domingo, 16 de marzo de 2008

Mirar para otra parte

Hay un punto de hipnótico atractivo
donde mirar cuando ante tus narices
pasa el error en que te contradices
o la infamia que amparas sin motivo.

¿Qué tendrá ese puntito que, cautivo,
mantiene a tanto prócer, sin deslices,
con las conciencias pulcras y felices
mientras cesa el bochorno fugitivo?

Pueden ser los sobornos del cemento
o el pederasta en santo seminario
o, brazo en alto, entero, el obispado.

Hoy Benedicto, Papa, ayer soldado,
ora en Auschwitz, jubila al legionario.
¿A qué punto miraba en su momento?

Hipocresía ayer, hoy y mañana:
de eso acusaba Cristo al fariseo.
(La miserable condición humana).

2 comentarios:

Eduardo Flores dijo...

Una crítica feroz y acertada. Y es que, no hay más que mirar atrás para analizar los ires y venires de la Santa Católica Apostólica Romana... Iglesia. Ahora ya, el colmo de los colmos: un tal Rouco alias Torquemada, o fray Emilio Bocanegra, dice que tiende su mano (osea, la de la Santa...) al gobierno, al mismo gobierno que hace menos de un mes intentó, de manera moralmente dudosa, derrocar e imponer a sus laicos perros afiliados al Opus Dei. Nada tengo yo en contra de nadie, ni con el hampa del opus, sobretodo si siguen alimentando el ánimo de ciertos autores de novelas pecaminosas.

Un saludo Francisco,
Eduardo Flores.

Francisco Redondo dijo...

Amén, amigo Eduardo.

Un saludo,

Francisco Redondo.