Algo que atrapa, funesto, el corazón
y lo mantiene
encogido y sin ánimo,
un soplo helado
de fuera de este mundo,
un mal mirar extraviado y torvo,
un desaliento sin origen ni fin,
y sin remedio …
Todo es inútil ya,
ya están contadas las horas
hasta el fiel de la desgracia,
y, descartadas las lamentaciones,
el campo es todo entero de las Parcas …
No es nada personal;
el mal se ensañará con todos
porque todos hemos ido cebando la panza de la Bestia.
Todos seremos lobos y corderos,
víctimas y verdugos,
culpables e inocentes
y correrá la sangre, definitivamente,
hasta anegar y saturar la tierra,
y un clamor monstruoso
de ladridos salvajes y lamentos
dará testimonio de nuestro justo exterminio …
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