sábado, 5 de diciembre de 2009

Réplica improvisada a una filípica contra la métrica y la rima que es, a mi entender, en su factura un elogio a aquello que afirma atacar.

Réplica a un contertulio en el Foro Monosílabo


Si la “carnalidad” del adjetivo

es a vuesa merced prisión oscura;

si la expresión con metro, y rima pura

es arnés insufrible y opresivo;


si tan sólo soporta verso vivo

cuando rompe el corsé de su estructura;

si al ritmo del acento ni hermosura

le concede su oído selectivo;


si a tan etérea y libre poesía

para el verbo es mazmorra inaguantable

hasta el simple recinto de un terceto


no he de afligirle más en este día.

Mas, en pago a su reto irrenunciable,

dejo a usted de propina otro soneto:

[Seguía aquí mi Soneto a la taza del vater que se puede encontrar en la entrada escatología en este mismo blog ]

5 comentarios:

Jesús Herrera dijo...

¡Muy bien, Francisco!
La poesía con rima y medida. El pan con harina, agua, sal y levadura. El vino con zumo de uva fermentado.
Todo lo demás, sucedáneos, farfolla y dar gato por liebre.

Un saludo.

Francisco Redondo dijo...

Gracias, Jesús, es una lucha sin fin sobre un tema sencillo: la métrica, acentuación y rima de un poema proporcionan el ritmo. La retórica gobierna la forma, la inspiración, hace todo lo demás. No se puede prescindir de ninguno de esos elementos sin que el conjunto quede cojo.

ALE dijo...

Excelente blog. Saludos desde Uruguay. www.acrosstheuniverse123.blogspot.com

Francisco Redondo dijo...

Gracias y saludos desde España, ALE.

Anónimo dijo...

esto de los bloges es un laberinto pa mí,por eso lo del anonimato, Enrique me llaman, pues que venía a decirle que este soneto me encantó, los amo y los odio al mismo tiempo, pero digo yo, para qué elegir si podemos disfrutar de ambas poesías, las sueltas y las atás, solo tienen que merecerlo.

Don Francisco, siempre me resulta placentera la lectura en este sitio.