Material a analizar.-
VERSOS SENCILLOS
V
Si ves un monte de espumas
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.
José Martí, poeta, héroe revolucionario, patriota y
“apóstol de la independencia cubana”. Apunte biográfico.- José Martí (1853-1895) nace en La Habana de
madre canaria y padre valenciano y muere por heridas de combate en la zona de
Dos Ríos, en las proximidades de Palma Soriano, en el transcurso de la
definitiva Guerra de Independencia de Cuba, cuyo fin no llegó obviamente a
vivir.
Vivió dos de sus
primeros años en España (Valencia), y, luego, su familia se estableció
definitivamente en Cuba, patria definitiva de José Martí, donde vivió hasta su
muerte, con las excepciones de los periodos de destierro y exilio a que fue
condenado por la potencia colonial por razón de sus ideas revolucionarias y su
compromiso con la causa de la independencia cubana. El exilio lo hubo de vivir
mayormente en España, y, dentro de ella, principalmente en Zaragoza, en la que
finalizó el bachillerato y en cuya Universidad cursó los estudios de
licenciatura en Derecho y también en Filosofía y Letras, obteniendo en
consecuencia los correspondientes títulos. No estuvo sin embargo ajeno a la
vida política española sino que pronto se decantó por las ideas republicanas y
emancipatorias colaborando con la prensa comprometida en ideas afines a las
suyas. Tras de un breve periplo por París y Nueva York, viene a reunirse con su
familia en Méjico, donde conoce a la que sería su esposa, Carmen Zayas, cubana
de Camagüey, y luego pasa a Guatemala, donde oficia como catedrático de
Literatura e Historia de la Filosofía,
se casa y sigue en Guatemala hasta 1878 en que vuelve a Cuba definitivamente
salvo un segundo, pero breve periodo de deportación a España.
Actividad política.- Funda junto a otros el Club Central Revolucionario
Cubano, que lo nombra vicepresidente y delegado del mismo en Cuba. Redactó las
bases y estatutos del Partido Revolucionario Cubano, del cual resultó elegido
delegado.
En cuanto a su
actividad insurreccional, estuvo en los preparativos del fracasado Plan
Fernandina, por el que se planeaba la invasión por mar de la isla; más tarde,
junto con Mayía y Collazo, firmó la orden del levantamiento de 1895,
insurrección en la que, por méritos y servicios prestados, le fue otorgado el
grado de mayor general. En esta guerra, que como es sabido, acabó en la
independencia de Cuba en 1898, luchó Martí en primera línea y fue abatido en el
19 de Mayo de 1895, sin llegar a conocer la victoria final por la que tanto
luchó.
Actividad literaria.- Se considera a Martí como uno de los iniciadores
del modernismo en la literatura latinoamericana, junto a figuras de la talla de
Rubén Darío, José Santos Chocano, y muchos otros.
Martí es, además
del político e ideólogo que apunta el epígrafe anterior, uno de los grandes
poetas de América. Es conocido principalmente por sus Versos libres (1878-82), Ismaelillo
(1882) y por sus Versos sencillos
(1891).
En los Versos libres, mediante el uso del arte mayor, del endecasílabo,
Martí vuelca toda la hondura de su filosofía y muestra rudamente la fuerza y la
fiereza oscura que poblaba su raudal poético. Él mismo los calificó como “endecasílabos
hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito
amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura”. Su tono fuerte y rudo
llegó a impresionar vivamente, y así lo manifestó aquel, a don Miguel de
Unamuno.
Ismaelillo
es un poemario dedicado a su único hijo por el que obtiene su fuerza del caudal
de ternura que le inspira a la par la debilidad y la inocencia del niño.
En sus Versos sencillos, a los que dedicaré el resto de este trabajo,
Martí consigue de manera magistral conectar su pluma con la vena de lo popular,
con el amor a la Naturaleza y con el rechazo de la sofisticación cultista, que
impregna toda esta parte de su poesía. Su tono proverbial, inspirado y sincero
ha atraído, como el de pocos poetas, a compositores de canciones y a
cantautores, como veremos más adelante.
