sábado, 7 de julio de 2012

A la Hora de la República en Radio Vallekas



Redondillas cruzadas y enlazadas


La tricolor. ¡Cómo ondea
los martes, cada semana,
cuando Vallekas airea
la Hora Republicana!

Aroma de Historia mana
a las siete o siete y cinco
de esa noble fuente hertziana:
ciento siete punto cinco.

Por ello en la Red me intrinco
en pos de ese justo enlace
que busco con tanto ahínco
porque tanto me complace.

La sintonía nos hace
arder con notas del fuego
por la Patria que subyace
al civil Himno de Riego.

La Democracia del griego,
la Re-Pública de Roma
con la Igualdad brota luego,
con la Libertad se aroma.

Y Fraternidad, que asoma
de París y su Comuna,
de Leningrado que toma
testigo como ninguna,

en Madrid hallará cuna,
contra el fascio Leviatán
y la barbarie moruna,
al grito: ¡No pasarán!

Las notas de Riego van
el ambiente preparando;
las fechas de Ángel irán
hecho a hecho desgranando:

Efemérides sangrando
una historia en la que luce
más mal que bien, ignorando
el infierno al que conduce.

Juanjo, mordaz, introduce
el agudo comentario
de cuanto actual produce
el fluir hebdomadario:

El atentado diario
de la horda patronal
contra el empleo o salario
del obrero o menestral;

o el acoso judicial
a los magistrados sanos,
opuestos a la venal
corrupción de los insanos;

o los recortes malsanos
contra el bienestar social
-tijera en las sucias manos
del que sirve al Capital-;

o el acoso criminal
contra el Estado y su Erario:
el interés general
del sufrido proletario;

o el escándalo palmario
del clero, del rico amigo                    
en contra de su ideario
-pongo a Jesús por testigo;

o el Gran Crimen sin Castigo
que cometió el militar
que se declaró enemigo
de la causa popular,

y, por cielo, tierra y mar ,
juntó moros con fascistas
con el fin de arrebatar
al obrero sus conquistas

y, con modos terroristas,
vistió de luto esta tierra
por pistolas falangistas,
casa a casa y sierra a sierra.

Aún quedan de aquella guerra
monumentos de Victoria,
muertos que reclaman tierra,
Verdad que reclama Historia,

y Justicia, que no Gloria,
Reparación, no Venganza,
y Memoria y más Memoria,
y Paz, fuente de Esperanza.

Y así en la Hora se avanza
mientras que José María
de cuando en cuando nos lanza
la oportuna melodía:

la soleá o bulería
del llorado Camarón
o la cantata bravía:
Labordeta, el de Aragón,

comprometida canción
-a la par protesta y llanto-
de quien,  de amar su nación,
la herida le duele tanto.

El militante adelanto
ya de la Agenda gotea,
y no hay hora sin quebranto
ni día sin su tarea.

La frenética pedrea:
mítin, manifestación,
firmas por la buena idea
o por justa indignación.

-No olvidéis: Concentración
mañana frente al Supremo,
que juzgan al juez Garzón,
y van a por él, me temo.

Bogando lento su remo
la trompeta con desgana
fina el himno en que me quemo:
la Hora Republicana.



Lo que dedico a esos tres mosqueteros – y si son más me lo amplían – Juanjo, Ángel y José María, que con tanta amenidad y fervor republicano llenan mis tardes de martes desde Radio Vallekas. Un abrazo.