1. Propósito de este estudio.
Se trata de revisar los diferentes esquemas de rima
que se pueden o deben usar en los tercetos de un soneto
2. Algunos conceptos.
2.1. Soneto.
Se llama
soneto a una composición poética de origen italiano que consta de catorce
versos de arte mayor distribuidos, por este orden, en dos cuartetos seguidos de
dos tercetos. Todos los versos son rimados en forma consonante.
2.2.
Tercetos de los sonetos.
Como se ha dicho, se trata de las estrofas que
rematan el soneto y que forman los seis últimos versos del mismo, agrupados en
dos secuencias de tres versos cada una.
En algunos sonetos de uso muy poco frecuente (véase
el caso del soneto invertido) los
tercetos van en cabeza del soneto y los cuartetos van detrás, pero en la
inmensa mayoría de los sonetos la disposición de las estrofas es la que se ha
indicado.
2.3.
Rima consonante.
Por rima
consonante se debe entender la igualdad
fonética exacta y completa de vocales y consonantes a partir de la última vocal
acentuada del verso, inclusive. Afecta por tanto en exclusiva a las
palabras finales de los versos rimados.
Ejemplos:
Terminación llana: fresa rima con obesa, pero
no rima con cabeza, ni con mesas, ni con vela.
Terminación aguda: flor rima con resplandor,
pero no con balcón, ni con remar.
Terminación esdrújula: diabólico rima con católico,
pero no con sinfónico, ni con metabólicos, ni con abanico.
Se
pueden asimilar en rima consonante b
y v, pero no c o z con s ni ll con y., como no sea en poesía en que se
pretenda incluir efectos folklóricos.
La
rima de los versos de los tercetos
de un soneto debe ser consonante.
2.4.
Ocurrencia de rima.
Denomino así a la realización concreta de una rima en
cada verso en que aparece.
Por ejemplo, en los tercetos que siguen, de un cierto
soneto de Miguel Hernández
El
fantasma del beso delincuente
el
pómulo te tiene perseguido,
cada
vez más patente, negro y grande.
Y
sin dormir estás, celosamente,
vigilando
mi boca ¡con qué cuido!
para
que no se vicie y se desmande.
se
manejan tres rimas: -ente, -ido y –ande. Y, para cada una de ellas, se registran dos ocurrencias,
como sigue:
-ente, con ocurrencias en los versos primero y cuarto.
-ido, con ocurrencias en los versos segundo y quinto.
-ande, con ocurrencias en los versos tercero y sexto.
2.5.
Esquema de rima.
Denomino así a la manera en que se organizan o
alternan las rimas y sus ocurrencias en el poema, estrofa o
grupo de estrofas de que se trate, en este caso los dos tercetos de un soneto.
Cada rima
se suele denotar por medio de una sola letra – mayúscula si el verso es de arte
mayor, minúscula si es de arte menor -, y el esquema completo, mediante la secuencia de las letras que
correspondan a las sucesivas ocurrencias,
en el orden en que se vayan presentando en el conjunto de los versos.
En un soneto se suelen reservar las letras A y B para
las rimas de los cuartetos y las C, D y, eventualmente, E, para los tercetos; y
así haré en este estudio.
En el ejemplo del epígrafe precedente, si denominamos
las rimas como sigue:
C = -ente;
D = -ido; E = -ande,
el esquema de
rima quedaría denotado como:
CDE CDE.
3.
Normas que rigen la rima de los tercetos de un
soneto.
Según figura en tratados de métrica y según mi
propio conocimiento de la práctica magistral, la rima de los tercetos de un
soneto se atendría a las normas siguientes:
1.
La rima ha de ser siempre consonante. La existencia de ejemplos de sonetos con rima
asonante o incluso formados por versos blancos no pasa del nivel de anécdota, y
tales poemas no pueden ser considerados sonetos típicos ni normales.
2.
Todo verso ha de rimar con otro u otros de entre los
del conjunto. Es decir, no pueden
haber versos sueltos.
3.
No pueden haber tres o más versos consecutivos con la
misma rima en el conjunto de los
seis versos.
3.1. Consecuencias de estas normas.
De las normas que anteceden se deducen fácilmente las
siguientes consecuencias:
1.
Enlace de rima. Siempre habrá como mínimo un verso del primer terceto que rimará con
otro del segundo.
2.
Número de rimas. Como máximo será de tres; con cuatro o más faltarían versos para
garantizar un mínimo de dos ocurrencias para cada rima. Con dos rimas podemos
tener 3+3 o 2+4 o 4+2 ocurrencias; con tres solo cabe 2+2+2.