Los Versos sencillos.-
Los Versos sencillos de José Martí, sin duda su obra más popular, está
constituidos por 46 series de estrofas. Las estrofas son siempre de cuatro
versos octosílabos con doble rima, siempre consonante, si bien organizada según
casos en las dos formas habituales en este tipo de estrofas: abrazada (abba) o
cruzada o alternada (abab); es decir, en forma de redondillas o en forma de cuartetas
o serventesios octosílabos. De todo lo dicho, y cierto en general, deben
anotarse dos excepciones: la serie XLIII consta de tres cuartetas a las que se
añaden tres pareados, y la XLV está formada por 37 versos libres, de arte menor,
generalmente octosílabos y que carecen de rima, excepción que no altera el plan
antes descrito. El número de estrofas de cada serie es variable entre un mínimo
de dos (como en la serie XII) y un máximo de 18 (serie I). En total el número
de cuartetas que integran el poemario es, salvo error u omisión, de 208 más los
tres pareados y 37 versos libres; y el número total de versos, 875, en su
inmensa mayoría octosílabos y casi en su totalidad (con la salvedad de los 37
versos libres) rigurosamente rimados con rimas consonantes.
Cuando José Martí califica a este
poemario como versos sencillos ¿qué
nos quiere decir con ese calificativo? Puedo afirmar con rotundidad que no
pretende decir en modo alguno que la composición de estas cuartetas o
redondillas sea un modo de versificación fácil, asequible, trivial, vulgar,
porque no lo es en absoluto. En una cuarteta octosílábica caben varios grados
de dificultad, desde la cuarteta romanceada con rima asonante en los versos
pares (la más corriente y habitual en letras de canciones) a la que aquí
contemplamos en Martí, con dos rimas rigurosamente consonantes, o bien
alternadas o bien cruzadas; entre esos dos extremos hay una distancia abismal
en lo que se refiere a dificultad. Si el poeta hubiera querido cumplir con facilidad
la tarea de esta versificación tan extensa, sin duda habría elegido la cuarteta
romanceada o directamente el romance en octosílabos, que para eso se inventó
para el viejo romancero castellano y siguió sirviendo para el contemporáneo Romancero gitano de Federico García
Lorca, y, aún así, dependiendo de la inspiración poética del autor, nunca sería
un trabajo trivial. Pero no fue así y las 208 redondillas del padre de las
letras cubanas constituyen todo un alarde compositivo. Entonces me repito la
pregunta ¿por donde va eso de la sencillez de estos versos? Y no tengo la
respuesta, pero colijo por donde van los tiros: quizá por la sencillez de su
RETÓRICA. Si se examinan en detalle la construcción de estos versos se
observará que, contra los antecedentes que precedieron a Martí, el escritor
rebaja intencionadamente la complejidad retórica de la escritura: escribe de
forma llana sin alterar apenas el orden gramatical natural de las frases:
sujeto-verbo-predicado con sus complementos; el hipérbaton tan habitual en la
poesía de siglos anteriores, especialmente en la poesía con rima consonante,
prácticamente ha desaparecido en los Versos
sencillos, y lo mismo sucede con la anáfora y otras figuras retóricas más o
menos rebuscadas que usa o usaba la poesía “culta”. Y ¿de qué forma consigue
Martí llevar la belleza poética a sus versos sencillos? Por medio de la altura de la idea, por la elevación del
concepto, del discurso. Con esto, con el uso de un lenguaje directo y llano y
el uso de una forma estrófica tan popular como la cuarteta, Martí proyecta su
poesía hacia el pueblo llano. Y el pueblo llano lo recibe, lo entiende y le
devuelve la atención con su devoción y su cariño. Esa es para mí la clave y el
secreto de los Versos sencillos.
Cultivo una rosa blanca
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni oruga cultivo;
Cultivo la rosa blanca.
