DEFINICIONES
Los minutos son granos de arena,
las horas son puñados de arena,
los días son costales de arena,
la vida es un pequeño montículo de arena.
Y ESTE ES MI CASO
Nací, y un primer grano golpeó mi cabeza.
Lloré, pero muy pronto me acostumbré a la arena.
Soñé que edificaba castillos con la arena,
pero la arena iba derecha a su tarea.
Me dediqué a mis cosas ignorando la arena.
Amé, y a mis amores enterraba la arena.
Sufrí, y el sufrimiento cubrí con más arena.
Luché y, a cada golpe,
amontonaba arena y más arena.
Cuando hasta las rodillas me llegaba la arena,
pretendí detener con las manos la arena:
pugné por achicarla, pugné por contenerla
pero siempre escapaba de mis manos la arena.
Ahora que ya me cubre la cintura la arena
aún me resisto a ver su fatal prepotencia.
Pronto habré de sentarme sobre el montón de arena.
Escarbaré buscando
viejos objetos que enterró la arena,
y mi lucha será
impedir que de nuevo los sepulte la arena.
Repararé a diario los estragos crueles de la arena.
Después, quizá me tienda en el lecho de arena.
¡Sabéis que un día me hundiré en la arena!
Si no me veis, buscadme
enterrado en la arena ...
Si podéis, ¡no olvidadme ...
... en la arena!
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