viernes, 9 de julio de 2010

Impotencia

Si tú te me desnudas,

si en amorosa entrega te me abres

y yo me quedo mudo,

en estatua de sal,

y sin hallar el habla

ni la fuerza ni el aire,

decepcionantemente,

te permito marchar,

maldito sea el vientre de mi madre,

la floja leche que me dio a mamar

y el coraje de arena

y el ánimo sonámbulo

y la trampa de angustia

que no supe afrontar.

4 comentarios:

David dijo...

Excelentes versos, Francisco, un placer estar para leerlos.
Sería una silva blanca, si no me confundo...
Un placer.

Francisco Redondo dijo...

Pues ahora que lo dices, David, lo compruebo y en efecto veo que ,como bien dices, podría bien ser una silva blanca (bueno con alguna asonancia y alguna consonancia aguda) porque los versos cortos son heptasílabos y los largos endecasílabos. Sin embargo tengo que confesar que ésta es una agradable sorpresa par mí. Me explicaré.
Este poemita es una antigualla mía. Nada menos que de 1976 (a tí, David, te quedaba mucho tiempo por nacer). Y la verdad es que por aquel entonces yo de métrica sabía lo más elemental e ignoraba mucha de la teoría que he aprendido después; y entre lo que ignoraba, que era mucho, estaba todo lo relativo al buen contrapunto entre endecasílabos y heptasílabos que da fundamento a la silva, la estancia, la lira, etc. Por lo tanto escribía por mera intuición basada en las lecturas, éstas si, abundantes, de poesía, y mira por donde esta guía funcionaba bien porque sin darme cuenta de ello estaba ligando versos de 7 y de 11 y formando, como bien dices, una silva apenas sin rima. De donde se deduce que la intuición bien soportada en lectura de poesía es la guía mejor del poeta, consejo que no me cansaré de repetir.
Muchas gracias, David.

juanjosecautivo dijo...

Muy buen compartir de versos, ese acento en la 6ta sílaba a pesar de ser libre le da musicalidad.. muy bueno.. por aqui visitándte Poeta Francisco, un verdadero placer estar leyendo tu obra. Además de las explicaciones.

Un abrazo hasta alli.

Juan José

Francisco Redondo dijo...

Muy agradable tu visita, y atinado tu comentario. Gracias por todo, Juan José.