Alguien sembró un buen día la semilla
del abrazo sin fin que estais viviendo.
Alguien, quizá los dos, prendió la llama
que volvió vuestra vida transparente.
Uno, quizá, una vez, miró los ojos
del otro, y desde ese fausto instante,
ya no supo mirar para otra cosa.
¿Cómo nace el Amor?
Nadie lo sabe, pero, una vez nacido,
el Universo entero queda transformado:
las calles ya no son las mismas calles,
las rosas ya no son las mismas rosas,
el murmullo del viento suena como canción,
la calma de la tarde
es sosiego del alma enamorada.
En el Amor los días
ganan súbitamente ese sentido
prodigioso que nunca habían tenido;
uno mismo descubre
que importa por sí mismo ya muy poco
apartado del otro,
que siempre fué tan solo (y nada menos)
una parte de dos ... que hoy lo son todo.
No te importe que digan: tú deliras,
lo tuyo no es real: te lo imaginas.
¿Hay algo más real que nuestros sueños?
¡Nunca, escuchadme, nunca dudeis de ellos!:
Soñad que sois felices por toda vuestra vida
y ... ¡guardad para siempre algo de vuestro sueño!
2 de Agosto de 2003
jueves, 23 de agosto de 2007
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