(Tormenta sobre el Miño)
El agua sueña en la nube
que es almohada de los ángeles
o yacija de un querube
o el airón de los arcángeles.
Y mientras sueña que sueña
se le enfrían los diamantes,
se le cabrean los humos
en nubarrones tonantes;
lo que fue vellón tranquilo
cobra aspecto amenazante,
que blasfema por el trueno,
y en el relámpago arde.
El leve jirón de niebla
engruesa y se torna grave,
y, cargado de razones,
llueve en gotas verticales.
Y en esta caída acaba
aquel sueño sobre ángeles,
que sobre el Miño se trueca
en impactos circulares.
Circunferencias excéntricas,
mutuamente intersectantes:
(caótica geometría
de caídas humedades)
derivan lánguidamente,
a orillas de junco y salce
entre el latir melancólico
de las frondas alisales.
4 comentarios:
Una buena reflexión que nos hace pensar demasiado. Gracias por posterar un tema así.
PD: Me inscribo entre tus seguidores para que te pases por mi blog cuando puedas ok? www.lamansiondelpoeta.blogspot.com
Cuando vamos en un ascensor o en otras situaciones en que no sabemos qué decir, decimos: «parece que va a llover».
Pero tú nos lo dices con esa maestría y con ese arte de la suprema poesía que dan ganas de ponerle al tiempo buena cara.
...Y, ahora que caigo..., ¿quién fue aquél que inventó el símil de lluvia = mal tiempo? ¡¡Qué desatino!!
Bonita poesía, amigo Fancisco.
Salú
Bienvenido, Parmulo. Te prometo visitar tu sitio.
Con los tiempos que corren toda lluvia es buena siempre que caiga menudita y mansa.
Un abrazo, Jesús
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