martes, 16 de octubre de 2007

Nave de siglos


Mirador de San Nicolás.
Madrugada de Otoño de 2.003


Besa la luz las cumbres del Veleta,
faro en la tempestad de piedra alzada;
ruge el coro telúrico del monte
como una mar de rocas encrespada.

Acá tú, Alhambra, roja al sol primero,
buque de almagre de la madrugada,
zarpas entre naranjos y suspiros
de los dormidos muelles de Granada.

Sonámbula mi alma te transita,
marinera de niebla en la alborada,
por tripular tu inmóvil singladura
de nave entre jazmines encallada.

La has seducido, diosa, con tu proa
de sirena entre mirtos desmayada.
¡Déjala, pues, ganar tu noble altura,
en tu surcar los siglos enrolada!

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