Sólo yacer tendido aquí, a tu lado,
llenos de azul los ojos del estío,
y el tiempo discurriendo como un río
a orillas de un ameno y verde prado.
Solo gustar tu aliento respirado
desinhibidamente junto al mío;
sólo advertir que brota a su albedrío
tu pensamiento al mío conectado.
Gozar la soledad en compañía,
paralelos los cuerpos y la mente,
atenta al derivar de los vilanos.
Ver como apunta el declinar del día,
y comprobar como, instintivamente,
se buscan las arañas de las manos.
viernes, 5 de octubre de 2007
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