Ni en la noche terrible ni en la niebla
ni en el abismo ni el infierno mora.
Mora en mi yo profundo, agazapado,
enredado en la entraña de mi vida.
Uno conmigo es,
mi muerte cuida;
siendo su ser mi muerte
en mi ser vive;
y cuanto más yo vivo
más se crece
y labra arruga a arruga
en mi persona
mi postrimera cara de difunto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario