viernes, 17 de agosto de 2007

Renacimiento

A Julita


En las noches más negras y más frías
el vacío es tan denso que semeja
la nada de después del fin del mundo.

Ni la esperanza ni la fe subsisten,
ni Dios, tan solo
la obstinada razón excava un pozo
donde se precipita eternamente ...

Tras de ese espanto, el alba inesperada
tiene el candor y alberga la pureza
de la primera luz nunca nacida ...

décadas antes del primer susurro,
centurias antes del primer sonido,
siglos antes del grito,
milenios antes del horrendo estrépito.



En la serenidad que apunta el día
primero de la Tierra,
solos tú y yo
de cara a la llanura que inunda el Sol
te evoco, vida mía,

y, en un nacer de nuevo, me enamoro,
una vez más
pero como si nunca,
e igual de tierna y desbocadamente
que aquella fausta tarde en la escalera.



(De lóbregas cavernas y hondas simas
luminosos insectos arqueólogos rescatan la esperanza cada día) .

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