A mi primer nieto
Un puñadito rosa,
un cachorrillo de esperanza y llanto,
un trocito de luna hecho sollozo,
un alma de peluche,
dos grandes ojos cegatillos, tiernos,
deslumbrados, abiertos
a la luz ...
y hacia la vida.
¡Qué poca cosa... y cuanto!
La vida te sea leve, Adrián,
y la alegría
anide en tu costado
y recompense
toda la dicha que nos has causado.
Madrid. siete de Julio de 1.997
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario