Esas palabras que te vienen cuando
su tiempo ya pasó e inoportuno
resulta ya decirlas a ninguno
porque ninguno las está aguardando.
El gesto mudo que murió amagando
un paso, una caricia, un beso, uno,
que acaso a tiempo fuera el oportuno
a retener la dicha, … Pero ¿cuándo? …
- Si hubiera marcha atrás … si retenido,
como un deuvedé, pausar pudiera
aquel preciso instante, aquel momento …
y asi enmendar aquel tentar fallido …
y decir lo que entonces no dijera …
- ¡Cállate, corazón! No hay otro intento.
viernes, 20 de junio de 2008
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