Los Versos
sencillos y la canción.-
Es
sabido que en las letras de canciones se suelen utilizar, con mucha diferencia
sobre otros tipos de estrofas, las cuartetas en octosílabos. Esto es así no
solo de ahora sino desde hace siglos: la cuarteta sobre todo en su forma más
fácil (romanceada, con rima asonante de los versos pares) es de siempre el alma
de la canción popular, tanto más si evoluciona hasta sus formas más elaboradas
(la redondilla de rima consonante abrazada (abba) o el serventesio de arte
menor, con rima cruzada (abab)). No es de extrañar por ello que una colección
tan extensa de cuartetas doblemente rimadas en consonante, como las que
componen los Versos sencillos de José
Martí que, además de su elaborada factura, sirven de soporte a un discurso
proverbial, elevado y sentencioso, emitido de manera llana, popular, patriótica,
abierta, no es de extrañar, repito, que desde el principio fueran un manjar
irresistible para cancioneros, cantautores y otros modernos trovadores o
troveros de los que tanto abunda el ambiente cultural cubano y latino americano
en general, para extenderse pronto a los de otras tierras. Un investigador de
la poesía y el folklore cubanos,
En
cuanto a versiones, cantantes, cantautores y compositores musicales que se han
acercado más o menos a los Versos
sencillos de Martí forman una nómina de tal tamaño que sería imposible
recogerla en este modesto estudio. Así que me limitaré a presentar unas pocas
pinceladas del cuadro tan imponente que representan. Una de las primeras
musicaciones, aún en el siglo que las vio nacer, fue de O’Hallarans sobre El proscrito en 1891; de entonces a acá
centenares de versiones: Silvio Rodríguez, Amaury Pérez Vidal, grupo Laredo,
Sara González, Pedro Luis Ferrer, Pablo Milanés y muchos más, todo esto tan
solo en el contexto cubano, pero ampliando el panorama vemos que esa prodigiosa
inspiración llega a todas partes y a todos los idiomas cultos, y lo encontramos
en el portugués brasileiro o en el inglés de Pete Seeger.
De
entre todos ellos, para mi gusto, destacaría a Pablo Milanés y a la Guajira
Guantanamera.
Destaco
a Pablo Milanés, miembro del movimiento musical Nueva Trova Cubana y de una
generación de cantautores, cantantes y músicos que compartieron con Milanés
temas, escenario y sobre todo amistad o camaradería; son gentes como Silvio
Rodríguez, Violeta Parra, Mercedes Sosa, Daniel Viglietti, Chico Buarque,
Vinicius de Moraes, Milton do Nascimento, Víctor Jara y tantos otros, y del
otro lado del “charco”, pero no menos apegados a él, cantantes como Ana Belén,
Víctor Manuel, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat y muchos más, pero quizá no
tan cercanos. Yo destaco no obstante a
Milanés por la honda impresión que me causó el disco de vinilo publicado en
España en 1977 con el nombre de Mi verso
es como un puñal, )aunque en su origen, en su edición cubana de 1973,
apareciera con el título Versos sencillos
de José Martí). De aquella versión española tuve la oportunidad de adquirir
un ejemplar que guardo como un tesoro; esto me permite decir que la música de
aquel trabajo temprano de Milanés da digna réplica y acompañamiento adecuado a
los versos de Martí. De sus doce cortes son de Versos sencillos los siguientes:
2 Yo
soy un hombre sincero - Versos sencillos I serie
5 Si
ves un monte de espumas - Versos
sencillos V serie
6
Vierte, corazón, tu pena - Versos
sencillos XLVI serie
11 El enemigo
brutal - Versos sencillos XXVII serie
12 Es
rubia, el cabello suelto - Versos
sencillos XVII serie
Los
demás cortes son o de Versos libres o
de otros trabajos de Martí.
Aparte
de los Versos sencillos Pablo Milanés
puso música a los Versos libres y a Ismaelillo, y vino a ser así uno de los
cantautores que más intensa y extensamente han trabajado musicalmente la poesía
del héroe y poeta cubano.
