viernes, 18 de mayo de 2007

Amor cotidiano y sencillo

La flor que más hondo llega
no es quizá la que mas brilla.
Amor soterrado riega
zonas del alma que anega
de la forma más sencilla.

Como trigales que mece,
tan levemente, la brisa,
así el alma se estremece
con el amor que le crece
a la luz de una sonrisa.

En el jardín de mi Amor
dichoso soy jardinero:
no es espontánea mi Flor,
precisa riego y calor,
luz y Cariño sincero.

Flor tan delicada y bella,
que un sólo olvido marchita
y desmaya una querella,
cuidado constante de ella
a diario necesita.

Pero, ¡qué exquisito el fruto
del Amor que persevera!
Te lo aseguro: disfruto
un edén, cada minuto,
de la dicha verdadera.

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