viernes, 11 de marzo de 2011

La rutina como alienación

La súbita desgracia

viene precedida

de una cadena

casi impalpable

de presagios,

que nadie ve

mas que cuando ya es demasiado tarde.


Porque la vida común

no es más que una sucesión

de equilibrios inestables

separados por dolorosas crisis.


La locura consiste

en considerar normal cada equilibrio

e ignorar u olvidar o hacer de menos a las crisis.

En olvidar los fracasos y los muertos

y quedarse en cada remanso,

como si fuera a ser eterno

... y eternamente favorable.

Y, luego, en lamentarse si no lo es.


Dará igual. El rodillo

del tiempo allanará las risas

y los llantos y enterrará los muertos.

Y los sobrevivientes volverán

a soñar con una dicha estable:

una locura, en efecto…

… que permite seguir

como si el día a día

tuviera algún sentido …

UNA LOCURA.

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