En
cuanto a la Guajira Guantanamera, lo
primero a consignar es que se trata de una de las canciones cubanas más
conocidas, cantadas y versionadas en todo el mundo (alguien podría citar como
excepción la habanera La paloma, pero esta canción – sin
duda una de las más famosas si no la que más- fue compuesta en La Habana y en
ritmo de habanera por el español Sebastián de Iradier, y difundida enseguida
por él fuera de Cuba de donde se extendió por todo el mundo. Así que no es
típicamente cubana). Pero la Guajira Guantanamera, sí: Joseíto
Fernández (José Fernández Diaz), la popularizó ya en 1929 como guajira-son (aunque
en otro momento afirmó haberla compuesto en 1934) y registró su autoría, pero
su letra fue cambiando según requería la ocasión y no quedó fijada hasta que
Julián Orbón adaptó para ella tres o cuatro estrofas de los Versos sencillos de José Martí. Las que
más habitualmente se suelen cantar son, por este orden:
Serie I: 1
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma
Serie V: 3
Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo
Serie XXXIX: 1
Cultivo una rosa blanca
En julio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca
Serie III: 2
Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar
El arroyo de la sierra
Me complace mas que el mar
En
cada cuarteta se suele hacer bis de los dos primeros versos.
Detrás
de cada cuarteta va el estribillo siguiente:
Guantanamera
Guajira guantanamera con un
bis.
La
universalización de la Guajira
guantanamera vino de la mano y la voz del cantante folk estadounidense Pete
Seeger que, habiéndola oído en 1962 en
Cuba de un discípulo de Orbón, la extendió por más de 35 países. Después, fue
tanta su fama, que fueron numerosísimos los cantantes y grupos que la
interpretaron: Celia Cruz, Dámaso Pérez Prado, José Feliciano, el ya citado
Pete Seeger, Joan Baez, The Weavers, The Sandpipers, Nana Moscouri, Luciano
Pavarotti, Plácido Domingo y un largo etcétera. Fue traducida a numerosos
idiomas: inglés, galés, francés, italiano, ruso, búlgaro y así. Una fama
inimaginada para unos Versos sencillos
Los versos de un héroe cubano, los versos de José Martí.
Revisión de los tipos de octosílabo
desde el punto de vista rítmico
El octosílabo
es el verso español por excelencia. No sólo por su origen histórico, netamente
popular y autóctono, a diferencia de sus más directamente competidores: el endecasílabo o el heptasílabo, con vestigios de origen italiano, o el hexasílabo, de orígenes latinos. No
sólo por sus raíces folklóricas, populares ni por ser el que más se ha
compuesto, declamado, usado tanto en poesía, como en canción, teatro y hasta,
como veremos, en prosa sino porque es el que mejor se identifica y armoniza de
manera natural con los ritmos elementales del lenguaje. Dicen a este respecto
los estudiosos de la fonética que el octosílabo
coincide con el grupo fónico medio en
castellano. Conviene aclarar que se entiende como grupo fónico el número de sílabas fonéticas emitidas en el curso de
una respiración (aspiración-emisión de sonido-expulsión del aire); pues bien en
castellano ese número de sílabas es por término medio de ocho (once como máximo).
La consecuencia inmediata de este hecho es que el lenguaje hablado tiende a
realizarse en grupos de sílabas con un promedio de unas ocho; es decir, que
bascula hacia el octosílabo. Es por
lo que algunos dicen que el lenguaje en prosa tiende a organizarse en octosílabos. Sea o no esto así, lo
cierto es que en poesía en castellano el verso más usado ha sido, y aún es, el octosílabo.
El octosílabo
es, por otra parte, un verso sin apenas complicaciones. En lo referente a los
acentos la única norma fija es que la
séptima sílaba debe ir acentuada. Y esto arrastra el que las dos contiguas
a ella, la 6ª y la 8ª, debieran de ser
átonas. Esto no obstante sólo implica una prohibición tajante en el caso de la
8ª, ya que, de ser acentuada, el verso pasaría a tener 9 sílabas; de ser
acentuada la 6ª, el verso seguiría siendo octosílabo pero se produciría un efecto antirrítmico que haría
desmerecer algo la sonoridad del verso sin que fuera necesariamente incorrecto.
Supongamos en todo lo que sigue que tanto la 6ª como la 8ª van sin acento. Nos
quedarían cinco sílabas, de la 1ª a la 5ª, en que situar los acentos
secundarios, que definirán completamente el ritmo del verso y nos permitirán
establecer los diferentes tipos de octosílabos.
Estos son:
1)
El tipo trocaico, con anacrusis de las dos primeras sílabas y acentos en 3ª, 5ª y 7ª. El
periodo rítmico queda, pues, formado por dos troqueos, y el de enlace por un
tercer troqueo. Ejemplo:
El aroma de
tu nombre [oo] óo óo
óo
el recuerdo
de sus ojos
La lluvia – Manuel
Machado (1874-1947)
2)
El tipo dactílico, sin anacrusis, y acentos en 1ª, 4ª y 7ª sílabas. El periodo rítmico
alcanza su mayor tamaño, de la 1ª a la 6ª sílabas y está formado por dos
dáctilos, y el de enlace, como siempre, por un troqueo. Ejemplo:
Vuélveme,
vuélveme, moro óoo
óoo óo
José
Zorrilla (1817-1893)
3)
El tipo mixto A, acentos en 2ª, 4ª y 7ª, con la 1ª sílaba en anacrusis, periodo rítmico
= troqueo + dáctilo, y periodo de enlace formado por un troqueo. Ejemplo:
Allí la
altiva palmera [o] óo óoo
óo
José
Zorrilla (1817-1893)
4)
El tipo mixto B, con acentos en 2ª, 5ª y 7ª y estructura rítmica como el anterior
excepto en el orden de los pies en el periodo rítmico, dáctilo + troqueo en
este caso. Ejemplo:
Y dándole su
caballo [o] óoo óo óo
5)
Sólo un acento en 7ª, que con acentos supletorios en la declamación puede
revertir al trocaico. Ejemplo:
y sin
conmiseraciones
Estos son los tipos principales, pero, bien por la
existencia de otros acentos de los mencionados, bien por la distinta posición
del acento dentro de las palabras que lo contienen, la variación puede ser
mucho mayor. En este sentido R. Baehr afirma que T. Navarro demostró la
existencia de hasta sesenta y cuatro variantes prosódicas del octosílabo, que se reducen a los tipos
rítmicos anteriores, especialmente a los cuatro primeros.
El uso habitual de los distintos tipos de octosílabo es mezclado, es decir, en versificación
polirrítmica, como, por lo demás, suele ser también habitual con otros tipos de
versos. No obstante algunos tratadistas atribuyen ciertas especificidades para
el uso de los distintos tipos, y así dicen que el tipo trocaico, lento y equilibrado, va bien para narraciones no muy
emotivas y para temas líricos; el tipo dactílico
“ da impresión de energía e inquietud” y por ello es apto para exclamaciones
enfáticas, emociones agitadas, y momentos dramáticos; los mixtos, más flexibles sirven para el diálogo, el teatro,
parlamentos largos, etc.
Desde el punto de vista histórico algunos hacen
proceder el octosílabo del tetrámetro trocaico de la antigüedad latina, que ya
los soldados romanos usaban en las canciones satíricas y consta su uso
abundante en el latín medieval. En lo
que se refiere al octosílabo en castellano hay fuerte discusión entre los que
lo quieren hacer proceder de fuentes provenzales o francesas y los que lo
reclaman como verso autóctono. Esta última hipótesis ha sido probada de manera
casi irrefutable por los estudios de Menéndez Pidal y los análisis rítmicos de
Tomás Navarro, de manera que es hoy día la opinión más fundada desde el punto
de vista científico.