4. Esquemas más habituales.
La inmensa
mayoría de los sonetos magistrales se atienen sistemáticamente a dos esquemas
de rima de los tercetos. Son éstos:
Con dos
rimas: CDC DCD, que llamaría de
tercetos doblemente encadenados. Como ejemplo, el de un famoso soneto de Lope
de Vega,
Por
el primer terceto voy entrando,
y
parece que entré con pie derecho,
pues
fin con este verso le voy dando.
Ya
estoy en el segundo. Es más, sospecho
que
voy los trece versos acabando.
Contad
si son catorce, y está hecho.
Con tres
rimas: CDE CDE, o correlativo. Como ejemplo, aparte del de
Hernández, arriba citado, traeré ahora uno bien conocido, de Miguel de Cervantes,
Apostaré
que el ánima del muerto
por
gozar de este sitio hoy, ha dejado
la
gloria donde vive eternamente.
Esto
oyó un valentón y dijo: -Es cierto
cuanto
dice voacé, seor soldado.
Y
quien dijere lo contrario, miente.
Estos son los esquemas más usados y clásicos, de
manera que, quien no quiera saber más puede dejarlo aquí, pues, con conocerlos,
tiene suficiente para decir que sabe como riman los tercetos de un soneto. Pero
caben otros esquemas que satisfagan otros criterios estéticos o permitan variar
la rutina consagrada. A ello va a responder con cierta pretensión exhaustiva lo
que sigue en este estudio.
5.
Deducción sistemática de todos los esquemas de rima de los tercetos que se
ajusten a las normas antes fijadas.
Como ya se dijo antes, nombraremos como C a la
primera rima que ocurra, como D a la segunda y, a la tercera, si la hubiera, la
denominaremos E. Es obvio que los esquemas que pudieran obtenerse a partir de
otro por mera permutación de estas letras serán formalmente idénticos al
primero, por lo cual solo consideraremos los esquemas diferentes en que las
letras aparezcan por su orden: C, D (y E).
5.1.
Esquemas de dos rimas 3 + 3.
1.
CCD CDD.
2.
CCD DCD.
3.
CDC CDD.
4.
CDC DCD, que es el
que más arriba hemos llamado doblemente encadenado.
5.
CDC DDC.
6.
CDD CCD.
7.
CDD CDC.
De este tipo, son todos los que cumplen las normas.
Aparte del esquema 4, como se ha dicho, completamente consagrado, destacaría
por su evidente simetría los esquemas 1 y 6, con los que merecería la pena
experimentar. Los demás los dejo a la curiosidad o la perspicacia de los
sonetistas innovadores.
5.2.
Esquemas de dos rimas 4 + 2 o 2 + 4.
8.
CCD CCD.
9.
CCD CDC.
10. CCD DCC.
11. CDC CDC.
12. CDC DCC, así
se riman los seis versos finales del soneto inglés o shakespeariano: un
serventesio seguido de un pareado.
13. CDD CDD, único
posible con la estructura 2 + 4.
5.3.
Esquemas de tres rimas 2 + 2 + 2.
14. CCD DEE.
15. CCD EDE.
16. CCD EED.
17. CDC DEE,
también podría ser ésta la estructura de los seis últimos versos de un soneto
inglés: un serventesio seguido de un pareado final, si bien, en este caso, con
rima diferente entre ambas estrofas..
18. CDC EDE.
19. CDC EED.
20. CDD CEE.
21. CDD ECE.
22. CDD EEC.
23. CDE CDE,
llegamos aquí al esquema clásico de tres rimas, correlativo, del que ya se ha
tratado más arriba.
24. CDE CED.
25. CDE DCE.
26. CDE DEC.
27. CDE ECD.
28. CDE EDC,
correlativo en sentido inverso. Lo he usado frecuentemente en mis sonetos y he
recibido algún reproche por cuanto las ocurrencias extremas de la rima C quedan
demasiado distantes, sin embargo yo no aprecio demérito alguno y creo que el
efecto estético es elegante. Por ello lo he seguido practicando, con cierto
éxito.
Y con éstos veintiocho creo haber agotado todos los posibles
esquemas de rima de los tercetos de un soneto.
6. Algunos
ejemplos.
Traigo algunos, extraídos de mis propios sonetos,
aunque no he podido encontrar de todos los tipos; queda a la curiosidad del
lector sonetista indagar acerca de los esquemas restantes.
4.
CDC DCD.
Pues que perdidos sois, sin
esperanza,
¿por qué me acosa como el
trapo al toro
sin tregua ni respiro la
añoranza?
