Ayer mientras pedíamos,
una vez más, Justicia
caían cuatro copos
- espundias, que diría
mi buen amigo César.
Los policías con pasamontañas
calado nos llevaban
- mano suave esta vez - de calle en calle
igual que a los ganados
los arrea el zagal de pago en pago.
Arreciaba la nieve
y el Alto Tribunal se acorazaba
detrás de sus maderos - hoy azules-.
No desmayaba el personal - treinta o cuarenta -:
"Contra la impunidad" - contra el Olvido -
"tenemos la Memoria"
- y la Tenacidad y la Paciencia;
rebosa la Razón de nuestra parte -
"sólo nos falta, oiga,
escuche Sr. Juez, sólo nos falta
al cabo la JUSTICIA;
tan sólo la JUSTICIA
¿es demasiado tras de tantos años?
ESCUCHE, SR. JUEZ ¿ES DEMASIADO?
ESCUCHE, SR. JUEZ."
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