El octosílabo es uno de los tipos de verso más
antiguos que se conoce en castellano, desde las jarchas de los siglos XI y XII
y goza de extraordinaria vitalidad en todas las épocas de su historia tanto en
la poesía lírica como en la épica, el teatro en verso, etc. y ni la irrupción
de formas italianizantes como el endecasílabo o el heptasílabo han llegado a
erosionar su vigor ni su popularidad. Las distintas movimientos poéticos
(neoclasicismo, romanticismo, modernismo, generación del 27, lo han admitido y
lo admiten sin problemas hasta hoy. Ha sido la herramienta segura de poetas,
letristas, y de la vena popular, hasta el punto de hacerme reiterar la
afirmación del principio:
el
octosílabo es el verso español por excelencia.
Análisis métrico de la V serie de Versos sencillos de José Martí.-
Vayamos pues al
análisis de medidas y acentos verso por verso. Al principio de cada uno indicaré su número de orden en la estrofa. Las
sílabas tónicas irán en negritas, y
aquellas en que recaigan los acentos de intensidad, además, en rojo.
Las sinalefas irán entre paréntesis ().
Serie V
Estrofa 1ª
1 Si-ves-un-mon-te-(de
es)-pu-mas->
Acentos principales en 2ª, 4ª y 7ª sílabas (secundario en 3ª), octosílabo mixto
de tipo A (periodo rítmico=troqueo más dáctilo).
2 Es-mi-ver-so-lo-que-ves: -> Acs. prales. en 3ª y 7ª
(secundario en 1ª): no pertenece exactamente a ninguno de los tipos arriba
descritos, para ser trocaico faltaría el acento en 5ª; puede considerarse como
un trocaico defectivo, además termina en palabra aguda (monosílabo acentuado)
por lo que tras de la 7ª se consideraría una sílaba más.
3 Mi-ver-(so es)-un-mon-te,-(y es) -> Acs. prales. en 2ª, 5ª
y 7ª (secundario en la 3ª, en sinalefa), octosílabo agudo de tipo mixto B (p.r. = dáctilo + troqueo).
4 Un-a-ba-ni-co-de-plu-mas. -> Acs. prales. en 1ª,
4ª y 7ª, octosílabo dactílico (p.r.= dáctilo+ dáctilo).
Rima. Consonante
abrazada (abba). Se trata, pues, de una redondilla.
Estrofa 2ª
1 Mi-ver-(so es)-co-(mo un)-pu-ñal -> Acs. prales. en 2ª, 5ª y 7ª
(secundario en la 3ª, en sinalefa), octosílabo agudo de tipo mixto B (p.r.
dáctilo + troqueo).
2 que-por-el-pu-(ño e)-cha-flor: ->
Acs.prales. en 4ª y 7ª, octosílabo agudo de tipo dactílico defectivo (le falta
acento principal en la primera, que no llevándolo que, prosódicamente inacentuada, debe enfatizarse en el recitado).
Y así, su periodo rítmico constaría de dos dáctilos seguidos del troqueo final
de todo verso castellano..
3 Mi-ver-(so es)-un-sur-ti-dor -> Acs. prales. en 2ª, 4ª y 7ª (secundario en
3ª, en sinalefa), octosílabo agudo de tipo mixto A.
4 Que-(da un)-a-gua-de-co-ral.-> Acs. prales. en 3ª y 7ª
(secundario en la 2ª, en sinalefa), octosílabo agudo de tipo trocaico defectivo
(falta el acento prosódico en la 5ª [de, inacentuada]), por lo que al recitarlo
debe cargarse énfasis acentual sobre esa proposición para lograr el ritmo
trocaico completo (p.r. = dos troqueos).
Rima. Consonante
aguda abrazada (abba). Se trata también de una redondilla, aguda en todos sus
versos.
Estrofa
3ª
1 Mi-ver-(so es)-(de un)-ver-de-cla-ro -> Este octosílabo tanto podría ser mixto
A (acs.prs. en 2ª, 4ª y 7ª) como mixto B (acs. prs. en 2ª, 5ª y 7ª) porque
tanto la 4ª como la 5ª sílabas son acentuadas, pero opto por el primer tipo
(mixto A, acs. en 2ª, 4ª y 7ª, p.r. troqueo+dáctilo) porque es el ritmo que más
se acomoda al recitado o canto habitual. Y los acentos en 3ª y 5ª quedarían
como secundarios.
