viernes, 20 de mayo de 2011

Miles de tierras, de corazones y una sola bandera

Compuesta para el mismo y recitada por mí como apertura del “Recital de POEMAS EN HOMENAJE A LAS BRIGADAS INTERNACIONALES” en el Ateneo de Madrid (Sala Úbeda) el martes día 17 de Mayo de 2011, recital cuya mesa presidí en nombre de la Agrupación Ateneísta Juan Negrín.


Primero fue un complot de generales

conspirado en los cuartos de banderas

entre los farias y el anís del mono

y unos cuantos facciosos calaveras,

pero los bendecía

toda la caspa de la Sacristía

y Dios desde su trono

y los hombres cabales

como Juan March con todos sus caudales.


Luego fueron las hordas africanas,

la barbarie rapaz del mercenario,

las funestas sotanas,

colocadas de vino y de incensario,

el requeté protervo y sanguinario,

la negra Tradición

que en secreto afilaba su guadaña

en la añoranza de la Inquisición;

y, de fuera de España,

fue del Fascio la peste azul-gangrena,

los puños, las pistolas,

mordaza vil de la razón ajena,

y la legión de buitres carroñeros

de pardas camisolas

pilotando tudescos bombarderos.

Y sobre todos ellos,

de caqui uniformados,

burócratas del crimen y exterminio,

los cuatro generales sublevados

a sangre afianzaban su dominio.


Fuera, las “democracias”,

envuelta su intención en mil falacias,

entre la Ley y el Crimen consumado

urdían la cobarde equidistancia

con que Inglaterra y Francia

miraban sin vergüenza hacia otro lado.

Y la España Leal se quedó sola.

Sola ante el Capital y sus Estados,

o la doblez de las Cancillerías

o de los “estadistas instalados”

o de las mayorías

de asnos que parasitan los senados.


La nación española,

Madrid iba a caer, la Pasionaria

gritó “NO PASARÁN” a las trincheras

y una marea ingente, solidaria,

enardecida, libre, voluntaria

sobrepasó fronteras

e hizo suyos los himnos y banderas.

Y todas las naciones

entre puños cerrados y guitarras

aportaron sus sangres y canciones

contra las cimitarras

mercenarias de moros y cipayos

con fulminantes rayos.


Defensa de Madrid. La seguidilla:


“Por la Casa de Campo

“y el Manzanares

“quieren pasar los moros

“no pasa nadie”.

Brigada Kléber, batallón La Commune.


Batalla del Jarama. La balada:


“There’s a valley

“in Spain of Jarama

“it’s a valley

“that we know so well …”

Brigada Lincoln.


Batallónes Dumbrovsky y Garibaldi,

Thaelmann y Marty,

tantos, tantos hermanos …

una galaxia de héroes encendida:

ingleses, alemanes, holandeses,

americanos, belgas y franceses,

yugoslavos, cubanos, italianos …

uno de cada cinco dio la vida

en tierra extraña por sus ideales

y por su convicción de ciudadanos

¡tantos hombres leales …!


Pasaron años largos por decenas,

mas tanto honor ya nunca se ha olvidado.


Murieron los verdugos pero apenas

los honra la memoria.

Tuvieron su victoria,

su revancha, su premio mal ganado,

pero nunca la gloria.

La gloria recompensa la pureza

sólo del corazón y la nobleza

del sacrificio limpio, idealista.


Esa corona es tuya,

sin mancha alguna que la prostituya,

ciudadano del Mundo: BRIGADISTA.

2 comentarios:

RosaMaría dijo...

Interesante raconto en el que encuentro algunos puntos en común en "mi" democracia y tantas otras. Beso.

Francisco Redondo dijo...

Un beso, Rosa María.