viernes, 26 de julio de 2013

Suspiro

Décimas de lo cotidiano

A mi hija María, a ver si consigo que se aficione a la poesía

Soplo gentil que se exhala
cuando el alma se nos duele
de alguna espina que suele
de un mal de amor hacer  gala.
Lamento que se propala
con un temblor del aliento,
que es céfiro sin ser viento,
es ay que no llega a queja,
surco que no abrió la reja,
tristura sin sufrimiento.

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