2 y-(de un)-car-mín-en-cen-di-do: -> Acs. prs. en 2ª, 4ª
y 7ª, octosílabo también de tipo mixto A, sin acentos secundarios.
3 mi-ver-(so es)-un-cier-(vo he)-ri-do
-> Acs. prs. en 2ª, 4ª y 7ª, octosílabo asimismo mixto A, con acentos
secundarios en 3ª y 5ª.
4 que-bus-(ca en)-el-mon-(te am)-pa-ro. -> Acs. prs. en 2ª, 5ª y 7ª, octosílabo de tipo mixto
B (p.r. dáctilo+troqueo).
Rima. Consonante
abrazada (abba), que conforman esta cuarteta como redondilla.
Esta redondilla suele formar
parte de las incorporadas a la Guajira
guantanamera.
Estrofa
4ª
1 Mi-ver-(so al)-va-lien-(te a)-gra-da: -> Acs. prs. en 2ª, 5ª
y 7ª, de nuevo octosílabo de tipo mixto B (p.r. dáctilo + troqueo).
2 mi-ver-so,-bre-(ve y)-sin-ce-ro, -> Acs. prs. en 2ª, 4ª
y 7ª, mixto de tipo A (p.r. troqueo + dáctilo).
3 es-del-vi-gor-del-a-ce-ro -> Acs. prs. en 1ª, 4ª y
7ª, octosílabo dactílico (pr. dáctilo + dáctilo).
4 Con-que-se-fun-de-(la es)-pa-da. -> Acs. prs. en 4ª y 7ª. Es octosílabo defectivo que
tanto podría ser dactílico (1ª-4ª-7ª) como mixto de tipo A (2ª-4ª-7ª). Opto por
este último tipo que, como se ha visto, es dominante en los versos de esta serie. El recitador, en
consecuencia deberá descargar el énfasis acentual sobre la 2ª sílaba (que) para conseguir junto con
la 4ª y la 7ª, prosódicas, una vez más el ritmo mixto A.
Rima.
Consonante abrazada lo que configura también esta cuarteta como redondilla.
Resumen
del análisis.
Las estrofas. La
serie V de los Versos sencillos de
José Martí está formada por cuatro estrofas. Todas las estrofas constan de
cuatro versos octosílabos rimados de manera estrictamente consonante (igualdad
fonética de vocales y consonantes a partir de la última vocal acentuada) y en
forma abrazada (abba). Se trata por tanto de cuatro redondillas.
Los versos.- Como
se ha dicho, los dieciséis versos que componen las cuatro estrofas son
octosílabos: diez de terminación llana (ocho sílabas métricas [o sea, si se
parte de las sílabas gramaticales, las que quedan si se cuentan como una sola
las dos o más unidas por sinalefa]) y seis de terminación aguda (de siete
sílabas métricas más un que se añade por acabar en palabra aguda o en
monosílabo acentuado). Son octosílabos agudos los versos 2º y 3º de la primera
estrofa y todos los versos de la segunda estrofa.
Los esquemas de rima.- Como también
se ha dicho, la rima es estrictamente consonante y, en todas las estrofas, sus
esquemas son del tipo abba, es decir, rima el primer verso con el último y el
segundo con el tercero. Este tipo de disposición se llama generalmente rima abrazada, y es la rima
característica que define a una cuarteta como redondilla. Las rimas concretas que se usan en esta serie son
(ordenadas por estrofas) –umas y –es (1ª
estrofa), -al y –or (2ª estrofa), -aro e
–ido (3ª estrofa) y, finalmente, -ada y –ero (4ª estrofa). Como se corresponde con la acentuación de los
versos, hay cinco rimas llanas (de dos vocales) y tres rimas agudas (una sola
vocal).
La organización del ritmo.- Según
la disposición de los acentos principales, los versos de la composición se
distribuyen según los tipos rítmicos como sigue:
Trocaicos [oo] óo óo óo …………. 2 versos (ambos defectivos).
Dactílicos óoo óoo óo .………… 3 versos (uno de ellos defectivo).
