viernes, 11 de diciembre de 2009

Pasión y muerte del general Riego

A mi amigo Ángel Sabroso, didáctico y republicano

Referencia de imagen (Por cortesía de Francisco Domingo): http://www.fdomingor.jazztel.es/pronunciamiento%20de%20riego.html

A las puertas cereales de un mercado,

con pasión, como mueren los mejores,

entre escarnios de seres inferiores,

prez de la Libertad, moriste ahorcado.


Tu cadáver atroz, descuartizado,

en alto se exhibió, pregón de horrores.

Así rendía el rey felón honores

a los preclaros hombres del Estado.


Así acabaron el Empecinado,

Marianita Pineda, el gran Torrijos:

la crema de las filas liberales.


Así aquel rey, funesto en su reinado,

y esta patria, madrastra de sus hijos,

Bienes cribaban y esparcían Males.


Madrid, domingo, 06 de diciembre de 2009

Modificado el 26/12/2009

3 comentarios:

Gustavo Pertierra dijo...

Me maravillas con tu escritura, y me complace tanto, en estos dñias descarnados, con la esencia de lo que escribes, que no puedo menos que agradecerte, por tu pluma esclarecida , que escribe en el mismo margen que la mía
Un afectuoso y agrdecido abrazo, por tanta calidad y aprendizaje.

Gustavo Pertierra dijo...

Aunque la historia no me reulta propia ni conocida, la magistral calidad con que está escrito este soneto, lo pone a uno tan en situación que no resulta necesario conocer a los personajes, para captar la esencia del relato y saber con quien identificarse.
Te felcito Francisco , tienes un talento poético descomunal.
Un afectuoso abrazo

Francisco Redondo dijo...

Rafael de Riego fue uno de los máximos defensores de la causa liberal en España contra el absolutismo del rey Fernando VII (llamado el Rey Felón por sus repetidas traiciones a leyes y a personas que habían luchado por él).
Riego luchó en la guerra de la Independencia contra los franceses de Napoleón, contribuyó a la promulgación de la Constitución de 1812 en Cádiz, a la que prestó juramento. Luchó contra la tiranía del citado rey y fue tomado preso a traición y ejecutado en la horca el 7 de noviembre de 1823 en la Plaza de la Cebada de Madrid, tras arrastrarlo por las calles sobre un serón. Después de muerto fue descuartizado y sus restos colgados.
En su honor se compuso el himno de Riego que fue más tarde el himno oficial de la República española y que, aún hoy es signo de identidad de los que nos reclamamos republicanos.