Es ruina sin remedio mi tesoro.
Venga el olvido al quite
sin tardanza
y, en su niebla, sepulte
cuanto añoro.
“Añoranza”
2006
11. CDC CDC.
Son Aglaia, sapiente e ingeniosa,
Talía, poetisa y comediante,
y Eufrósine, la alegre y bulliciosa;
son de Zeus la prole más hermosa,
la facundia jocunda y deslumbrante
de la ninfa gentil que casi es diosa.
“Las tres gracias” 2012
13. CDD CDD.
En los grises recodos del
olvido
he abandonado mi alegría
muerta
y he presentido al fin mi
muerte cierta.
Porque, en este horizonte
sin sentido,
¿dónde llevar la vista que
no advierta
yermo el querer y la
esperanza yerta?
“La
tristeza” 2000
16.
CCD EED.
Ya es tarde para todo, ya
no canta
como cantaba Mayo en mi
garganta
cuando su amor gusté por
vez primera.
No envíes hoy tu sol sobre
mis huesos,
contén de tus alondras los
excesos,
que voy de retirada,
Primavera.
“Pourquoi me réveiller …” 2006
17. CDC DEE. Final de soneto inglés.
...
Clamo por ese Dios, que, si Lo fuera,
el
Crimen sin Castigo que ahora veo
saldado
en Su Justicia ya estuviera,
no
en otro Mundo, pues en él no creo,
ni
mañana, ni luego, en otra hora,
sino,
sin más tardar, Aquí y Ahora.
“Sed de
justicia” 2008
18. CDC EDE.
Mi vida era presente
continuo, renovado,
que arrojaba a diario
pasados al abismo.
De súbito mi vida se hizo
toda pasado.
Como mueren sin cuerpo las
almas inmortales,
esa tarde la Muerte se
vistió de mí mismo
y me entregó al sosiego de
las horizontales.
“Crónica posible de mi
muerte” 2006
20. CDD CEE.
el Antes,
simplemente, no existía …
¿Es ceguera
esta Luz que resplandece
para el que la
disfruta o la padece?
¿O bien,
Revelación que el Cielo envía
a quien,
habiéndola anhelado tanto,
ha de dejar
vencido de su encanto?
“Flechazo”
2006
23. CDE CDE.
Y
si vivir amando es ser herido
por
las flechas letales de su aljaba,
vivir
sin el Amor es vivir muerto.
¡Clávame,
Amor, tu dardo bendecido,
concédeme
el dolor que nunca acaba,
que
preciso salir de este desierto!
“La herida del Amor” 2006
24.
CDE CED.
Así es la curva que del
cono obtiene
un corte plano, limpio,
dirigido
según la recta que su faz
genera.
Y también el relato en que
conviene
urdir de metafórica manera
la luz que al fin revela lo
escondido.
“Parábola” 2007
25.
CDE DCE.
Oblongo redondel cuyos dos
ejes
parten en cuatro, en justa
simetría,
cartabones de curva
hipotenusa.
Excéntrico su radio
desvaría
según a cual lo acerques o
lo alejes
de esos dos ejes de función
abstrusa.
“Elipse” 2006
26.
CDE DEC.
Te hiciste Rueda por
hacerte Historia,
surgió el Progreso cuando
echaste dientes
y unciste el Tiempo a la
cifrada esfera.
Todo es ciclo, la vida, las
simientes
en que, encriptada, la
cosecha espera
al cabo de otra vuelta de
la noria.
“Circunferencia” 2006
27. CDE ECD.
Va
dejando su campo a la ternura
-esa
firme argamasa del cariño-
el
deseo, que mengua con los años.
Ajenos
a la arruga y a sus daños
cultivamos
del alma la hermosura:
el
vino, viejo y el asombro, niño.
“Con
eñe de cariño” 2011
28. CDE EDC, correlativo inverso.
De ti me
enamoraba, ángel impuro,
todas las tardes ante la pantalla,
mordiendo al girasol por su semilla;
y, con sólo pasar por la taquilla,
gocé tu encanto, cándido y canalla,
quemándome en su luz, allá en lo oscuro.
todas las tardes ante la pantalla,
mordiendo al girasol por su semilla;
y, con sólo pasar por la taquilla,
gocé tu encanto, cándido y canalla,
quemándome en su luz, allá en lo oscuro.
“Marilyn”
2006
Y
esto es todo, amigo lector. Espero que obtenga de ello alguna utilidad o, al
menos, información acerca de este tema que suele ser menos conocido de lo que
debiera.
Madrid, sábado, 13 de enero de 2018.
Francisco
Redondo Benito de Valle