Mixtos de tipo A [o] óo óoo óo …... 7 versos
Mixtos de tipo B [o] óoo óo óo …… 4 versos
Tenemos
pues una estructura polirrítmica en que se mezclan a su caer los distintos
tipos rítmicos con una cierta preponderancia de los mixtos de tipo A.
Conclusiones.- Tras de considerar el análisis que precede cabe volver a
mi afirmación anterior de que la sencillez
de estos versos no quiere decir que sean fáciles, de composición descuidada o
poco elaborada; nada más lejos de la realidad, como hemos podido comprobar –y
al detalle del análisis me remito-, las redondillas y serventesios de Martí en
este poemario están cuidadosamente elaboradas y su composición no es en nada
trivial ni simple. Estos versos son sencillos por cuanto, de manera
deliberada, prescinden de la floritura y la complejidad retórica tan habitual
en la poesía del siglo XIX y más allá, con la intención a mi entender de
enfrentar un lenguaje directo, llano, popular al circunloquio alambicado
habitual entre las clases “altas, cultas, cultivadas”. Frente al habla
enrevesada, pretenciosa, embaucadora, de los “conductores de almas” o de los
mercachifles trileros que pueblan y dominan en las villas, las poblaciones, los
burgos, de los que el gran Martín Fierro, el gaucho habitante de las pampas,
decía: “en asuntos de platita/mucho saben los puebleros,/pero son como los teros/para
esconder sus niditos,/que en un lao pegan los gritos/y en otro guardan los
güevos”; frente a la retórica burguesa de los vendedores de sombras, Martí,
recupera el lenguaje directo, sencillo de los hombres sinceros de donde crece la palma, los hombres del campo, el
llano, la selva o las sierras indómitas. Y junto a la sencillez del discurso poético está la nobleza de las ideas, la altura
de los conceptos manejados, la hermosura de los sentimientos sencillamente expresados: el amor a la
tierra patria, el compromiso con los desheredados –con los pobres de la Tierra/quiero yo mi suerte echar;/el arroyo de la
sierra/ me complace más que el mar-, la unión con la Naturaleza-mi verso es un ciervo herido/que busca en el
monte amparo-. Pero su poesía no es un mero discurso pasivo, inane, inerme:
-mi verso, breve y sincero,/es del vigor
del acero/con que se funde la espada … mi verso es como un puñal/que por el
puño echa flor- por un extremo es acero de espada o puñal para tajar el
nudo gordiano del discurso enredador de la burguesía dominante, y por su
extremo opuesto el puño que echa flor,
el fruto de la belleza poética, el culto a la hermosura del discurso sencillo, del lenguaje del Pueblo.
Así era Martí: humildad y fortaleza, entrega y sacrificio. Por todo ello
es admirado y venerado por el pueblo cubano y por los hombres sinceros, de
buena voluntad que en el Mundo han sido y son. Honor a José Martí, en Cuba y en
todas partes, y honor a su patria, Cuba y a la totalidad del pueblo cubano.
Bibliografía consultada.-
Manual de versificación española – Rudolph Baehr, Editorial Gredos 5ª reimpresión,
1997.
Diccionario de métrica española – José Domínguez Caparrós, Alianza Editorial.
Madrid, 2004.
Métrica española – José Domínguez Caparrós, 2ª edición revisada 2000,
primera reimpresión, mayo de 2006. Editorial Síntesis.
Métrica española – Antonio Quilis, 1ª edición corregida y aumentada,
Noviembre 1984. 18ª reimpresión: Mayo de 2007.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mart%C3%AD
https://www.elviejotopo.com/autor/jose-marti/
https://www.literatura.us/marti/sencillos.html
https://www.educ.ar/recursos/151773/versos-sencillos-de-jose-marti
http://www.lajiribilla.cu/marti-en-la-musica/
https://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Milan%C3%A9s
https://es.wikipedia.org/wiki/Guantanamera
Madrid, sábado, 11
de febrero de 2023
Francisco Redondo
Benito de Valle