Estructura
formal de la canción petrarquista y de sus estrofas.-
Ya he analizado con
anterioridad otro ejemplo de canción petrarquista, en aquel caso de Fernando de
Herrera[1], por lo que algunos
conceptos van a repetirse; no obstante, en esta de Garcilaso nos encontramos
mucho más próximos a la técnica de Petrarca, que se mantiene en nuestro poeta
de manera mucho más exacta. Por esta razón puede merecer la pena que penetremos
más a fondo en la estructura de este tipo de composición, y eso haremos.
La canción petrarquista (o canción a la
italiana) se divide en estrofas llamadas estancias,
todas ellas de igual estructura métrica y de rima para la misma composición,
aunque en otra composición esa estructura pueda variarse. El número de
estancias es variable, generalmente son más de tres, hasta un máximo de treinta
o poco más; lo más frecuente es que varíe entre cuatro y doce. La composición
se remata con una estrofa final, de estructura más abreviada que la de las
estancias y que suele llamarse envío
(remate, commiato).
En las versiones
españolas de este tipo de composición se utilizan en exclusiva versos endecasílabos combinados con heptasílabos – recordemos que la
combinación de estos dos tipos de versos ha sido muy fecunda en la
versificación castellana en silvas, liras, estrambotes de sonetos y muchas
otras formas de estrofas más o menos “aliradas”, y recordemos que es
precisamente Garcilaso el “inventor” y propagador de la lira, a partir de
aquella famosa que se inicia así: si de
mi baxa lira/tanto pudiera el son, que en un momento …-. La proporción
relativa de endecasílabos y heptasílabos en las estancias ocasiona mayor
gravedad y altura épica si dominan los primeros (en la mencionada canción de
Herrera hay un solo heptasílabo por nueve endecasílabos) o mayor suavidad y
sensibilidad lírica si dominan los versos de siete, como en el presente caso.
Veamos ahora la estructura de las estancias. Dentro del mayor respeto a la libertad del poeta en la determinación de la estructura concreta de
las de cada canción, el esquema se atiene siempre a una misma división en
partes. Esta es como sigue:
(I)fronte
(divisible)+(II)verso de enlace (eslabón o chiave)+(III)sirima (indivisible)
La fronte, a su vez,
se divide en dos pies o voltas de idéntica rima y estructura métrica, como
consecuencia de que inicialmente esta composición se pensó para el canto.
En cuanto a la rima
digamos en principio que es estrictamente consonante y que, a diferencia de la
silva, no se admiten versos sueltos, es decir, todos los versos han de ir
rimados. Por lo demás el esquema de rima es determinado también, como la
métrica, con relativa libertad por el poeta, pero, una vez fijado, se mantiene
también a todo lo largo de la composición, salvo en el envío final. En todo
caso se cumplen las siguientes normas:
1) Los dos pies de
la fronte se atienen a la misma rima y al mismo esquema de rima –aunque a veces
este orden se altera en el segundo, siempre que se garantice enlace de rima
entre ambos pies- (esto vale también para la métrica, es decir, la disposición
relativa de heptasílabos y endecasílabos). Teniendo en cuenta que lo más
frecuente es que los pies sean de tres versos esta estructura de rima es en
todo semejante a la de los tercetos de los sonetos.
2) El verso de
enlace ha de rimar necesariamente con el último de la fronte.
3) La sirima rima
según esquema generalmente distinto al de la fronte.
4) En cada estancia
varían las terminaciones de rima, pero no su esquema, que se mantiene a lo
largo de todas las estancias.
En cuanto al envío, por su intención constituye una
reflexión, coda o moraleja final y, en lo que toca a su estructura métrica y de
rima, su naturaleza varía mucho: puede ser una estancia más con arreglo al
mismo esquema, puede ser una parte de ella, o puede atenerse a un esquema
métrico totalmente distinto al de las estancias.
[CONTINUARÁ]
[1] Análisis
métrico de las tres primeras estancias de la canción petrarquista o a la
italiana “Por la batalla de Lepanto” (1572), de Fernando de Herrera
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