martes, 22 de diciembre de 2020

Hambres que soy: deseos sin fronteras

 

Carne de soledad, témpano herido,

deseo loco, siempre insatisfecho.

Pájaro que en la jaula de mi pecho

siempre canta, contento o dolorido.

 

Bombero pertinaz que ha removido

ríos de roja sangre en el barbecho

reseco de mi cuerpo, cruel desecho

de un eterno buscar, ya sin sentido.

 

¿No cesarás en tu anhelar sin rumbo?

¿No darás por perdida tu porfía?

¿No saciarás tus hambres sin fronteras?

 

Pero si sólo al anhelar retumbo,

si sólo vivo al caminar sin guía,

mis hambres son mis almas verdaderas.

 

Madrid, martes, 22 de diciembre de 2020