- Métrica.
La métrica, en
el sentido amplio del término, se suele definir como “disciplina literaria que
trata de establecer las normas de versificación; es decir, las reglas por las
que se rige el verso, sus clases y sus combinaciones” (Hdez. Caparrós, op.
cit.). La métrica por tanto abarcaría
tanto la medida o conteo de sílabas de los versos como sus aspectos rítmicos.
Sin embargo aquí, por lograr mayor claridad metodológica, he preferido
restringirme en este apartado a los aspectos estrictamente relacionados con el
conteo de sílabas, dejando lo relativo al ritmo para un epígrafe posterior.
- Sílabas
fonéticas y sílabas rítmicas o métricas.
En
el conteo de sílabas de los ejemplos de endecasílabo del epígrafe 1 vimos que
algo fallaba puesto que afirmando yo que todos los ejemplos eran endecasílabos
solo uno de ellos parecía tener 11 sílabas, los demás parecían tener menos o
más. Era evidente que la razón estaba en que al referirnos a sílabas estábamos
considerando dos conceptos distintos: la sílaba
fonética o gramatical frente a la sílaba
rítmica o métrica.
En
el ejemplo
Ja-más-el-pe-so-de-la-nu-be-par-da
el
conteo nos da igual: 11 sílabas. Si observamos en detalle ese verso veremos
algunas cosas. 1) Ninguna sílaba tiene más de una vocal; 2) No se da ningún
caso en que una palabra termine por vocal y la siguiente empiece asimismo por
vocal; 3) la palabra final del verso es llana, es decir, tiene su acento en la
penúltima sílaba. En casos como estos la coincidencia entre ambos conceptos de
sílaba es completa, en otros casos, que habrá que estudiar con detalle, la cosa
se complica un poco y las sílabas métricas o rítmicas no coinciden siempre con
las fonéticas.
La
métrica se ocupa sólo de sílabas métricas o rítmicas (en lo sucesivo, para
evitar equívocos las llamaremos rítmicas)
por lo tanto pasado este epígrafe nos olvidaremos por completo de las
gramaticales o fonéticas.
No
es fácil en este momento, antes de estudiar el tratamiento de los grupos de
vocales contiguas, definir con exactitud lo que sea sílaba rítmica. Lo iremos viendo sobre la marcha al desmenuzar los
siguientes epígrafes. No obstante podemos avanzar algunas características:
-
La sílaba
rítmica es la parte de un verso (excepcionalmente de más de uno) que se
pronuncia en el recitado mediante una sola emisión de voz.
-
Una sílaba
rítmica puede ir a caballo de varias palabras, propiedad que la diferencia
absolutamente de la gramatical. Por
ejemplo, en
Sometió
a Europa
tió a Eu puede ser una sola sílaba rítmica.
-
La vocal o
vocales que forman una sílaba rítmica
pueden ir precedidas y/o seguidas por una o varias consonantes, pero nunca una
consonante puede ir situada entre las vocales.
- Final del
verso.
La
primera circunstancia que condiciona el conteo de sílabas rítmicas de un verso
en idioma español es la forma de acentuar su palabra final. La norma es la
siguiente: si la palabra final es
aguda (o consta de una sola
sílaba) la cuenta se incrementa en
una (+1)
llana …………………………………….. la cuenta no varía (=)
esdrújula ………………………………..
la se decrementa en una (-1).
Veámoslo
en los ejemplos del epígrafe 1:
Añoro la dulzura de Raquel (aparentemente
de 10 sílabas)
Jamás el peso de la nube
parda (aparentemente
de 11 sílabas)
Vuelto desdén el ademán
colérico (aparentemente
de 12 sílabas)
En
ninguno de los tres versos hay grupos ni encuentros de vocales, por lo cual las
sílabas fonéticas equivalen a las rítmicas. Salvo en lo que se refiere al tema que nos ocupa, relativo a la
acentuación de la palabra final. De esta forma
- el 1er verso acaba en palabra aguda y la cuenta
pasa a ser 10 + 1 = 11 s.r.
- el 2º verso
acaba en palabra llana y la cuenta queda como está = 11 s.r.
- el 3er verso
acaba en palabra esdrújula y la cuenta queda
12 – 1 = 11 s.r.
Esto
explica la afirmación inicial de que los tres versos eran endecasílabos desde
el punto de vista métrico.
Una
explicación a esta norma desde el punto de vista de la lingüística comparada
nos la da Rudolf Baehr en su obra de referencia:
“En
la Romania, el francés, provenzal y catalán son lenguas oxítonas [agudas], y en
la medida de sus versos se cuenta solo hasta la última acentuada, y por lo
tanto el final oxítono [agudo] es el normal; frente a este criterio, el español
(y también el italiano) considera como normal el verso de de terminación
paroxítona [llana], conforme al ritmo acentual de su léxico, en gran parte (o
al menos, en lo más característica de su evolución histórica) paroxítono
[llano]. Por tanto, para medir el verso español hay que contar desde la primera sílaba del mismo hasta la
sílaba siguiente a la tónica final. … Los versos que terminan con palabras
oxítonas [agudas] o proparoxítonas [esdrújulas] están fuera del orden normal
que representa la terminación llana; para contar estos versos hay que
acomodarlos al término medio de la normalidad métrica añadiendo una sílaba en
el caso de los agudos, y restando una en el caso de los esdrújulos” (las
negritas y aclaraciones entre corchetes son míos).
Hablando
en términos musicales, diremos que los endecasílabos llanos se pronuncian normalmente, dando un tiempo igual a cada
sílaba rítmica; en los agudos
también se hace así hasta la tónica en décima, y aquí, en lugar de la sílaba
que habría de ir tras la tónica el buen recitador hará un silencio o pausa del
tiempo normal de una sílaba; y en los esdrújulos, las dos sílabas que siguen a
la décima tónica deben pronunciarse en el tiempo de una normal; para ello la
vocal de la undécima decae y se pronuncia brevísima: colérico -> colerco; agónico -> agónco.
[CONTINUARÁ]
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