palabras sucesivas como en el caso ya citado: so-me-(tió a Eu)-ro-pa), puede
suceder, digo, que esas vocales se
pronuncien juntas, en una sola emisión de voz, formando una sola sílaba
rítmica (sinalefa) o separadas, en varias emisiones de voz,
formando varias sílabas rítmicas (hiato
o dialefa).
i.
Fonética
natural. Sinalefa e hiato.
Razona
a tales efectos Rudolph Baehr que, a diferencia de la poesía clásica latina, en
la que, al abundar mucho las palabras terminadas en consonante, los encuentros
vocales entre palabras eran poco frecuentes, en el español la situación se
invierte y lo más frecuente son palabras acabadas en vocal, y por ello también
se hacen mucho más frecuentes los encuentros vocales, hasta tal punto que tales
encuentros se convierten en algo habitual en nuestro idioma, por lo que las opciones
por la sinalefa o el hiato no pueden evitarse y constituyen usos naturales más
que licencias métricas. No obstante la fuerte influencia en la métrica de los
estudios clásicos ha hecho que se las siga considerando así. De hecho, sobre
estos encuentros vocálicos hubieron fuertes discusiones hasta el punto de que
muchos poetas los eludían por esta razón en sus versos. La discusión se
estabilizó hacia la segunda mitad del siglo XV, desde cuando vienen rigiendo
las normas que ahora se aplican.
En
lo relativo a la sinalefa cabe decir
que las vocales, aún unidas, deben articularse plenamente, sin elisión alguna,
excepto en los casos de encuentros de vocales iguales, en que se pronuncia el
conjunto como una sola vocal alargada. La sinalefa
se sigue efectuando aun cuando hubiere por en medio signos de puntuación (el
punto inclusive), y, en el verso dramático, aunque las palabras unidas
correspondan a parlamentos de distintos personajes. Aunque la sinalefa pudiera hacerse de más de tres vocales seguidas, esta
circunstancia debe evitarse por razones de eufonía: “la sinalefa no es una licencia, es una necesidad del idioma, pero
muchas sinalefas en un mismo verso lo tornan duro y pesado”, R. Jaimes Freyre,
citado por Rudolph Baehr.
ii.
Licencias
métricas: reglas que rigen el uso de la sinalefa y el hiato.
Como
hemos visto, al producirse un encuentro vocálico no caben otras soluciones que
la sinalefa o el hiato. El uso de una u otra figura de
penderá de 1) el modo de encontrarse la vocales; 2) los acentos; 3) razones sintácticas.
En
lo relativo a la sinalefa:
a)
Ocurre siempre que se
encuentran dos vocales iguales, con
la única excepción de cuando la segunda lleva un acento principal del verso
(por ejemplo el de la décima sílaba de
un endecasílabo), en cuyo caso debe hacerse hiato.
b)
Es obligatoria
en el encuentro de dos vocales átonas.
c)
Es obligatoria
cuando va una tónica y después
una átona.
d)
Es habitual,
salvo que lo impida la relación sintáctica o que la tónica tenga acento de
intensidad obligatorio (final de verso), cuando una átona precede a una tónica.
e)
Es discrecional
cuando se encuentran dos tónicas.
En
lo relativo al hiato:
a)
Las conjunciones y, o, e, u
no se consideran vocales e inducen por tanto al hiato al encontrase con otras que las preceden y siguen. Deberán
formar sílaba con las que las siguen por su condición de semiconsonantes.
b)
Ocurre siempre el hiato entre la décima sílaba de un
endecasílabo, si empieza por vocal, con respecto a la vocal final de la palabra
precedente, si se diera el caso.
c)
Con algunas
excepciones se hace hiato entre palabras
en “estrecha relación morfológica” como artículo + sustantivo (la / hora,
la / urna); preposición + palabra a que se refiere (contra / ellos, resueltos a
/ ir); adjetivos + sustantivos (amado /
hijo, su / amo). Las excepciones son cuando la primera es una e o cuando ambas son iguales.
d)
Finalmente, cuando las vocales que se encuentran son
ambas tónicas el hiato es casi
norma pero con muchas excepciones.
[CONTINUARÁ]
3 comentarios:
Hola don Francisco. Le escribe Julio Romero (Ravenn). He leído su articulo con respecto a los encuentros vocales entre palabras. Creo que con esto he logrado resolver una duda pero quisiera realizarle de la manera mas atenta la siguiente consulta.
Usted menciona lo siguiente: "En lo relativo al hiato: Ocurre siempre el hiato entre la décima sílaba de un endecasílabo, si empieza por vocal, con respecto a la vocal final de la palabra precedente, si se diera el caso"
Al respecto, en el siguiente verso (de un poema en el que he trabajado), estaríamos ante tal comportamiento?
Brillan las velas con crestas de oro
En este caso, se produciría el hiato y NO la sinalefa en "de oro" en virtud que el acento principal va en la décima sílaba de este endecasílabo. Leí también que, según Dominguez Caparrós (Métrica Española, 2014), establece "Dos vocales iguales o distintas pueden unirse en una silaba por sinalefa. Si no se hace, sera por razones de tono enfático... en el verso puede no hacerse sinalefa por razones métricas".
Desde ya, muchas gracias por su gentil atención.
Saludos, desde Managua, Nicaragua.
Julio Cesar Romero
(Ravenn)
Buenas tardes, don Julio Romero. Es cierto cuanto dice usted relativo a esos casos de hiato. En el verso que acompaña, los acentos principales van en 1ª, 4ª, 7ª y 10ª sílabas (un endecasílabo dactílico de gaita gallega). Y en efecto, por recaer en la 10ª el acento de intensidad se haría muy forzada la sinalefa; lo natural aquí es el hiato: -de-o-ro. Todo esto dentro del caracter relativo de casi todas las normas métricas, y en especial las que se refieren a los encuentros de vocales entre palabras. A eso sin duda se refiere Domínguez Caparrós en el párrafo que usted cita.
Un cordial saludo.
Francisco Redondo.
Con mucho aprecio y agradecimiento recibo sus palabras, don Francisco.
En efecto, el verso pertenece a una referida composición de estilo de Gaita Gallega cuyo ritmo, mística y estructura resultan, si bien laboriosa, con efectos, estilos y una exquisitez seductora y elegante.
Como siempre, le agradezco en gran medida sus gentiles y bien fundamentados aportes a quienes navegamos por el oceáno de rubíes y zafiros que es la poesía.
He visto en otras publicaciones de su blog, el esfuerzo impregando suyo en el análisis de algunos poemas varios, y, para este servidor, sería un verdadero honor el ojo crítico y la palabra constructiva suya en el escrito completo al que se refiere el verso que se expuso. En estas tierras Darianas, aunque difícil de creer, se hace honor al refrán “en casa de herrero, cuchillo de palo” y es algo complicado compartir y aprender con quienes tienen la luz del conocimiento, aun en tierras de Darío. Todo esto, si usted asi bien lo dispone y sin ánimos de abusar de su valioso tiempo.
Un abrazo fraterno.
Desde Managua, capital de Nicaragua.
Julio César Romero
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