miércoles, 21 de marzo de 2007

Alí - Los niños inmolados

(El CRIMEN es PASADO sólo para el CRIMINAL)
No puedo verte, Alí, no puedo verte.
A ti, tan chico para tanto daño,
a ti, cordero Alí, víctima pura,
a unos sangrientos dioses inmolado.

No puedo verte, Alí, no puedo verte
a ti, Cristo lechal de ausentes brazos,
clavados con metralla a las estrellas
que velan en silencio tu calvario.
No puedo ver, no puedo ver tampoco
tu desesperación de doce años,
todo el pavor elemental que muestra
tu rostro de estupor transfigurado.

No puedo verte, Alí, no puedo verte.
No puedo verte, ¡oh Dios! y sin embargo
los párpados habrían de coserme
para forzarme a verte sin descanso,

para verte sin tregua, para estarme
viéndote a cada instante atestiguando
este crimen de todos que tú penas,
este horror que entre todos te hemos dado.

..................................................................
No me absuelvas, Alí, no me perdones,
mírame con pavor, soy de una patria
que te sirvió el dolor a domicilio,
que transportó la muerte hasta tu casa,
que vistió tu alegría de muñones
y que no te mató ... por tu desgracia.

Mírame bien, Alí, no me perdones,
soy de una patria, sí, soy de una patria
que no supo parar tanta locura,
que no arrojó de sí a quien la degrada,
que no mató a la víbora en el seno
que la trocó en verdugo de los parias.

Hay fiesta en el parqué de los millones,
hoy la Bolsa triunfante se inyectaba
en vena un chute de tu santa sangre
y un largo esnif de tu alma torturada.

¡No nos perdones nunca, si es que vives!
Y, si es que mueres, allá donde tú vayas,
haz que quien sea que haya nos condene:
¡Que haya justicia al fin, caiga quien caiga!

¡¡No nos perdones nunca, Alí ... no nos perdones!!

4 comentarios:

Happy fern dijo...

Me identifico con mucha tristeza con lo que escribes sobre el inolvidable Ali... yo desde que lo vi en la TV y supe su caso tuve una foto en mi buró para verlo una y otra vez para tenerlo presente y orar por él y porque no merecía él que uno hiciera caso omiso a tanto dolor incomprensible... Y cuando lo escuche declarar "que ni la montaña más grande podría soportar el dolor que el sentía y llevaba consigo"... la impotencia y la rabia se apoderaron de mi... y sin saber qué hacer... me prometí siempre "traerlo conmigo" y orar y pedir por él siempre que me sea posible... gracias por escribir esto y compartirlo. Mónica

Francisco Redondo dijo...

Tu compasión te honra, Mónica.

Happy fern dijo...

Que lindo, te lo agradezco, pero... es lo menos que puede uno hacer y no sé si resuelve algo... sé que aún asi hay que gritar más y más y no dejar de hacerlo... Igualmente te digo que esto que sientes y expresas te honra grandemente a ti...
Te vuelvo a leer y te vuelvo a leer y entristece y estremece la forma tan profunda y tan... no sé que... con la que expresas esa opresión en el pecho, esa rabia, esa impotencia, ese desespero de "haberlo permitido", ese sentimiento que carcome y que parecía que no se podía explicar con palabras... Gracias otra vez, te llevaré consigo a través de ese Himno ante lo imperdonable ante lo que se pudo evitar... Un abrazo, Mónica

Francisco Redondo dijo...

Gracias, Mónica. Así ni iremos solos.