viernes, 2 de febrero de 2007

Fundación



Epitalamio para Rosana y Martín

La noche te me muestra con toda tu pureza.
Eres la tierra virgen, ofrenda de la vida;
corza vestal que inmola su libertad, rendida,
por descubrir el vértigo de su naturaleza.

Te recibo, amor mío, en toda tu entereza.
Embriágate en mi vino hasta caer transida;
sosegarán mis besos el fuego de la herida
que inaugura la historia de gozo que te empieza.

Siénteme entre tus brazos, coronado de espuma,
admíteme en tu claustro mientras tu cuerpo hiero,
despéñame en las simas del placer que regalas.

Cuando el dolor se aplaque y el gozo se consuma
guardemos del rescoldo el fuego duradero:
del deseo, el relámpago y del amor, las alas …

Almansa, 29 de abril de 2006

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