Referencia de imagen: Tilos de la calle Santiago de Compostela en Madrid, en la otoñada. Fuente propia
Hostias de gloria vieja en el ocaso,
obleas de oro y sol, vital moneda
que al decaer del año el suelo hereda
cuando el árbol desnuda su fracaso.
Tan bellas como flor, o más acaso,
que parece que el tilo aquí se exceda,
amarillo tenor de la arboleda,
en dar el do de pecho a cada paso.
De la alta rama al cielo, el ostensorio
os muestra como luz retrocedida
que vuelve a los cuarteles del Invierno;
allí hallará reposo o purgatorio,
encriptada quietud en que la Vida
vela de nuevo su retorno eterno.
2 comentarios:
Buscando algo sobre gramíneas, me encontré con tu bolg, tendré que regresar otro día para verlo con más calma, pero de lo que leí, me quedo con los poemas de Granada. Un saludo. A.Cris
Estás en tu blog, "abuelocrisytoño". Gracias por tu visita.
Francisco Redondo
Publicar un comentario